Sombras en la Red

9. Solo simple coincidencia

Sira:

—¿Izan? ¿Qué haces por aquí?— El auto del sujeto era de Izan, claro era el mismo deportivo azul.

—Vivo por aquí, aunque el que debería preguntar eso soy yo ¿Qué haces aquí? No te parece que está un poco oscuro y solo como para dar un paseo a las afueras de la ciudad—

—Si, pero… yo… mira no es de tu interés—

—Estabas huyendo ¿verdad?— Sira se tensó, ¿cómo podía saber?

—¿Qué? No, por qué dirías eso—

—Vi a unos sujetos y no parecían ser amigables, además parecían buscar algo y dudo que se les haya perdido un cachorrito—

Sira no dijo nada durante todo el trayecto, aún pensaba ¿qué diablos era ese supuesto juego? No le hicieron nada, aunque ellos ni siquiera pusieron esfuerzo, le seguían dando esa ventaja, era su juego… ¿Y si no hubiera pedido la ventaja?

Sira se dio cuenta de algo, no estaban yendo a su departamento.

—¿A dónde vamos?—

—A mi casa, ¿crees que regresaré cuando hay dos locos sueltos ahí fuera? Aunque contigo serían tres—

—¿Y me quedaré ahí? Porque no creo que sea necesario— En el fondo Sira sabía que era una opción “segura” por decirlo de alguna forma. Sira sabía que incumplió una regla, y que tal vez, quien sea que la seguía, iba a estar ahí… En su departamento, esperando a oscuras, o aún peor, mirándola desde esos ojos que estaban por toda su casa.

—O te puedo dejar en un motel, tu decides—

—Iré contigo—

—Al menos eres inteligente—

El edificio en el que aparcó Izan era común, subieron al departamento de él, pequeño, una habitación, lo necesario para que una persona viva sola, pero tenía una decoración minimalista y se veía lujosa. Izan la llevó a la habitación.

—Ponte cómoda, dormirás aquí—

—¿Qué, contigo? Puedo dormir en el sofá, de verdad—

—No, tonta, dormirás aquí. Yo iré a la sala, solo tomaré una ducha—

Sin esperar respuesta Izan entró a la ducha.

Sira en cambio se sentó en la cama, era cómoda, hasta que escuchó un pequeño ruido. Era una gatita blanca con un lazo rosa atado al cuello, intuyó que era hembra por el lazo.

—Ven, gatita—

La gatita de un salto estuvo en la cama, Sira la acarició con suavidad con un poco de miedo por recibir un rasguño.

Izan:

Salí con una toalla envuelta alrededor de la cintura, llegué al guardarropa y tomé un pantalón de pijama, entré al baño de nuevo y salí para ver la escena. Mi preciosa jugando con Nina.

Nina al verme se acercó y se paró en dos patitas.

—Nina no es así de amable, debes caerle bien— Era la verdad, la gata infernal me hizo varios rasguños cuando la encontré en la calle y a Sira no le hizo nada, ni siquiera un maullido

—Esta muy linda, la cuidas muy bien—

Era la primera vez que veía a Sira claramente, tenía rasgos normales, pero unos ojos preciosos. Eran cafés, pero brillantes… Me atraían demasiado.

El celular de Sira sonó, se notó lo tensa que se puso, en realidad no me gustaba verla así, pero era parte del plan, o eso pensaba hasta que vi un ligero temblor en sus manos, el juego no había sido tan malo ¿o si? A menos…

—Sira, ¿Pasa algo?—

—No, es solo que… no es nada…—

—Sira, estas temblando, dudo que no sea “nada”—

—Tal vez estoy en problemas, pero puedo resolverlo sola—

No pregunté más, sabía exactamente a quien preguntar, pero lo haría después, ahora tenía el privilegio de tener a Sira en casa y no podía perder esa oportunidad.

—¿Cenaste?—

—No aún— Ilusa… si iba a ir a un lugar desconocido sin saber qué podría pasarle por lo menos debió comer. Solo suspiré y pedí algo para ambos. Salí a la sala esperando el pedido, por mientras, escribí un mensaje.

¿Se puede saber qué mierda le hiciste a Sira?

-Izan

Solo seguí tus ordenes ;) ¿La princesa trajo quejas?

-...

Espero que haya sido al pie de la letra… ni más, ni menos

-Izan

Tal vez un poco más… o menos…

Aunque definitivamente fue más

-...

No tuve tiempo para responder porque el timbre sonó.

—Sira, espero que te guste la pizza—

Dije entrando nuevamente a la habitación

—Gracias— Cuando Aria recibió un pedazo hizo una mueca pero disimuló, aunque Izan ya lo había visto.

—¿Tiene algo mal?—

—No, está bien, comeré esta—

—¿No te gustó verdad?—

—Si, pero no los champiñones—

Rodé los ojos y le traje un plato para que pudiera sacarlos y comer a gusto.

—Toma, sácalos—

Vi a Sira tener un poco de problemas, aunque trataba de comer, entonces pedí otra pizza que llegó en quince minutos, en ese tiempo Sira había comido solo la mitad.

—Esta es de pepperoni—

—Izan, no debiste. Voy a pagarte… cuando llegue a casa— Dijo añadiendo más cosas a su frase, se notaba nerviosa.

—No, es un regalo—

Esa noche simplemente no pasó nada, Izan durmió en el sofá con la imagen de la joven aún en su mente y Sira se quedó en la habitación de Izan, la mañana siguiente Izan la dejó en su departamento.

En toda esa noche, Sira recibió mensajes a diversas horas.

Modlishka, ¿te gustó mi juego?

-Zenith

Pequeña mantis, ganaste, mereces un premio

-Zenith

Me pregunto qué será ¿Quieres un peluche?

-Zenith

O mejor aún… ¿Qué tal un Vinyl de The Weeknd?

-Zenith

———————

—Quiero que me digas exactamente qué le has hecho a Sira— Preguntó Izan

—Nada, solo jugar con ella—

—Exacto, era jugar… no dejarle traumas, al menos no aún—

—Está sana y estable— Esa risa escandalosa pero de algún modo apagada retumbó en la habitación.

—Ustedes dos no tienen remedio— Sonó otra voz que miraba a ambos. —Solo admite que te gusta la chica y fin—

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