Dejé mis pasos grabados en la arena,
pero el tiempo los borró sin piedad.
Intenté aferrarme a los recuerdos,
pero se escaparon como agua entre
mis manos.
Cada huella era un fragmento de mí,
una historia que quise preservar.
Ahora solo queda el vacío,
y un sendero perdido en el horizonte.
Tal vez no importe dónde estuve,
sino hacia dónde voy.
Y aunque mis pasos desaparezcan,
seguiré caminando.