Estos días me he sentido deprimida, triste,incompleta, gorda, fea e incapaz.
Intento reforzar mis buenos pensamientos. Es difícil.
Ayer comí en exceso, con ansiedad, con desespero, con ganas de morir. Vomite, vomite y vomite. Sin embargo, nada se compara con la cantidad que consumí. Jamás lo hará. Mi cuerpo ya absorbio una parte. Que disgusto.
Llore.
Me acorde de mi yo adolescente que llorarba y se quería suicidar. Estuve tentada más allá de lo que puedo concebir. ¿Por qué no lo hice? Quien sabe, alguna parte de mi todavía tiene esperanza supongo. Para Camus debería tener concordancia de si la vida no importa o no tiene significado debería acabarla. ¿Sisifo está contento?
¿Los 20 son los nuevos 12? ¿Por qué pensamientos antiguos regresan? ¿Por qué lo que pensé superado toca mi puerta otra vez?
No entiendo de donde vienen. ¿Qué hay en mi cerebro? Deseo escarbarlo y sacar ese duendecillo que no importa los regalos se niega a irse. ¿Cómo apago la voz?
Me siento encerrada en mi cuarto, en mi celular y en un lugar aún más peligroso: mi mente. Quiero salir a divertirme hacinedo cualquier cosa, pero salgo y deseo regresar inmediatamente, estoy sofocada, asfixiada, desesperada. Entonces, pienso, el problema no es el lugar, soy yo.
¿Cuándo acabará? ¿Cuándo dejaré de ser el problema? o ¿jamás lo dejaré? o ¿jamás lo fui?
¿Qué soy? ¿importa? El mundo esta en guerra, no termina; el hambre aumenta, las injusticias no acaban y yo preocupandome por mis estúpidas emociones.
Pero, mi mente también es mi mundo. Y mi yo o súper yo o cualquier concepto de mierda inventado también esta en guerra. Las neuronas mueren por mi depresión. El hambre de serotonina disparado. ¿Es injusto mi falta de preocupación por mi ser?
¿Qué esta pasando? ¿?¿?
#2184 en Otros
#579 en Relatos cortos
#47 en No ficción
historiascortas, diario real, historias simples sobre lo cotidiano
Editado: 16.02.2025