Solo pido un día más.

Extra.

            SAMANTHA

            No puedo creer lo rápido que pasa el tiempo, mini Dylan tiene ocho años y mi pequeña Lucy tiene cinco.

Además, Amanda ya se unió a la maternidad y tengo dos sobrinos hermosos: Lukas y Sophia, sí, gemelos. Tienen dos meses de nacidos y, por supuesto, son mi adoración. Le va muy bien con su esposo Jerry, así que estoy muy feliz por ella.

Leonard también se casó con Hillary, la chica de la que siempre estuvo enamorado, y están en proceso de adoptar un hijo juntos. Lamentablemente, él no puede tener hijos y Jack… bueno, sé que lo está intentando. Ha salido con varias chicas, y al parecer ya encontró la que lo va a dominar y volver loco.

La señora Helen, la abuela de Jeremy, falleció hace un par de meses. Pensé que iba a estar devastado, pero no. Sí estuvo triste un tiempo, pero creo que Dylan Reeves nos enseñó tanto sobre la muerte que ya no la vemos de la misma manera. Ya no es motivo de tristeza, sino de agradecer porque las personas encuentran su descanso.

―Amor, ya es hora de llevar a los niños al colegio ―me recuerda Jeremy, sacándome de mis pensamientos.

―Oh, sí. Claro ―digo, dejando la taza de chocolate caliente sobre el fregadero―. Vamos. Voy por Dylan, ve por Lucy.

            Él asiente y subimos a las habitaciones para buscar a nuestros hijos. Mi niño está terminando de arreglar sus juguetes favoritos en el bolso y sonríe cuando me ve.

― ¿Estás listo? ―pregunto, colocándome a su altura para peinar su cabello.

―Sí, mami ―responde y me muestra la sonrisa de lado que me derrite por dentro.

―Oh Dios, ¡cuánto te pareces a tu padre! ―digo, soltando una ligera risita.

―Soñé con él ―me dice cuando me levanto y lo miro con el ceño fruncido, confundida―. Sí, soñé con él. Me dijo que siempre está vigilándonos y que nos cuida desde el cielo. También me dijo que la tía Lucy está con él y nos quiere mucho a todos.

            Mis ojos se cristalizan y sonrío. ¿Será un sueño o en serio es Dylan hablándole a nuestro hijo? Supongo que nunca lo sabremos, pero confío en que es así.

―Es cierto, cariño. Papi siempre te va a querer muchísimo y te protege desde el cielo ―digo y beso su mejilla. Respiro hondo para espantar las lágrimas y me enderezo, tomando su mano―. Es hora de ir a clases.

            Pasamos por la habitación de Lucy y nos detenemos al ver a Jeremy de pie frente al umbral. Está observando a Lucy y me acerco a ver qué sucede, aunque de seguro está embelesado con su niña. Es su más grande tesoro.

―Amor, van a llegar…

―Shhh ―me interrumpe y susurra en mi oído―. No te asustes, pero creo que… Lucy heredó el don.

            Doy un respingo y me asomo para ver a la niña hablando y riendo con la nada. Es bastante tétrico y siento que se me acaba el aire al verla. Un montón de interrogantes y miedos se empiezan a formar en mi cabeza, pero al ver a Jeremy tan tranquilo me exijo mantener la calma.

― ¿Puedes ver con quién habla? ―pregunto.

―Sí. Es un niño, se llevan bastante bien ―dice, cruzándose de brazos.

― ¿No hay espíritus malos? ―pregunto con voz temblorosa, llamando la atención de mi esposo.

―Sí, claro que hay. Solo que no como en las películas de terror ―aclara, acariciando mis hombros―. Y este no es malo. Además, tendrá a su padre para protegerla de lo que sea.

―Sé que es así —musito y le doy un beso corto en los labios—, pero es hora de irnos.

―Lucy, cariño… ―habla Jeremy, llamando la atención de nuestra hija―. Tenemos que ir a clases. Dile a Greg que hablan más tarde, cuando lleguen de clases.

―Sí, papi ―dice y vuelve a mirar al frente, hablándole a nada en específico. Bueno, ante mis ojos se ve así―. Chao, Greg. Nos vemos en la tarde.

            Me tenso en mi lugar y Jeremy alza en brazos a la niña. Ella me da un beso en la mejilla que me hace sonreír con nervios y bajamos, llevándolos al carro para ir hasta el colegio.

            No sé cómo haremos, pero cuidaremos muy bien a nuestra niña. Además, su padre es experto en la materia y haremos lo posible para que el don Martin no le afecte.

            Solo espero que Greg sea un buen fantasma y no nos traiga muchos problemas. No obstante, durante el camino a la escuela de los niños, no puedo evitar preguntarme cómo es que la vida de ese niño llegó a su fin tan pequeño y cómo llegó a esas circunstancias.

            ¿Qué asuntos por terminar puede tener un pequeño?




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