Solo una noche más.

♡♡♡ 25.- Castaño y dorado ♡♡♡

Antes, mas veces de las que podía contar había leído en mis novelas el miedo, los escritores descubriendo a fondo la sensación del aire negándose a alimentar tus pulmones, el temblor incontrolado de tus manos, los ojos desorbitados, la sensación de la sangre huyendo dejando tu rostro pálido como la muerte, era eso, justo eso, lo que estaba sintiendo ahora viendo a la mujer casi rozando la locura, sus ojos inyectados en sangre pasaron de Elliot hasta mi

—Mira quien nos acompaña—Sus palabras obligan a Elliot a mirarme, poniéndolo aún más pálido—La dulce y maravillosa Kendra—Mi alama puja por mirar al bebé entre sus brazos, pero me niego, en cambio la miro directo a los ojos

—Tus palabras me conmueven—Murmuro manteniendo en orden la fachada de calma

—Dime algo, ¿tú les dijiste?

—Deberías ser más especifica

—Institución mental —Esperaba todo excepto la calma mortal con la que me habla, pero de alguna forma la hallo mas perturbadora que si me gritara presa de la ira, se ve… mal

—Tienes que largarte—Bramas Elliot, pero sus palabras son dirigidas hacia mi—¿No deje claro que me da asco verte? —La sonrisa de Eliza se ensancha y su agarre en el bebé se vuelve ligeramente más suave—L.A.R.G.A.T.E—Murmura Elliot con un tono filoso que me obliga a dar un paso para atrás mirándolo sin comprender, ¿de que me perdí?, estoy a punto de cagarla pero su mirada de reojo me hace entender, pretender que nunca tuvimos una reconciliación, claro

—¿De verdad quieres hacerlo aquí? —Me quejo fingiendo molestia

—Tienes que entender de una puta vez, solo eres un problema

—¿Problema? —Uso el miedo en mi interior como combustible—Tu eres el idiota que esta jodiendo todo, solo estoy intentando ser feliz con Ryan—Grito—Siempre estás ahí como una maldita espina en nuestro costado, ya estoy harta de ti, ¡DIOS!, tengo a su hijo creciendo dentro de mí y aun así no te detienes, ¿Qué mas necesitas para entender que no te elegí a ti, sino a él? —La mirada de Eliza baila entre ambos, su mandíbula cae

—¿Tu…—Murmura atónita—¿Lo dejaste por otro?

—Claro que sí, este idiota no vale la pena, halle a alguien a quien amar de verdad, pero el es como un jodido grano en el culo, estoy aquí porque quiero que nos deje tranquilos, ¿No lo ves” —De reojo veo a Eliza, los engranajes de su mente se mueven, como buscando un hilo que conecte todo lo que hemos dicho

—Te dejaron—Murmura aún más atónita mirando a Elliot—Ella te dejo por otro y tu no puedes soportarlo—Deja al bebé sin cuidado alguno en la incubadora, el bote le hace llorar a todo pulmón, pero mis hombros caen con alivio

—No pensaba quedarme con alguien como el—Señalo con el mentón a Elliot aun arrodillado—No pienso caer tan bajo—Una risa cantarina llena el ambiente

—Ahora estas solo—Murmura, pero de un segundo para otro su sonrisa desaparece—Pero estas cerca de dar a luz—me mira de manera penetrante—Todavía estabas con el—Mantengo mi pánico a raya y suelto una risotada rogando que suene despectiva

—¿Y tu crees que solo me veía con él? —Sus ojos dejan ver muy levemente la sorpresa—Es bueno en la cama, no lo niego, pero ni de cerca es lo que buscaba—Elliot sigue de cerca nuestro intercambio, pareciendo más y más al borde del pánico—¿Alguna vez estuviste con Ryan? —Ella niega rotundamente—Pues debiste aprovechar mientras estaba disponible porque es… simplemente maravilloso—Cuando Eliza se gira a ver a Elliot este hace una mueca comiéndose su miedo

—¿De verdad tienes que venir hasta aquí y decirme eso

—Tu me forzaste a esto—Me señalo a mi misma con molestia fingida—Es la ultima vez que te lo digo —Lo miro retrocediendo solo unos pasos, poniendo toda mi fe en que Elliot comprenda que quiero que tenga espacio para que le arrebate las tijeras a Eliza, el se pone muy lentamente de pie girándose hacia mi

—¿Así que eso es todo?, ¿vas a dejarme? —Mueve sus manos frenéticamente mientras avanza muy lentamente—Solo así como así—Niega con la cabeza—Soy un idiota, nunca debí meterme contigo—La decir esto sus ojos brillan con cariño totalmente contrario con sus palabras, yo doy un leve asentimiento, una señal de que es hora, Eliza esta tan encismada en su felicidad que no nota que la miro con pánico, ha bajado la guardia y con ello las tijeras, además que era lo suficientemente alejada del bebé como para no poder lastimarlo, el pánico empieza a ganar la batalla en mi interior así que asiento con más achico, Elliot reacciona en menos de lo que dura un parpadeo, ambos corremos, solo que a diferentes direcciones, el a Eliza y yo al bebé, Eliza la darse cuenta intentar echárseme encima, alza las tijeras dispuestas a clavármelas, una mano la detiene, no lo suficientemente rápido como para que las tijeras le hagan sangre atravesándola, me quedo piedra,, si Elliot no estuviese, el golpe hubiera sido en mi vientre, miro a mi pareja perpleja, el ni se inmuta por le dolor de tener las tijeras clavadas, sujeta fuertemente a Eliza alejándola de ambos, la somete como puede en el suelo gruñendo, ella pelea como una loca pataleando y soltando improperios a todo pulmón, sus ojos chorrean lagrimas llenas de locura y odio

—¡NO VAN A SER FELICES!. ¿¡ME OYEN!? —Grita, yo aprieto un poco al bebé en mi pecho intentando calmarle—¡SOLO VAN A SUFRIR!, ¡yo me encargare de ello! —Su tono va bajando por momentos, gracias al cielo un equipo de seguridad entra a la habitación asegurando a Eliza, quien aun intenta soltarse, la madre de Eliza mira todo en la habitación con incredulidad y dolor, un sonido desgarrado abandona sus labios, un doctor no tarda nada en llegar suministrándole un sedante a Eliza, quien no aleja su mirada de odio de mi




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