4-Temor y nostalgia

Narrador omnisciente

Owen y Mason quedaron gélidos ante tal afirmación, la posibilidad de que Mila este viva escondida en algún lugar y que esos fueron sus gemelos era muy probable, aunque también podría ser mera casualidad, los niños pequeños se parecen entre sí y más si su condición de salud no es muy buena.

El hecho de que todo fuera cierto dejaba clara la teoría de que todo fue planeado por alguien cercano a ellos y que lo hizo tratando de no dejar ningún cabo suelto.

—Quiero ir ya mismo y verlos con mis propios ojos necesito...

—Yo también padre, necesito saber si son mis sobrinos, ellos quizas puedan...noche,

—Cálmense, los dos ya es de noche, iremos por la mañana y si en verdad son nuestros debemos primero asegurarnos de que estén bien porque les aseguro que su estado es delicado, ellos no hablan y parecen atemorizados todo el tiempo—musito el mayor con tristeza y rabia mezclada.

—Asi es hijos, lo primero es que no creo que nos dejen verlos asi de fácil, lo primordial es hacer una prueba de paternidad y ya confirmados procurar su bienestar mientras investigamos más a fondo lo del incendio y lo más importante como es que nadie vio o sabe nada—musita Berlina.

Luego de pasar horas hablando todos decidieron dormir allí y asi muy temprano en la mañana dirigirse a la clínica donde estaban los pequeños y poner fin a las dudas que les aquejaban a todos.

Para evitar conflictos, las autoridades y la misma familia decidió no ver más a los niños, se hicieron las pruebas y debido a quienes eran y que estos pagarían lo que fuera para saber con certeza y rápido si eran sus gemelos, la prueba estaría lista en dos días.

Los pequeños niños estaban bajos de peso muy desnutridos y no hablaban, una terapeuta ya los había visto pero debido a que estos no colaboraron aún no tenian un diagnóstico claro, los pequeños estaban en la misma cama y no se soltaban las manos incluso el hecho de que uno fuera zurdo era muy ventajoso para no soltarse ni para comer.

Ambos habían retrocedido o eso suponían, ya que no hacían del baño en el inodoro sino que le tenian que poner pañales, todos lo que los habían visto estaban consientes de que esos pequeños habían sufrido mucho y no sabían como ayudarlos, pero estaban intentándolo.

Tanto los encargados del orfanato como la familia Van der Berg estaban al pendiente de los niños, aunque estos últimos no pudieron verlos.

También había decidido ayudarles con el resto de los niños dándole una generosa suma de dinero para los gastos de un nuevo hogar, no obstante ya Owen había hablado con su mano derecha y con su asistente, ambos hombres sabían que debían empezar a construir un lugar apropiado en el terreno que había comprado con la intensión de hacer otra casa cerca de sus suegros pero eso nunca paso.

Los planos estaban siendo preparados y le harían el regalo por agradecimiento ante lo que hacen por todos esos niños indefensos, también les ayudaría a equipar el centro de asistencia médica.

Les donaría un autobús para transportar los niños, ya sea a la escuela o alguna salida recreativa, con el fin de que estos puedan desarrollarse de la manera más común posible.

La casa contaría con 4 habitaciones para niñas, 4 para niños y 2 para bebes, cada una con un baño con todo lo necesario para los niños y además todos incluirán camas y todo lo que se utiliza normalmente en una habitacion, también tendría un salón de estudio con varios escritorios y computadores, una biblioteca, un salón de juegos y dos canchas una de basquetbol y una de futbol, una área de juego y cuatro habitaciones para los trabajadores que residen allí.

Si sus hijos resultaban ser ese par de gemelos que ellos rescataron y sin importarles las advertencias trataron de protegerlos y cuidarlos, les daría un cinco por ciento de su dinero mensualmente para su gasto y asi pudieran seguir su bonita obra.

Los niños estaban recibiendo el tratamiento indicado y los especialistas estaban seguros de que pronto estarían corriendo y jugando como si nada hubiera pasado aunque son consientes que el shock que tenian llevaría un poco más de tiempo hasta que ellos estuvieran totalmente bien, pero con amor, cariño y mucha paciencia todo es posible.

La muestra la habían tomado con saliva, asi que ninguno de los tres había sufrido algún tipo de dolor para dicha prueba.

Sin duda algunos al ver al presunto padre y los niños pensaron que sería estúpido hacer la prueba de ADN, ya que son tres gotas de agua, aunque dos en miniatura.

Dos días después

—Deja de hacer eso, me pones nervioso—musita Mason mirando con mala cara a Owen, estaban sentados en la sala de espera junto a sus padres, pues todos estaban esperando los resultados de la prueba de ADN, ya que si era positiva podrían entrar a la habitacion y ver a los niños.

—En pocos minutos sabré si son mis hijos estoy nervioso—se excusó sincero, todos los demás empezaron a hablar para asi tratar de calmarse un poco, ya que ninguno está muy sereno que digamos.

—Señores, ya...—no dejaron que la mujer terminara de hablar cuando ya estaban sobre ella como moscas, ella se sobresaltó un poco, pero entendía la angustia y dolor que estaban atravesando.

Berlina estaba nerviosa a tal punto que todo su cuerpo temblaba, pero en especial sus manos arrugadas.

Mason padre estaba nervioso y asustado, pues si resultaba que no se romperían muchos corazones.

Mason hijo estaba muy emocionado, sentia la corazonada de que sí eran sus sobrinos y les faltaba mucho por investigar y descubrir.

Owen, por otra parte, estaba lleno de temor, la incertidumbre de saber si son o no se la había carcomido esos dos dias y el nerviosismo a última hora le había ganado la partida.

Los cuatro se observaron entre sí cuando la mujer arqueo una ceja, ellos se dieron cuenta de que le había molestado su comportamiento.

—Vamos a mi consultorio, debemos hablar y explicar algunos detalles de la situacion—musita la mujer y los cuatro la siguen como si nada.