En la Actualidad...
Me he despertado esta mañana con una gran sonrisa en mi rostro. Mi cuerpo y mente se sienten mas ligeros que días anteriores. Ahora, con el solo hecho de saber que, finalmente soy libre es una gran carga removida instantaneamente.
Después de cinco años, finalmente he roto cadenas con Ernesto de la Torre.
Dejo salir un suspiro de alivio y me dejo caer de nuevo en la cama con los brazos abiertos de par en par y con una gran sonrisa plasmada en el rostro. Estoy sonriendo como boba y no puedo negarlo, siento que en cualquier momento mi rostro necesitara cirugía de tanto que estoy sonriendo.
__Debo parecer una loca...
Cierro mis ojos y levanto la barbilla un poco. Las gran sonrisa no se desvanece de mis labios y, no quiero que desaparezca... nunca.
Estaba tan ensimismada en mis emociones que, no me di cuenta cuando la puerta de mi habitación se abrió. Dejando a la vista un gran brazo repleto de tatuajes, mi sonrisa se escondió ligeramente pero, no puede evitar emocionarme cuando mire el pastel que su mano sostenía.
__Darwin...
Es un hombre gigante, fácilmente lo puedes confundir con un luchador, de esos que salen en la Tv. Me siento de inmediato en la cama y carraspeo un poco antes de volver hablar... otra vez.
__¿Qué celebramos?
No dice absolutamente nada, solo se queda quieto en el mismo lugar. Con sus ojos me hace la señal para que me acerque a él pero dudo unos instantes.
Antes de llegar frente a Darwin, escucho una melodía que tenia mucho tiempo que no escuchaba. Mi estomago se apretujo ante eso. Mi vista se nubló y mi corazón bombeo sangre como nunca. Mi rostro palideció un tanto. Llevándose todo a su paso, dejando mi cuerpo y mente sin... nada. Sin emoción. Hacía tanto tiempo que no escuchaba esa canción.
__Feliz cumpleaños, Sonia.
Es como si me hubieran dado un gran puñetazo en la boca del estomago.
__ ¿Es mi... cumpleaños?
Mi respiración se atasco de golpe, como si me estuvieran estrangulando, mi cuerpo se paralizo unos momentos mi mirada iba del pastel hacia el rostro de Darwin. Un rostro que no muestra ninguna emoción, no vacila en absoluto. Sin embargo, en su mirada hay ligero destello.
__ Pide un deseo.
_ Pido un deseo. ¿Qué puedo desear? Tengo tantas cosas que pedir, que no se por donde empezar.
Junto mis manos en forma de oración y cierro mis ojos, a pesar de no tener una velita el pastel, por inercia soplo sobre el. Mi deseo es sencillo, solo espero que pueda cumplir con ello al pie de la letra.
Un par de aplausos se escuchan por el pasillo, lentos, tranquilos, pausados, tomando todo el tiempo del mundo para que mis alarmas se activen, segundo después una ligera voz acompañada de un ligero sarcasmo llega a mis oídos e instintivamente, trago salivas varias veces e inclina mi rostro un poco para que no se vea en nerviosismo que me invade en estos momentos.
__Happy birthday I'm coming for you, Happy birthday you not better run, Happy Birthday I'm behind you, happy birthday my dearest Bird...
Los bellos de la nuca se me erizaron por completo y mis ojos se abrieron a mas no poder. Tenia mucho tiempo que no escuchaba esa melodía. Él mismo se encargo de la letra, basada en un personaje de terror bastante popular en los años noventas. Pero guiándose con cosas personales mias. Ahora, cada vez que escucho esa letra, mi única salida es querer salir corriendo de inmediato pero, siempre y cuando mi cuerpo responda a la perfección, pero lo dudo. Es como si tuviera una losa de cemento sobre mi cuerpo.
Un rubor baña mi rostro el cual aun mantengo ligeramente agachado, pero mi cuerpo esta tenso. Darwin que sostiene mi pastel, da un ligero paso hacia mi, dejando a la vista sus grandes botas negras patea huevos. Entonces es cuando me estoy dando cuenta de un ligero detalle, he vuelto a respirar. La gran mano de Darwin toma mi mentón y me hace verlo al rostro, tiene un ligero rubor y una deje de alegría muestra hacia mi. Muy pocas veces ha dejado ver esa parte de él. Trago saliva de nuevo y me pongo derecha, antes de posar la mirada en el hombre que esta al lado de él, sosteniendo una gran caja rectangular rosa con un gran lazo lila en el centro.
Darwin hace un movimiento de cabeza y coloca el pastel en mis manos, se da la vuelta para salir pero algo lo detiene. La mirada de Ernesto lo hace parar en seco, lo mira con tanto odio que, siento que en cualquier momento se van a agarrar a golpes y no voy a poder para la pelea. Pero nada de eso sucede. No hay palabra, no hay ruido, solo nuestras respiraciones y las miradas que dicen todo y, a la misma vez, nada. Ese lenguaje me cuesta comprenderlo aun.
Darwin levanta ligeramente la comisura de su labio y le para el dedo medio a Ernesto, para luego seguir su camino. Lo único que se escucha son las pisadas de sus grandes botas por el pasillo, el hueco que dejan al pasar. Dejo salir un suspiro profundo y niego una par de veces antes de acercar mis labios al pastel y embarrarme de ese betún que tanto ha llamado mi atención. EL dulzor impregna mis sentidos, el chocolates, el olor ligero a fresa me hacen perderme en las sensaciones que hace tiempo no permitía salir. No se exactamente cuanto tiempo me quedo saboreando el betún, porque, cuando abro mis ojos, Ernesto esta frente a mi, con una mirada bastante divertida y..... se esta mordiendo el labio inferior.
__No deberías jugar de esa manera conmigo.
Su voz ronca me hace sentir solamente una cosa..... asco. Y él mismo lo nota, por el cambio que hay en su rostro.
Sus labios han formado una línea bastante severa y la mandíbula esta sutilmente marcada, no puede disimular su enojo.
Retrocedo unos cuantos pasos y le doy una mirada nada grata.
La caja que sus manos sostenían, ahora esta en el suelo de mi habitación.