Sombras del pasado, luz del presente.

Capítulo 02

Zulema Estrada, New York, horas antes.

—Si vendrás he de suponer,

¿o será que tienes otros planes?

—No, si iré no te pienso dejar plantado.

Fue lo que respondí al mensaje cuando me llego, noté cuando Demian se metió a la habitación y supuse que era el momento perfecto para irme, tome mis llaves y no me moleste en perder un minuto más tome mi taxi, una vez subí a este suspire, me había librado finalmente de ese estúpido hombre, ¿de verdad un maldito ramo? Me sorprende que gaste el poco dinero que gana en esas tonterías, no

tarde mucho en llegar a mi destino un Hotel de lujo en donde la entrada me esperaba ya con quien había quedado.

La mujer salió del taxi y corrió hacia aquel hombre, este no dudo en recibirla con los brazos abiertos.

—Por un momento pensé que no vendrías Zulema — Hablo el hombre con esa voz grave que la mujer parecía encantarle, antes que la dejara hablar agregó

—Páguenle al taxista que trajo a mi pareja.

—Si señor —Dicho por uno de sus guardaespaldas, saco 100 USD y se lo dio al taxista, informando que se podría quedar con el cambio.

La mujer con solo ver la cantidad que le iba a pagar, por un simple viaje a un taxista no pudo evitar sentir más interés del que ya tenía, sin duda tenía una enorme corazonada, esta noche finalmente podría atrapar a este hombre y no habría errores, finalmente podría liberarse de ese idiota sin dinero, era todo lo contrario que espero que fuese, prometió tanto, entre esas hacerla feliz, pero de eso nunca vio nada.

—Espero que al menos él sea mejor para mí — Pensó la mujer mientras sonreía de forma inocente frente al hombre.

—Querida… ¿Te parece ir a cenar? Pero antes, quiero que te cambies de ropas iremos a un lugar formal — Hablo el hombre para asi ordenar que la llevasen a la habitación—.

— ¡Claro cariño, sería estupendo! — Dijo la mujer con una sonrisa, la llevaron a colocarse un vestido rojo y muy elegante, como también tenía de costoso, no pudo evitar gritar de emoción al ver aquellos Louboutin, se maquillo y una vez termino de ponerse sus joyas caras, salió de la habitación y no tardaron mucho para llevarla a la parte del restaurante.

—Mira querido, ¿Qué tal me veo? — Dijo mientras daba una pequeña vuelta para que el hombre la apreciará, así como debía por estar ante ella.

—Pero mira nada más estas hecha una belleza… — Aclamó el hombre Zulema no pudo evitar que su sonrojo se formara, con ayuda del hombre tomo asiento.

—Gracias, me halagas demasiado, agradezco los regalos me haces sentir la mujer más querida — hablo mientras el hombre estaba contento con su belleza, no lo negaba el hombre la encontraba muy atractiva.

—Yo solo digo lo que veo —Dijo el hombre de forma coqueta. — Entonces quieres empezar a ordenar como sabes yo pago.

La chica no pudo evitar reír por su arrogancia, no dudo en ordenar, se escogió lo mejor que había del menú y mientras lo hacía comenzó a hablar con él, ella mientras escuchaba comparaba al hombre con Demian encontraba mejor al hombre en cada aspecto, aunque obvio el hombre ni siquiera tenía idea que su Zulema tenía pareja y para ella era irrelevante decirle, como quiera lo iba a dejar y no pensaba volver con él.

No paso mucho tiempo más para que viniese la comida, ella y el empezaron a comer, aunque ella empezó a sentirse asqueada por el olor de la comida, peor aún fue cuando la probó.

—¡Zulema! ¿Estás bien, tiene tan mal sabor? En este mismo momento iré a que despidan a todos los que cocinaron algo que te hizo sentir mal. —Hablaba el hombre furioso.

Aunque ella no pudo decir mucho pues se desmayó de lo asqueada que estaba y se notaba muy mal, el hombre iba a ir a quejarse, pero cuando vio esto se asustó tanto que pidió que la llevasen a un hospital.

Una vez ahí aquel hombre le explico al doctor la situación de que estaban haciendo antes del desmayó de la mujer, el doctor ya sabiendo le indico que estuviese afuera.

A las horas Zulema despertó sintiéndose desorientada. —¿Qué sucedió? — el hombre que estaba ahí con una mirada no muy complacida dijo.

—¿Quieres saber qué sucede?, bien te lo diré — Habló con asco a la mujer y con voz prepotente comenzó a hablar —Me tomé el tiempo de revisar tu celular y encontré que tienes una pareja, y no solo eso, sino que también me mentiste, estas embarazada Zulema y si también fue un error haber revisado tu celular, cuando es algo que no debía. — Hablo el hombre con decepción, mientras se agarraba el puente de la nariz—. Zulema te dije que no me metía con

mujeres casadas — Dicho eso el hombre ya no tenía ganas de hablarle y dispuesto a irse se paró.

—Espera yo realmente no estoy casada — Dijo mientras se apresurada a pararse, intentando detenerlo preocupada de perder su oportunidad de estar con el — Puedo… ¡Puedo abortarlo, podemos ser felices tú y yo!

—¡¿Abortar?! Piensas que una criatura, qué no tiene nada que ver aquí sufra las consecuencias de la irresponsabilidad de una madre mentirosa —Hablo con enojo, se notaba la mirada de horror cuando menciono eso no creyó que la chica que se mostraba siempre linda con él tuviera esos pensamientos tan inhumanos.

—¿Cómo puede el hablarme así? – Pensó Zulema mientras estaba enojada y tratando de no llorar. La chica mostraba sorpresa en su rostro y no solo eso también parecía molesta.

— No pienses buscarme, no quiero estar con alguien que mintió tan descaradamente — Hablo con decepción para así dejar con las palabras en la boca a la mujer y sin voltear atrás se fue de la habitación.

¡¿Embarazada?¡ ese maldito pobre la había embarazado. — ¡Mierda! ¡¿Por qué tuve que haberme juntado con ese idiota?! — empezó a tirar todo en la habitación del hospital, cuando se calmó se dirigió a casa, a ese departamento del asco, una vez entro todo estaba oscuras para toparse todo ese asco de cursilería, ¡¿no le bastaba con arruinarle la vida ahora también esto?!




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