El espejo no miente,
aunque lo intentes evitar.
Me devuelve un rostro que desconozco,
fragmentado en la bruma de mis dudas.
Los ojos, dos abismos abiertos,
anhelos sin fin,
cada lágrima una pregunta sin respuesta,
cada sonrisa una máscara en el tiempo.
Hoy me observo con más preguntas que
respuestas,
busco entre las sombras una claridad
que nunca parece llegar.
¿Quién soy?
Más allá de reflejos rotos y sueños distantes,
¿quién soy en verdad?