Solo son papeles

El camino no siempre es fácil

 

Después de aquel día, ambos descubrimos que teníamos mucho en común, conversábamos sobre muchas cosas y existía esa complicidad que hace que la relación se haga profunda, podíamos conversar sobre cualquier cosa reír con cosas tontas y apoyarnos en situaciones muy difíciles.

Ambos teníamos pareja pero por aquel tiempo surgieron cosas que hicieron que esas relaciones fueran un fracaso, algunos meses después, le confesé que me gustaba...

Le escribí una carta donde le dije:

"Hola Andrés:

Me siento muy feliz de contar con alguien como tú, que ha demostrado ser un excelente amigo, te agradezco que me hayas apoyado en mis momentos difíciles y que tengas que soportar mi llanto, imagino que no es fácil para ti.

Esta vez debo decirte algo que no puedo seguir callando, se que quizá esté mal y que probablemente solo pueda presenciar un rechazo. Andrés, me gustas mucho. Lo siento, el convivir mucho y el que seas tan amable me cautivo y no pude seguir guardando mis sentimientos por ti"

Las siguientes dos semanas fueron eternas, casi no nos veíamos y ya no me hablaba, pensé que lo había perdido, cuando un martes después de clases me habló y me entregó una carta, mientras caminaba a casa leí la carta de prisa en ella me decía:

  "Hola niña:

Perdón por no responder pronto debía poner en orden mis pensamientos, la verdad es que me la paso muy bien contigo. Eres una excelente amiga. 

Y creo que también me gustas mucho"

No lo podía creer, en el fondo deseaba que sucediera eso pero me sorprendió mucho. ¡Ese día fui muy feliz! Aunque después de eso seguimos evitandonos, quizá era porque no sabíamos cómo abordar el tema. 

Un miércoles estaba en clase de costura y tuve que salir, en las escaleras lo encontré

-hola, ¿Como estás?- pregunté

-muy bien, espero a mis compañeros y... ¿Y tú?

-estoy bien, debo ir a sacar unas copias a unos patrones de costura-

-oh excelente- respondió

Cuando me disponía a seguir bajando, me sujetó del brazo y me abrazó, en ese momento me puse muy nerviosa él lo notó y me dió un beso.

En ese momento confirmamos nuestros sentimientos. Durante los siguientes seis meses compartimos buenos momentos, salíamos juntos con amigos o aveces solos, me acompañaba a hacer mis tareas o solo dábamos la vuelta. 

Mis padres se enteraron y me regañaron, pues ambos aún éramos muy chicos, aún así seguimos con la relación. 

Cuando terminó el año escolar el entro a la preparatoria, que quedaba a unas dos horas caminando de mi escuela. Aún así se esforzaba por venir a verme, los lunes salía una hora antes que yo, así que corría desde su escuela para verme a la salida.

Era muy lindo conmigo, algo que valoraba mucho de él, era que para regalarme algo tenía que trabajar muy duro, pues aparte tenía que pagar sus gastos de la escuela. Aveces me traía chocolates o golosinas, me cantaba o me enviaba mensajes bonitos de buenas noches. Fue algo especial.

Tristemente, eso se acabó pues ahora la escuela nos provocaba mayor estrés y ya no podíamos vernos tan seguido, nuestras metas nos llevaron por rumbos diferentes. Me sentí muy triste durante un buen tiempo.

Cuando termine la escuela, me decidí a no seguir estudiando puse un pequeño negocio, vendía ropa afuera del local de mi papá.

Ahí fue donde conocí a José. 

  




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