La madrugada en Everlake traía un frío extraño, uno que no provenía del clima, sino de algo más profundo. Emma no había podido dormir. Después de lo que vieron en la caverna y la advertencia que había recibido, algo dentro de ella se agitaba como si un engranaje secreto estuviera comenzando a girar.
Sentada junto a la ventana, con los ojos fijos en el reflejo del lago bajo la luz tenue de la luna, sintió una punzada de inquietud. El agua parecía... diferente. No tranquila, como siempre había sido, sino inquieta, como si algo se moviera debajo de la superficie.
Fue entonces cuando sonó su teléfono. El mensaje provenía de un número desconocido:
"Es hora. Ven al muelle. Sola."
El Encuentro
Emma salió en silencio, dejando atrás la seguridad de su habitación. Al llegar al muelle, el aire era pesado, casi irrespirable. Allí, de pie al final del muelle, había una figura encapuchada que parecía esperarla. No hablaba, no se movía, pero en su mano sostenía un pequeño cofre de madera antigua.
-¿Qué quieres? -preguntó Emma, intentando mantener la calma.
La figura alzó la cabeza lentamente, revelando un rostro que Emma reconoció al instante: era su hermano desaparecido. Pero había algo extraño en él. Su piel era pálida, sus ojos estaban hundidos y su voz sonaba distante, como si viniera de otro lugar.
-Tienes que detenerlo -dijo con voz rasposa, extendiéndole el cofre-. Todo lo que crees saber es una mentira.
Emma quiso acercarse, pero justo cuando dio un paso hacia él, su hermano comenzó a desvanecerse como humo en el aire. Antes de desaparecer por completo, dejó caer el cofre al suelo. Emma lo recogió con manos temblorosas.
El Cofre y el Nuevo Secreto
De regreso a su habitación, Emma abrió el cofre con cuidado. Dentro había un pequeño diario y un colgante con el símbolo del círculo y la línea. Al abrir el diario, notó que estaba escrito con una letra que no reconocía, pero que parecía pertenecer a alguien muy joven.
Las páginas estaban llenas de relatos de rituales, sacrificios y profecías, pero una frase repetida una y otra vez captó su atención:
"La verdadera llave está en el lago."
Entre las páginas, encontró un dibujo que la hizo contener el aliento: era el lago, pero no como lo conocía. Bajo la superficie había túneles, cámaras y algo en el centro: una puerta, marcada con el símbolo.
La Voz Bajo el Agua
Decidida a descubrir la verdad, Emma compartió lo sucedido con Clara, Nate y Liam. Aunque dudaban, todos acordaron ir al lago esa noche para investigar. Equipados con linternas y herramientas, regresaron al embarcadero abandonado donde habían encontrado la entrada sumergida en el episodio anterior.
Mientras Nate se preparaba para sumergirse, un murmullo llenó el aire. No venía de ellos, sino del lago. Era un susurro bajo y persistente, como si miles de voces hablasen al unísono.
-¿Lo escuchan? -preguntó Clara, temblando.
-Sí... pero no entiendo lo que dice -respondió Emma.
El murmullo se intensificó cuando Liam, todavía débil, se acercó al borde del agua. Las voces parecían dirigirse a él, pronunciando algo que los demás no podían entender. De pronto, Liam habló:
-"El equilibrio no es lo que creen. La puerta debe abrirse."
Sus palabras no eran suyas. Su voz había cambiado, como si alguien hablara a través de él. Antes de que pudieran detenerlo, Liam se lanzó al agua.
El Descenso
Emma no lo pensó dos veces y saltó tras él, seguida por Nate. El agua estaba helada, pero algo más los rodeaba: una sensación de estar siendo observados. Mientras descendían, notaron que el lago parecía mucho más profundo de lo que recordaban.
Finalmente, vieron una estructura antigua: una enorme puerta de piedra cubierta de algas y símbolos desgastados. En el centro, el círculo y la línea brillaban débilmente. Liam estaba frente a la puerta, flotando inmóvil, como en un trance.
Emma nadó hacia él, pero antes de que pudiera tocarlo, la puerta comenzó a abrirse lentamente, emitiendo un sonido grave que vibraba en sus huesos. Una luz oscura -sí, una luz oscura, como una sombra líquida- comenzó a filtrarse, envolviéndolos.
De repente, algo salió de la puerta: una figura alta y delgada, con extremidades desproporcionadas y ojos que brillaban como brasas. La criatura los miró fijamente, como si los evaluara.
-"El tiempo se acaba," -dijo con una voz que resonó en sus mentes.
Emma intentó retroceder, pero la criatura extendió una mano hacia ella. Antes de que pudiera reaccionar, todo se volvió negro.
Emma despertó en la orilla del lago, con Clara y Nate a su lado, jadeando por aire. Pero Liam no estaba. En su lugar, el agua del lago había cambiado: estaba negra como la noche, reflejando las estrellas como un cielo invertido.
En el suelo, a su lado, alguien había escrito con barro:
"La puerta está abierta. Él vendrá."
El Misterio se Profundiza
Ese episodio cierra con una sensación de peligro inminente. ¿Quién es "Él"? ¿Qué había detrás de la puerta? Y lo más importante: ¿qué papel jugarán Emma y sus amigos en lo que está por venir?.
Editado: 08.01.2025