Sombra de cristal

Capitulo 5: Frialdad de cristal

El ala norte del palacio había sido renovada para albergar al heredero de Velkan, pero ni las alfombras de hilo de luna ni las paredes talladas con escenas de paz podían suavizar la tensión entre los recién casados.

Kael se despertaba antes del amanecer. Entrenaba con la guardia real, recorría las murallas, inspeccionaba el castillo como si esperara un ataque inminente. Apenas hablaba. Y cuando lo hacía, era con órdenes cortas, firmes, que no admitían discusión.

Eryan, en cambio, parecía flotar entre las sombras del palacio como un espectro contenido. Sonreía en los banquetes, escuchaba con atención a los consejeros, mostraba cortesía sin afecto. Jamás perdía el control.

Pero en privado, el silencio era su único lenguaje.

Compartían la misma habitación, aunque nunca la misma cama. Y si alguna vez sus manos se rozaban por accidente, el contacto era más gélido que la escarcha de las montañas.

__

—Es como vivir en una prisión de cristal —confesó Eryan una noche a Lyra, mientras ella cepillaba su cabello con delicadeza—. Todo se ve hermoso desde fuera, pero por dentro no hay más que vacío y ecos.

—¿Y él? —preguntó Lyra, bajando la voz—. ¿Es cruel?

—No. Pero tampoco amable. Me observa como si esperara que lo traicione. Como si estuviera contando los días para librarse de mí.

Lyra suspiró.

—¿Y tú? ¿No deseas lo mismo?

Eryan no respondió al instante. Se quedó mirando su reflejo en el espejo, con los ojos velados por pensamientos invisibles.

—Pensé que lo haría. Pero ahora… no lo sé. Hay algo en él… algo roto. Y yo he aprendido a reconocer las grietas.

___

En otro extremo del castillo, Kael afilaba su espada. El sonido del metal contra piedra lo acompañaba como un mantra.

El general Auren, uno de los pocos que había traído consigo desde Velkan, se acercó sin ser anunciado.

—¿Qué piensas del omega?

Kael no levanto la vista.

—Es inteligente. Sabe moverse. Demasiado perfecto.

—¿Y eso es malo?

—Significa que oculta algo.

Auren cruzó los brazos.

—Quizás solo teme lo mismo que tú. Ser devorado en territorio enemigo.

Kael no respondió.

Pero aquella noche, al regresar a su habitación y ver a Eryan dormido junto a la ventana, envuelto en un manto de plumas pálidas, sintió un extraño escalofrío.

No era deseo. Tampoco compasión.

Era la sensación de estar frente a algo hermoso…. Y peligroso.

Como el filo de un cristal.



#4272 en Fantasía
#2161 en Thriller
#1053 en Misterio

En el texto hay: omegaverse, amor, realeza medieval

Editado: 10.07.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.