__¿Parece que hablaremos después del gran banquete?
Al escuchar esas palabras, Sonia sintió como un escalofrío recorrió la columna vertebral y se le erizaron los bellos del cuerpo. Hacia tanto tiempo que no escuchaba esa voz pero, a la misma vez se sentía tan real. Dejo salir un pequeño suspiro cansado y asintió por inercia con un movimiento de cabeza. Se quedo con ese movimiento varios segundos, como si fuera un muñeco de aparador, antes de darse cuenta de que no era irreal lo que estaba pasando en esos momentos.
Al darse cuenta de que no era una broma lo que estaba pasando. Su cuerpo se congelo de inmediato y su brazo izquierdo adquirió un ligero temblor, sus ojos que usualmente no mostraban emoción, en esos momento, habían adquirido un ligero brillo con un toque de curiosidad.
__¿Como se atreve?
La voz de Sonia salió baja y fría. Un tanto cortante.
Ante ese tono, la sonrisa de él se hizo aun mas grande, mostrando una gran hilera de dientes perfectos.
Aún recordaba a la perfección esa sonrisa, una sonrisa bien fingida podía engañar a cualquier persona pero a ella no.
__Deberías comportarte, no puedes culparme de absolutamente nada si llego a ser un poco duro contigo, mi querida bruja.
Sus ojos se clavaron en él, Sonia lo miro con una frialdad glacial que hasta ella misma sentía miedo de si misma. Aunque por dentro tenia el estomago revuelto y sentía que en cualquier momento vomitaría frente a él no dejo que él se diera cuenta de lo que le sucedía, al contrario, saco fuerzas para poder mover su brazo y tomar la copa de vino que estaba frente a ella.
Ernesto de la torre sintió que no debió de haber dicho esas palabras pero ya era muy tarde para arrepentirse por haberlas dicho. Al contrario, lo único que logro hacer fue maldecir internamente su falta de criterio. Se había prometido que la trataría mejor, que no le diría absolutamente nada hiriente, sin embargo, sus palabras y acciones decían todo lo contrario.
Quizá un par de años atrás hubiera funcionado a la perfección, sin embargo no conocía otro método mas que el de someterla. Tenia que aprender mucho todavía.
__Dime algo. ¿Haz venido para llevarme de regreso?
Las palabras de Sonia cortaron la tensión. Fue directa y precisa. No le dio tantas vueltas al asunto.
Sin embargo, esas simples palabras dejaron paralizado a Ernesto de la Torre. Y la sonrisa de Sonia se volvió bastante afilada.
__Es momento de regresar.
_¿Momento de regresar?
Sonia se burlo de él y soltó una ligera risilla.
__No es momento de regresar. Es momento de que usted regrese solo.
Los hombros anchos de Ernesto adquirieron un ligero temblor, cualquiera pensaría que estaba riendo de algún chiste contado por su pareja. Pero era todo lo contrarío. Su cuerpo temblaba de furia contenida, su cabello el cual estaba sujeto por unos pequeños ganchos de cabello se zafaron y cayeron sobre la mesa. dejando unos mechones sobre su rostro. Su aura misteriosa se volvió aun mas aterradora. Sin embargo, Sonia solo trago saliva y siguió bebiendo de su copa de vino como si no hubiera pasado absolutamente nada.
Cuando finalmente Ernesto levanto el rostro y miro directamente a Sonia, su expresión era totalmente sombría y oscura. Sonia de inmediato tuvo la necesidad de salir corriendo de inmediato, pero fue impedida en ese momento. Ernesto tomo asiento al lado de ella y con una de sus manos la tomo del brazo sin ejercer demasiada fuerza para no lastimarla pero tampoco para dejarla escapar tan fácil.
__No me toques.
Con el ceño fruncido y el malestar instalado en el rostro de Sonia Ernesto la soltó de inmediato, pero, le sujeto las piernas con las de él.
__Señor de la Torre, Compostura. Es un lugar público.
Sonia había optado por salir a cenar esa noche ella sola aun Restaurant que no era muy conocido por la zona. Debido al intento fallido hace una semana. Mas nunca se imagino que Ernesto llegaría para acompañarla.
Había optado por una falda tipo lápiz de vinyl en color guinda hasta las rodillas con una ligera abertura en la pierna derecha, una playera de Arcane y unas botas dr. martens. No había utilizado maquillaje, solo labial marrón. Ahora estaba arrepentida por haber usado esa falda.
Las piernas de Ernesto estaban debajo de las piernas de ella, tenia las piernas ligeramente abiertas, mostrando un poco mas de lo debido. Ernesto le miro el rostro a Sonia el cual estaba ligeramente teñido de rojo y con la mandíbula apretada. Él, no lo pensó mucho y sonrío de medio lado.
La mano izquierda de él, se poso en la rodilla de Sonia e hizo ligeros movimientos en círculos, lentamente, dejando un leve cosquilleo.
La mirada de ella se volvió llena de pánico y por inercia poso su mano sobre la de él para detenerla.
__Aquí no, por favor. Aquí no.
_Entonces ¿Dónde?
Sonia que tenia la vista puesta en la mano de él que ahora estaba en medio de sus piernas, la levantó hacia él y con los ojos llorosos y suplicantes le hizo saber que parara.
Ernesto fiel e impredecible, ignoró las suplicas de Sonia y retomo su camino, ignorando las advertencias de ella, pero extasiado por que no lo detuvo mas, al contrarío, coloco su rostro en el cuello de él y dejo un leve beso. Las espinas de la escoba de la bruja se habían escondido por el momento, dejando que el deseo y anhelo la guiaran. Aunque mas tarde, este afilando las espinas que rodea su escoba.