Dentro de mi mente hay un eco constante,
un murmullo que nunca se calla.
Me dice que no soy suficiente,
que nunca lo seré.
Intento gritar para silenciarlo,
pero mis labios están sellados.
El ruido se convierte en mi sombra,
un compañero que nunca me abandona.
¿Será mi enemigo o mi verdad?
No lo sé. Solo sé que sigue allí,
esperando el momento perfecto
para recordarme que estoy roto.