Narrador omnisciente
¿Familia?
¿En verdad tengo una familia?, se preguntó mientras era abrazada por todas esas mujeres que eran totalmente desconocidas para ella.
—Yo soy Amira, la esposa de Mason, tu hermano desde que nos conocimos nos volvimos muy cerca yo diría que mejores amigas, no sabes lo difícil que fue para mí tu perdida y agradezco a la vida y el destino por regresarte a nosotros, yo sé que estás confundida y quizas con miedo pero te aseguro que estarás a salvo llena de amor, consideración, protección y sobre todo calor de hogar—Milena o Mila como era su nombre real le sonrió con timidez.
—Gracias por recibirme, yo no los recuerdo pero agradezco su cariño, esta pequeña de aquí es mi hija Dasha—musito al sentir el apretón de la pequeña rubia.
—Es un placer conocerte Dasha eres una niña muy hermosa—le sonrió Berlina mirando los ojos claros y el rubio cabello de la pequeña.
—Deben estar cansados, vayan a descansar y en unas horas comeremos todos en familia—musito Amira luego de saludar a su mafioso.
—Gracias mi princesa, además donde están mis hijos, estoy loco por verlos—le pregunto oliendo su larga cabellera.
—Los niños están en el salón de juegos, quisimos que estuvieran lejos de la bienvenida, pues no sabíamos como sería ni que tanto le han contado a Mila—expresa la princesa.
—Le contamos lo esencial recomendado por el doctor—musito Owen, pues aún no le decía que tenian hijos ni como fue que suponías que murió.
—Cuñado descansemos y nos veremos en la cena, lleva a mi hermana y luego cenaremos todos juntos—Mason hablo con suavidad, pero su mirada le dijo a su princesa que no todo estaba dicho referente al pasado.
…
Los rusos estaban dispersos en toda la ciudad buscando a la hermanita menor del jefe de la mafia del lado norte y nada con encontrarla, incluso por un momento pensaron que era obra de los holandeses; sin embargo, una mensaje de texto al número de Andrei le hizo saber que ellos nada tenian que ver.
*Desde que puedo recordar mi vida ha sido un infierno y te juro que no lo será más, me alegro de que ella esté con ellos, ya que la protegerán cosa que tu nunca hiciste conmigo, ya que me usaste como quisiste con la excusa de amarme, dañaste mi infancia y adolescencia y aunque aquella vez no pudo hacerlo al ver a tu hija entre mis brazos, pues al final siempre temí que cuando creciera un poco le hicieras lo mismo, ahora ella es libre de ti y yo también, hasta nunca, hermanito*
Luego de ese desgarrador mensaje le envía una foto de ella en el Lago Baikal, con esa simple imagen Andrei salió corriendo esperando no fuera demasiado tarde.
Sabía exactamente donde era que estaba porque fue allí que hacía más de 10 años empezaron sus juego y allí ella los terminaría.
Andrei no razonaba ni le importaban en ese momento Milena y Dasha solo queria encontrara a Larissa y poder detenerla antes que cometiera una locura.
No obstante, llego tarde, pues en aquella gran piedra solo encontró las llaves del auto y su movil con una imagen de una Larissa a sus 8 años sonriendo a la cámara sentada en aquella gran roca donde el paisaje detrás de ella dejaba ver el imponente y peligroso lago.
—Búsquenla o los mato a todos, los mato—grito arrodillado en el suelo, lleno de impotencia, no podía perder a su Larissa, su vida, su razón de vivir, su gran amor prohibido…
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Editado: 21.03.2025