Sombra de Guerra

Capítulo 9

El campamento estaba sumido en un silencio inquietante. Aunque habían logrado escapar de la emboscada, las heridas físicas y emocionales seguían frescas. Petrov caminaba de un lado a otro, revisando mentalmente cada paso del plan que él y Sergei habían diseñado. Sabía que esto podía ser su última oportunidad para deshacerse del traidor y recuperar el control de la situación antes de que todo colapsara.

Los operativos, agotados, descansaban en sus posiciones, pero la tensión no se disipaba. La atmósfera estaba cargada de desconfianza, y Petrov lo sentía en cada mirada furtiva y en cada movimiento nervioso. Su liderazgo estaba siendo puesto a prueba, y sabía que cualquier error, por pequeño que fuera, podría costarles la vida a todos.

Sergei se acercó a Petrov, con el rostro endurecido por la tensión. —Todo está listo. La información falsa ya ha sido transmitida a los operativos. Ahora solo tenemos que esperar.

Petrov asintió en silencio, observando a su alrededor. Habían fabricado una historia detallada sobre un supuesto ataque planeado para la noche siguiente. Los detalles eran lo suficientemente creíbles como para atraer al traidor, si este decidía filtrar la información a sus aliados. Era una jugada arriesgada, pero no tenían otra opción.

—Nos quedaremos alerta toda la noche —dijo Petrov, su voz baja pero firme. —Si alguien intenta hacer algo, lo atraparemos.

La noche cayó rápidamente, y el campamento se sumergió en la oscuridad. Los hombres se prepararon para lo que aparentaba ser una noche tranquila, pero tanto Petrov como Sergei sabían que la calma era solo una ilusión. La verdadera batalla aún no había comenzado.

Horas pasaron sin incidentes. El sonido del viento y el crujir ocasional de ramas eran los únicos sonidos que rompían el silencio. Sin embargo, Petrov no pudo evitar sentir una creciente sensación de inquietud. Algo no estaba bien.

De repente, un ligero movimiento en la sombra atrajo su atención. Petrov se agacho, observando cuidadosamente. Una figura se deslizaba entre las tiendas, moviéndose con una cautela calculada. Sin hacer ruido, Petrov hizo una señal a Sergei, quien también había notado el movimiento.

Ambos se movieron sigilosamente, siguiendo a la figura sin ser vistos. Mientras se acercaban, Petrov reconoció la silueta del hombre: era uno de los operativos que había estado con ellos desde el inicio, alguien en quien había confiado ciegamente. La traición ardía en su pecho, pero no podía permitirse reaccionar todavía.

El operativo llegó hasta el borde del campamento, donde se encontraba un dispositivo de comunicación oculto. Petrov y Sergei lo observaron en silencio mientras enviaba un mensaje, probablemente filtrando la información del falso ataque. No había duda, lo tenían.

Con un movimiento rápido, Petrov y Sergei lo rodearon. Antes de que el operativo pudiera reaccionar, Petrov le apuntó con su arma. —No te muevas.

El traidor se congeló, su rostro revelando una mezcla de sorpresa y miedo. Sabía que había sido descubierto, y que no había escapatoria. Lentamente, levantó las manos, dejando caer el dispositivo al suelo.

—Petrov, esto no es lo que parece —comenzó a decir, pero Petrov no estaba dispuesto a escuchar excusas.

—Silencio —ordenó Petrov. —Llevas jugando con nosotros demasiado tiempo. Ahora vas a decirnos quién está detrás de esto y por qué.

El traidor tragó saliva, mirando a su alrededor, como buscando una salida que no existía. Finalmente, suspiró y bajó la cabeza. —No tienes idea de lo que está en juego, Petrov. Esto va más allá de esta guerra. Hay fuerzas mucho más poderosas moviendo los hilos… fuerzas que no puedes detener.

Petrov lo miró fijamente, sus ojos llenos de determinación. —Puede que no pueda detenerlo todo, pero puedo empezar contigo. ¿Quién te envió?

El traidor vaciló por un momento, pero antes de que pudiera responder, un disparo resonó en la oscuridad. Petrov reaccionó instintivamente, pero era demasiado tarde. El traidor cayó al suelo, su vida extinguiéndose en cuestión de segundos.

Petrov giró rápidamente hacia la dirección de donde provenía el disparo, pero no vio a nadie. Solo las sombras profundas de la noche, que ocultaban al asesino. Sabía que no era una coincidencia; alguien más estaba observando, asegurándose de que los secretos murieran con el traidor.

—Maldita sea —murmuró Sergei, apretando los dientes. —Estábamos tan cerca.

Petrov guardó su arma, frustrado, pero no derrotado. Sabía que el juego aún no había terminado. —Esto solo confirma lo que temía. Hay más en juego de lo que pensábamos. Pero quien quiera que esté detrás de esto, cometió un error al subestimarnos.

El campamento volvió a sumergirse en el silencio, pero Petrov sabía que la verdadera amenaza aún acechaba en las sombras. El traidor había caído, pero el enemigo que lo controlaba seguía moviéndose entre ellos. Y ahora, Petrov estaba más decidido que nunca a descubrir la verdad, sin importar el costo.



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En el texto hay: soldados, supervivencia, venganza

Editado: 10.02.2025

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