__¿Entonces que fue lo que paso?
La voz de Ernesto inundo su pequeña oficina. Desde el momento en el cual Sonia abandono la gran casona e iba directo a él, estuvo dando vueltas al asunto. No dejaba de darle vueltas, una y otra vez.
Entonces, la tenia frente a él y, no paraba de dar vueltas sobre su silla de escritorio giratoria.
__¿Me vas a contar que fue lo que sucedió?
_No lo se. Quizá no le agradaron los masajes que le di. Quizá sea eso.
Se alzo de hombros restando importancia a las preguntas de su jefe.
_¿Puede quedarse quieto? me esta mareando con tanta vuelta que da en el mismo lugar.
Dejo salir un suspiro y se detuvo casi de inmediato. Era como hablar con un adolescente cada vez que ella entraba en ese lugar. Nunca sabias si ibas a tener una platica con alguien de quince años y con alguien en sus cuarentas. Era bastante complicado cada vez que se veían. Y siempre era lo mismo.
_Mejor cada quien a lo suyo. Esta tarde no estoy para tratar con las mierdas de nadie. Ya tuve suficiente con el energúmeno de esta tarde. Esa mas que suficiente.
Coloco el sobre con el dinero sobre el escritorio frente a él. Ernesto lo tomo entre sus manos y dejo salir un silbido bajo. Había mas dinero de lo que la tarifa indica.
__Alguien se gano muy bien el pan de esta tarde.
_Por supuesto. Siempre realizo muy bien mi trabajo.
Hizo una gran mueca cuando escucho esas palabras. Porque ambos sabían que eso, era una vil mentira. Es un gran avance que no haya ido a parar a la cárcel, como la última vez.
__Con este dinero haz terminado de pagar tú deuda Sonia.
_Entregame los pagares.
__No te confundas. He dicho que haz terminado de pagar tú deuda, no que iba a entregarte los documentos en este momento.
_Pe.....
__Deja que termine de hablar antes de que empieces a despotricar por todo. Maldita mocosa. Aun tienes que hacer dos sesiones mas. Cuando las hayas terminado, los pagares estarán esperando por ti en este preciso lugar.
La deuda que haz estado pagando por mas de cinco años, finalmente ha llegado a su final. Nunca creí que terminarías de pagarla. La mayoría de las personas vienen a este lugar buscando dinero y, cuando lo consiguen, se esfuman por arte de magia. Pero tu caso es totalmente diferente. Te arrodillaste frente a mi y rogaste piedad para ti y los tuyos. ¿Y como te pagaron todos ellos?
_¡Cállate! no lo digas.
__Exactamente.
Ernesto se puso de pie, tenia puesto unos pantalones negros rasgados de las rodillas y una camisa de resaque blanca, estaba descalzo, en el dedo gordo del pie izquierdo, tenia un anillo con una gran araña negra y las uñas tenían un ligero esmalte rosado.
__No hay nada mas que hablar, Sonia. Tú deuda ha sido saldada la tarde de hoy. Eres libre de las ataduras que los tuyos pusieron en ti.
Sonia apoyo sus manos sobre el escritorio y agacho su cabeza. Su cuerpo comenzó a dar ligeros temblores, sus orejas empezaron a tornarse un tanto rojas. Ernesto le coloco su mano en el hombro y le dio un ligero apretón.
__Ha llegado el momento que seas feliz, lejos de todo esto.
Sonia levanto su rostro, el cual estaba bañado completamente en lagrimas y estaba bastante sonrojada. Nunca creyó que llegaría a saldar esa maldita deuda.
Muchas veces quizo huir del lugar, sin embargo su buen juicio y su palabra estaban en juego. Cuando haz tenido absolutamente todo, sin embargo, pasas a no tener absolutamente nada. Solamente seguía viviendo para pagar por algo que, no era de ella, pero tenia que hacerse cargo de ello.
__Respira, Princesa.
Cuando había dejado de respirar. Soltó el aire contenido bruscamente y limpio su rostro con ambas manos.
__Ve a casa a descansar. Darwin pasara mañana por ti. A la misma hora.
_Pero he terminado de pagar la deuda.
__Pero te faltan dos sesiones. No me hagas repetirlo de nuevo. Te veo en dos días.
Sonia se alejo lo mas rápido posible de Ernesto pero, cuando estaba por salir por la puerta, la voz de él, hizo que se detuviera por completo
__El dinero que ganes estos dos días, es completamente tuyo. Puedes hacer lo que quieras con él. Finalmente tus conocimientos ocultos has cobrado vida.
Sonia, Dales una lección a aquellos que te abandonaron cuando el barco se abolió por una esquina.
Sonia lo miro sobre su hombro y le medio sonrió. Esta vez, su mirada era completamente rebosante de felicidad. Tenia un brillo excepcional en el rostro que hace mucho tiempo no mostraba.
_No se si seré capaz de darle una lección a mi familia por haberme abandonado con una deuda bastante grande. Pero si puedo llegar a influir un poco en encontrar como joderles la existencia. Quizá me alegre un poquito pero, solo un poquito el poder hacerlos sufrir como ellos lo hicieron conmigo.
Sonia no fue a casa lo que restaba del día. Al contrario, se fue a su antiguo hogar y, de lejos miro por varios minutos como entraban y salían de casa. Como si nada hubiera pasado. Como si la deuda de dinero no hubiera existido nunca.
Y así había sido. Pero ellos no sabrían nunca que esa deuda había sido saldada. Quizá solo tendría que jugar un poco con sus sentimientos y recuperar todo el dinero que ella tuvo que trabajar. Mientras que ellos estaban en casa rascando el culo.
__Estaremos frente a frente, muy pronto..... familia.
__¿Sonia Carbajal?
_Puta madre.
Murmuro antes de mostrar una gran sonrisa y dar la cara.
__Zoe Prince.
_Sabia que eras tú. Mirate, estas mas....
__¿Gorda?
Carraspeo un poco, antes de hablar.
_Irreconocible. Si no fuera por el tatuaje que tiene en la oreja, no te hubiera reconocido.
Ambas tenían el mismo tatuaje, ya que, se lo habían realizado juntas. Símbolo de la amistad. Mejores amigas. Es una lastima que eso no fue verdad.
Cuando Sonia se metió en problemas, busco su ayuda y esta le dio la espalda de inmediato, alegando de inmediato que, no tenia porque ayudarla. Tenia que rascarse con sus propias uñas. Y era lo que Sonia había hecho durante cinco años, trabajar día y noche, sin días de descanso, solamente comiendo lo necesario y comprando lo necesario.