E6: El reflejo de las sombras

El amanecer en Everlake era diferente. El aire, normalmente fresco y limpio, parecía más denso, casi opresivo. Emma observaba desde su ventana, aún perturbada por las palabras de Liam: "Ellos siempre están observando." Esas palabras resonaban en su cabeza como un eco imposible de silenciar. Algo se había desatado, y Emma sentía que estaban llegando a un punto de no retorno.

Esa mañana, Clara apareció en la puerta de Emma con los ojos inyectados de cansancio. Había pasado toda la noche revisando el libro que encontraron en la iglesia, y su rostro reflejaba que había encontrado algo que la aterraba.

-Emma, creo que descubrí lo que significa el símbolo del círculo y la línea -dijo Clara, dejando caer un cuaderno lleno de anotaciones sobre la mesa.

-¿Y? -preguntó Emma, con un nudo en la garganta.

-No es un símbolo cualquiera. Representa un equilibrio entre dos mundos... y nosotros estamos justo en el centro.

Clara explicó que los rituales descritos en el libro eran para mantener cerrada una "puerta" entre nuestro mundo y algo más oscuro. Pero había un problema: los rituales parecían incompletos, y las desapariciones de Everlake no eran aleatorias. Cada sacrificio no era más que un intento fallido de sellar esa puerta definitivamente.

-Si lo que dice este libro es cierto, el próximo sacrificio no será suficiente -añadió Clara-. Esta vez, no quieren mantener la puerta cerrada... quieren abrirla.

Emma sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Todo lo que había sucedido hasta ahora era solo el preludio de algo mucho peor.

Una pista enterrada en el pasado

Nate, quien hasta ahora había permanecido en silencio, sacó una caja polvorienta que había encontrado en el sótano de su casa. Dentro había fotos antiguas de su abuelo, quien había sido alcalde de Everlake hace décadas. En una de las fotos, reconocieron la cabaña junto al lago. Pero lo más inquietante no era la cabaña, sino el grupo de personas de pie frente a ella, todos con una mirada sombría y seria. Entre ellos, había un rostro que Emma no podía creer: el director de la escuela, idéntico, como si no hubiera envejecido un solo día.

-Esto no tiene sentido -dijo Nate, mirando la foto con incredulidad-. Mi abuelo me hablaba de un pacto antiguo, algo sobre cómo Everlake siempre parecía "bendecido". ¿Y si...?

Emma interrumpió, conectando las piezas rápidamente:

-¿Y si la prosperidad del pueblo no es más que un pago? ¿Un pacto hecho a cambio de sacrificios?

Clara abrió su laptop y buscó en los archivos históricos de Everlake. Encontraron referencias a algo llamado "El Reflejo", una antigua leyenda sobre un lago maldito que podía mostrarte tu destino... pero a un precio. Lo extraño era que el artículo había sido eliminado del archivo oficial, como si alguien quisiera borrar esa parte de la historia.

El lago como testigo:

Al caer la noche, los tres decidieron regresar al lago. Liam aún estaba débil, pero insistió en acompañarlos. "Si todo esto tiene que ver conmigo, no voy a quedarme atrás," dijo, aunque su voz sonaba más como una súplica que como una decisión.

El lago estaba tranquilo, demasiado tranquilo. La luna llena iluminaba la superficie como un espejo. Emma se acercó al agua, recordando las historias que escuchaba de niña sobre cómo el lago era capaz de mostrar lo que más temías. Pero lo que vio no fue un reflejo suyo.

En el agua, se formaron imágenes borrosas que lentamente se aclararon. Eran ellos, Emma, Clara, Nate... y detrás de ellos, un ejército de figuras encapuchadas. Pero no estaban estáticos. En el reflejo, las figuras se movían, cada vez más cerca. Emma retrocedió, temblando.

-No es solo un reflejo -susurró Clara, horrorizada-. Es una advertencia.

De repente, una mano emergió del agua y agarró a Emma por la muñeca. Fue Liam quien logró apartarla, pero no antes de que algo más saliera con ella: un pequeño colgante, oxidado pero con el mismo símbolo del círculo y la línea grabado en su superficie.

-Esto... esto es de mi hermano -dijo Emma, reconociendo el colgante inmediatamente.

Las voces del bosque:

Mientras intentaban procesar lo que acababa de suceder, escucharon voces provenientes del bosque. Voces suaves, susurrantes, que llamaban sus nombres. "Emma... Clara... Nate..."

-No puede ser -murmuró Liam, pálido como un fantasma-. Reconozco esas voces.

-¿De quién son? -preguntó Emma, apretando el colgante con fuerza.

-De los que desaparecieron antes que yo.

El grupo corrió hacia el bosque, guiados por las voces, aunque el instinto les gritaba que dieran la vuelta. Llegaron a un claro donde encontraron algo que no esperaban: una cabaña idéntica a la que estaba junto al lago, pero esta parecía mucho más vieja, como si hubiera estado allí durante siglos.

Al entrar, el aire estaba cargado de algo pesado, casi irrespirable. En las paredes, tallados con cuchillos, estaban los nombres de todos los desaparecidos. Pero lo que más los impactó fue encontrar un enorme espejo en el centro de la habitación. En el marco, había una inscripción:

"Lo que ves aquí no es lo que eres... sino lo que serás."

Emma se acercó, incapaz de resistir la atracción del espejo. Lo que vio la dejó sin aliento. Ella estaba ahí, pero su reflejo estaba cubierto de sangre, con los ojos negros como la noche y una sonrisa que no podía ser suya.

-¡Emma, no lo mires más! -gritó Nate, tirando de ella.

El espejo comenzó a vibrar, y del vidrio salieron grietas que se expandían rápidamente. De las grietas emergieron sombras, figuras humanoides que parecían hechas de humo, pero con ojos brillantes y vacíos.

Un aviso desesperado:

Mientras las sombras comenzaban a rodearlos, una de ellas habló con una voz profunda y retumbante:

-El equilibrio está roto. Ustedes son la llave... y la cerradura.

Antes de que pudieran entender lo que significaba, la cabaña comenzó a temblar. Las sombras se disolvieron en el aire, pero dejaron algo detrás: un mapa antiguo con un único lugar marcado, en el corazón del bosque, simplemente etiquetado como "El Umbral Final."