Everlake

E7: El ojo del abismo

El regreso al lago:

La madrugada en Everlake era un susurro helado, casi como si el pueblo mismo respirara. Emma, Clara, Nate y Liam, tras los horrores de la iglesia y el espejo, estaban decididos a detener el ritual definitivo. No era solo por salvar a Everlake, sino por descubrir qué papel jugaban realmente en este macabro juego.

El mapa que Liam había dibujado tras sus visiones ahora señalaba un lugar que nadie reconocía: un claro oculto, más allá de las profundidades del lago. Este lugar no estaba marcado en los mapas, pero las sombras parecían susurrar su existencia en la mente de todos. Emma, con el símbolo del círculo y la línea grabado en su mente, lideró el grupo.

Al llegar al lago, algo ya estaba mal. El agua cristalina había adquirido un color oscuro y aceitoso, y reflejos distorsionados bailaban en su superficie, como si algo viviera debajo, observando.

-¿Esto... siempre ha estado aquí? -preguntó Nate, tragando saliva mientras retrocedía un paso.

Emma negó con la cabeza.

-El lago está cambiando. Es como si supiera que nos estamos acercando al final.

Las sombras de la verdad:

Utilizando una vieja barca que encontraron en la orilla, los cuatro comenzaron a remar hacia el punto señalado en el mapa. La niebla se cerró alrededor de ellos, y pronto no podían ver ni siquiera la costa. Lo único que rompía el silencio era el suave chapoteo de los remos y... algo más. Un sonido bajo y gutural que venía de las profundidades del lago.

Clara fue la primera en notarlo.

-¿Escuchan eso? Es como si... algo respirara bajo nosotros.

De repente, Liam soltó los remos y comenzó a temblar. Sus ojos se volvieron vidriosos, y su voz adquirió un tono que no era suyo.

-El Ojo... los ve. Ustedes son solo piezas. El sacrificio no es un final, es un comienzo.

Emma lo zarandeó, desesperada.

-¡Liam! ¡Vuelve!

Liam parpadeó y volvió en sí, pero su rostro estaba empapado en sudor.

-No soy yo. Algo... algo está dentro de mí, usándome.

Emma sintió un escalofrío. Estaban siendo vigilados, manipulados, y el lago era el centro de todo.

El claro oculto:

Finalmente, la barca chocó contra la orilla de una pequeña isla en medio del lago. Allí, un claro cubierto de niebla se extendía como un mundo aparte. En el centro, un altar de piedra desgastada por el tiempo se alzaba, rodeado por símbolos tallados en el suelo. Pero lo que más llamó la atención del grupo fue una puerta circular, incrustada en el suelo, hecha de un metal negro que parecía absorber la luz.

Nate se agachó para inspeccionarla, pero en cuanto tocó el metal, un dolor agudo recorrió su mano.

-¡Me quema! -gritó, retrocediendo mientras la piel de su palma enrojecía.

Clara, mientras tanto, encontró un libro junto al altar. Era similar al que habían encontrado en la iglesia, pero este era aún más antiguo. En su interior, había dibujos del círculo y la línea, pero esta vez, la línea atravesaba completamente el círculo, dividiéndolo en dos mitades.

-Esto no es un símbolo de equilibrio -murmuró Clara, horrorizada-. Es un símbolo de división.

Emma se acercó al libro y leyó en voz alta:

-"El Ojo del Abismo guarda la verdad. Solo los marcados pueden entrar. Pero cuidado: el que mira al abismo, será mirado de vuelta."

La puerta se abre:

Liam, que había estado callado, dio un paso adelante.

-Yo soy el marcado. El lago me eligió.

Antes de que alguien pudiera detenerlo, colocó su mano sobre la puerta. Esta comenzó a brillar con un resplandor siniestro, y un sonido como un lamento profundo surgió de las profundidades. La puerta se abrió lentamente, revelando un túnel descendente hecho de piedra negra, iluminado por una luz rojiza que parecía latir como un corazón.

-¿Estás seguro de esto? -preguntó Emma, con la voz temblando.

Liam asintió.

-No tenemos otra opción. La respuesta está ahí abajo.

El descenso al abismo:

El grupo descendió lentamente, con la sensación de que cada paso los alejaba más del mundo real. Las paredes del túnel estaban cubiertas de escrituras antiguas, y de vez en cuando, figuras sombrías parecían moverse en el rabillo del ojo de Emma.

Finalmente, llegaron a una enorme caverna. En el centro había un lago subterráneo, y sobre él, suspendido en el aire, flotaba una esfera gigantesca, negra como la noche, con una única grieta luminosa en forma de ojo.

-¿Qué es eso? -susurró Clara, incapaz de apartar la mirada.

Una voz resonó en sus mentes, profunda y gutural:

-Soy el Ojo del Abismo. Ustedes son los fragmentos que completarán mi forma.

De repente, la caverna comenzó a temblar. El agua del lago se agitó, y figuras humanoides comenzaron a surgir de ella, sus cuerpos hechos de sombras líquidas. El Ojo continuó hablando:

-Uno de ustedes debe quedarse. Uno de ustedes debe aceptar el peso del abismo, o el mundo será consumido.

Una visión aterradora:

Antes de que pudieran reaccionar, el Ojo proyectó una visión en sus mentes. Vieron a Everlake, destruido, consumido por sombras que devoraban todo a su paso. Vieron a sus seres queridos, atrapados en un mundo oscuro donde el tiempo y el espacio no existían.

Emma cayó de rodillas, temblando.

-No... no puede ser real.

El Ojo respondió con una frialdad que les heló el alma:

-El equilibrio siempre exige un precio. Elijan, o yo elegiré por ustedes.

El sacrificio inesperado:

Cuando todo parecía perdido, Nate dio un paso adelante.

-Si esto significa que todo terminará, lo haré.

Pero antes de que pudiera avanzar, Liam lo detuvo.

-No. Esto comenzó conmigo. Yo soy el marcado. Yo cerraré el ciclo.

Sin esperar una respuesta, Liam se dirigió hacia el Ojo, pero Emma lo alcanzó.

-¡Liam, no puedes! Tiene que haber otra forma.

Liam la miró con tristeza.

-Emma, siempre has sido la fuerte. Si alguien puede detener esto, eres tú. Confía en mí.



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En el texto hay: misterio, suspenso, pueblo

Editado: 08.01.2025

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