Sombra Escarlata [liebestraum - 1]

Prefacio

23:54; En alguna parte de Virginia.

 

Se estaba ahogando.

Y lo estaba haciendo con su propia sangre, estaba al borde de la muerte, cerca de perder la fe y todo rastro de esperanza por sobrevivir; Alessandro no podía sentirse más impotente que ahora mismo. Jamás se le había pasado una idea cercana a aquella situación en la que estaba, todo iba como la mierda en su patética vida pero demonios, no por eso deseaba echar todo al caño y morir, incluso sí no podía escuchar al igual que el resto y tenía que soportar el dolor que le dejaba en el cuerpo los golpes de su padre. Todavía tenía un sinfín de cosas por hacer, sueños que cumplir y tal vez aprender a vivir con la idea de que Florian siempre sería su amigo y nada más.

  Sus uñas se destrozaron al aferrarse a la tierra mientras que un mar de lágrimas hacía presencia en su rostro, tenía miedo que todo simplemente acabara, que todo quedara así y  se tropezase con la obscuridad,—que en esta ocasión detestaba—creía que esta noche podía ser capaz de volver loco al más cuerdo.

  Por favor alguien ayúdeme. Quien sea…

  El dolor físico provocado por las heridas no era nada comparado a como se sentía, la desesperación que bullía en sí mismo, dentro de su piel, calando sus huesos parecía ir más allá de lo que Alessandro se permitía imaginar.

  Ya no sabía sí esto era real o solo un mal sueño.

  El ambiente tétrico del bosque no ayudó a que dejase de estar aterrorizado, de pronto los bordes de su visión se ennegrecieron, miró al cielo encontrándose con nubarrones y escasas estrellas y no pudo evitar pensar en que era la noche más sombría que había visto.

  Residía en medio de un bosque, sin forma de escapar a lo que sería su destino. Sin poder escuchar el ruido que pudiese haber a su alrededor, haciéndole con facilidad presa de la soledad.

  La soledad era algo que ningún humano podía soportar porque siendo humanos y solo humanos éramos incapaces de soportar la tortuosa afonía que llegaba en cuanto no había nadie contigo, nadie con quien compartir algo.

  El joven de cabello cuervo dejó caer su mirada a su costado, hallando a un Florian que le regaló una sonrisa radiante y él, en su lugar le regaló una expresión de pesadumbre absoluta.

  El último aliento de vida se deslizó de sus pulmones, antes de percibir la nada, susurró el nombre de la persona que más anhelaba en ese instante, ‘Florian’; Queriendo que él fuera lo último que recordase en esta vida.

 

22:26; mansión de los Gibbson.

 

  —Los Dankworth están en Virginia, Augustus—Isabel Gibbson mencionó como una trivialidad en la mesa, observando de reojo a su marido que estaba a punto de irse de la sala.

  El hombre mayor detuvo su caminar sin dirigir su mirada atrás.

—Lo sé, Mary me ha llamado para decirme sobre su estadía.

— ¿Y qué tienes en mente?, ella podría tener algo entre manos—Soltó despectiva la mujer acercándose a su marido para encararlo. —No lo sé todavía pero lo averiguaré. No olvides advertirle a Hollyn que los Dankworth están aquí, toma todas las precauciones posibles, ya sabes cómo va funcionar todo a partir de ahora—Dijo el hombre canoso antes de terminar de irse, dejando atrás a una Isabel muy desconcertada.

  El linaje de los Gibbson de nuevo no cometería el mismo error de subestimar a los Dankworth,  esta vez estarían preparados ante cualquier circunstancia y obtendrían venganza por uno de sus mejores cazadores, Jake Gibbson.

 

00:15; Casa de Florian.

 

  Habían acordado en que Alessandro vendría a la casa del ojos ámbar, al igual que los demás y eso era a las 22’00, ya había pasado más de una hora desde entonces, iban a tener noche de películas, a disfrutar como amigos haciendo una actividad banal.

Siendo solo simples adolescentes, aunque Florian no entraba en dicha categoría.

Cason marcó por quinceava vez al teléfono de su amigo, consiguiendo lo mismo: la respuesta grabada que enviaba al buzón de mensajes.

—Creo que él se ha olvidado de esta noche, pero a un 100%—Le dijo el muchacho a la rubia.

—Alessandro no se perdería una noche de películas en donde definitivamente habrá comida—Respondió con un tono que intentaba sonar parecido al bromista sin embargo se escuchó más bien como preocupación, algo que notó Cason.

—No sé, pudo haber elegido quedarse en casa o haber ir a otro lugar,  no somos sus únicos amigos—Cason trató de calmar a su amiga, cosa que por supuesto fue en vano— ¿Sin avisarnos?, te digo que esto es muy extraño Cason.

—Willow estamos hablando de Alessandro, él es extraño sin siquiera intentar serlo—Obvió el mayor, ganándose una mirada que decía “no es momento para bromas” que entendió a la perfección.

—Lo siento. No puedes quitar el hecho de que él ha estado actuando más reservado desde que llegó Ellington.

—Desde antes, es como si tuviese su cabeza en otro lugar, sus desapariciones, sin mencionar que de repente es amigo de Ellington. Alessandro no consigue amigos fácilmente.



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En el texto hay: misterio, asesinato, boylove

Editado: 12.09.2021

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