Sombras Del Secuestro

Parte 9

"¡Levántate ya! Nos tenemos que ir." La voz de Shaw rompe el silencio de la habitación, acompañado por el ruido ensordecedor de la puerta al abrirse de golpe. Intento aferrarme a la fina línea entre el sueño y la vigilia, deseando que todo esto sea una pesadilla de la que pueda despertar.

"¿Estás bien?" pregunta Shaw, su tono de preocupación suena extraño, casi irreal. No le respondo, me hundo más en la almohada, cerrando los ojos con fuerza, deseando desaparecer. Siento su mano áspera en mi frente, evaluando mi estado con brusquedad.

"Tienes fiebre," murmura, su voz grave teñida de una preocupación que no esperaba de él. Antes de que pueda reaccionar, me levanta en brazos. El aire frío del exterior me golpea como una bofetada, intensificando mis escalofríos. Me deposita en el coche con cuidado, y todo se vuelve borroso. Mis sentidos están embotados, apenas puedo ver o escuchar claramente. Estoy agotada, tan débil que cada intento de mantenerme consciente es en vano.

El tiempo pierde su significado en la oscuridad. Cuando finalmente vuelvo a abrir los ojos, me encuentro en una sala de emergencias improvisada. Un suero cuelga al lado de la cama, y examino el lugar con ojos desorbitados, tratando de entender dónde estoy y encontrar alguna señal de esperanza.

Marcus está en la puerta, su mirada vigilante fija en mí. Miro alrededor frenéticamente, buscando un teléfono, una ventana, alguien que pueda notar mi situación desesperada. ¿Hay alguien que se dé cuenta de lo extraño que es ver a una niña entre tantos hombres?

Intento pensar con claridad, pero un detalle aterrador me golpea: todo está escrito en ruso. Un frío más intenso que el del aire recorre mi cuerpo. Estamos en Rusia. Shaw había mencionado Bratsk. Estamos en Siberia.

Mis ojos se abren de par en par mientras mi mente intenta conectar los hilos sueltos. Recuerdo el día en que escuché a mis padres hablando sobre dejar Chicago y que había una verdad que debían decirme. La confusión y el miedo se entrelazan. ¿Qué tiene que ver mi madre con esto? ¿Podría estar involucrada en algo tan oscuro?

De repente, la puerta se abre y Shaw entra, su presencia llenando la habitación con una mezcla de autoridad y amenaza. Se acerca a la cama, su rostro endurecido por la preocupación y la furia contenida.

 

 "Nos iremos ya," dice, tratando de mantener un tono autoritario.

"Aún no me siento bien," insisto, mi voz quebrándose. "Dime la verdad, ¿me vas a vender a ese tal Dimitri? ¡Te escuché hablar ayer!" Las lágrimas brotan de mis ojos, la desesperación desbordándome.

Shaw frunce el ceño y se pasa una mano por el cabello, claramente frustrado. "Niña, tú no entiendes nada," responde con un suspiro exasperado. "Esto es más complicado de lo que tú crees. Yo solo estoy haciendo mi trabajo, que es llevarte de un sitio a otro sin que te pase nada."

"¡¿Llevarme a dónde?! ¿Y por qué?" exclamo, mi voz elevándose con una mezcla de miedo y furia. "¡Si realmente no quieres que me pase nada, dímelo!"

Shaw se acerca y me mira directamente a los ojos, su expresión una mezcla de cansancio y algo parecido a la piedad. "No puedo decirte todo. Pero tu madre... ella tiene una historia que no conoces."

"¿Qué historia?" pregunto, mi voz ahora un susurro lleno de temor.

Shaw suspira profundamente, como si estuviera debatiendo consigo mismo cuánto revelar. "Leah, esto es más complicado de lo que piensas. No deberías preocuparte por Dimitri"

"¡Dímelo!" grito, mi desesperación transformándose en ira. "¡No me dejes asi !"

"Tu padre no es quien crees que es," dice finalmente Shaw, su voz llena de una resignación amarga. "Y tu madre... ella te ha mentido todo este tiempo."

El mundo parece detenerse por un instante. "¿Qué estás diciendo? ¿Qué quieres decir con que mi padre no es quien creo?"

Shaw mira al suelo, evitando mi mirada. "No puedo decirte más. Solo confía en que lo que estamos haciendo es por tu bien."

" Por mi bien ? Me habeis secuestrado, drogado, pegado , que mas vais a hacer por mi bien?

Shaw suspira profundamente, como si estuviera debatiendo consigo mismo cuánto revelar. "Leah, esto es más complicado de lo que piensas. No deberías preocuparte por Dimitri."

"Tu padre no es quien crees que es," dice finalmente Shaw, su voz llena de una resignación amarga. "Y tu madre... ella te ha mentido todo este tiempo."

El mundo parece detenerse por un instante. "¿Qué estás diciendo? ¿Qué quieres decir con que mi padre no es quien creo?"

Shaw mira al suelo, evitando mi mirada. "No puedo decirte más. Solo confía en que lo que estamos haciendo es por tu bien."

"¡Confíar en ti! ¿Después de todo esto?  mi voz elevándose con una mezcla de miedo y furia.

Shaw toma aire y finalmente me mira con una intensidad que me deja helada. "Leah, no tienes más remedio"

Las lágrimas continúan cayendo, " Eres un mentiroso y yo no pienso caer en tu juego"."Ademas prefiero estar muerta que ser vendida solo ten esto en mente y yo no tengo nada que perder "

Siento que mis palabras le provocan tension me mira fijamente sin hablar y me dice " me gustaria que las cosas hubieran sido diferentes "




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