Sonrisa Cerrada

Capítulo XVIII

JAN

 

    Cuando corte la llamada con la chica canadiense, me hizo curvar una sonrisa cerrada por lo que hoy le esperaba, detallo la hora en mi reloj de muñeca faltando solamente dos horas para que llegue al campo de béisbol, por ende se encontraría solo no había practicas hasta el día lunes a petición del entrenador Toledo según que estaba definición con su colega las nuevas tácticas de ataque para el juego del viernes, ya era oficial todo mi ser vibro de emoción, porque tendríamos un partido con los cocodrilos de la costa oeste de la zona de Santa Ana un colegio pequeño, pero sus jugadores eran talentosos al momento de ofensiva para batear; solo que no cuentan que las lanzadas que les otorgue no las verán venir, manifiesto en mi mente; antes de sentir un toque en la puerta sacándome de mi letargo.

   No espero que vuelvan a insistir, me levanto con mi pantalón de pijama en color negro, tomo el pomo y le abro a la persona más adorable que existe en la tierra, llevando como nombre Chloe una niña de cabello que le llega a media espalda muy ondulado, además de sus regordetas mejillas que al estar apenada se le tiñen de un color rosa que te hace amarla más, por ella y mi Madre doy mi vida si es necesario, elevo la comisura de mis labios antes de oír su melodiosa voz.

 

—Jan… quiero ir al parque. — pide al poner sus ojitos de perrito adorable.

 

  Enseguida la dejo entrar a mi dormitorio, la cargo en el proceso haciéndola reír.

 

—No lo sé pequeña, hoy debo salir al campo a solucionar un asunto. — comento con seriedad y ella hace un mohín que provoca comérsela.

 

—No es justo Jan… Mamá dijo que hoy estarías conmigo. — agrega en su defensa, por lo que ruedo los ojos.

 

—Ya veo… dime mamá se fue o todavía está en su dormitorio. —le hago la pregunta, a lo que ella pone una mano en su mentón pensando como una persona mayor.

 

—No acabo de salir hermano, asi que quedamos solos los dos. —suelta alegre dándome un beso en la mejilla que me hace sonreír de lado.

 

   En los diecisiete años que llevo, nunca le he brindado a nadie una sonrisa genuina muchos piensan que son un ser sin sentimientos, es por ello que muchas chicas me aman otras solo soy el demonio de sus vidas, por no cortejarlas de la forma que ellas desean, desde mi punto de vista me atraen solo busco tener un simple acostón y al día siguiente cada quien por su lado, es lo mejor desde mi punto de vista no requiero formalizar, pienso que es ridículo porque la única sentimiento que debe emerger en mi cuerpo como corazón es la valentía y el éxito, uno por mi Madre como hermana; mientras que el otro lo gana el béisbol.

 

— ¡JAN! — el grito de Chloe, me saca nuevamente de mis pensamientos.

 

 —Lo siento pequeña, estaba pensando. —fue lo único que dije y ella cruzarse de brazos muy molesta.

 

—Hummm… eres malo conmigo. — su chantaje me hace mirarla.

 

—En realidad no lo soy Chloe, y para que veas que soy genial; iremos al parque. —le digo al ponerla sobre el suelo alfombrado de mi dormitorio.

 

—Sí…

 

  La emoción en todo su rostro, es mi calma total ella no lo sabe; pienso guardar ese secreto, hasta que cumpla quince años, va necesitar mucho apoyo cuando este en la secundaria, lo que me hace pensar en la citación que hice con la chica de ojos azules bufo por lo bajo, buscando la forma de resolver el asunto y nada puedo hacer porque Dana está en un curso de repostería que inicio esta semana, le dejo más que claro a mi Madre que no podría cuidar de Chloe sino después de las seis de la tarde, eso me dejo en desventaja para tener mis salidas con mis compañeros, ahora debo enfocarme en mis estudios, pasar a buscar a Chloe y llevarla al restaurante con mamá, para que me cambie de ropa e ir al entrenamiento todos los días o tres veces por semana siempre y cuando el entrenador lo decida.

   Para cuando me recuesto en mi cama, el cuerpo pequeño de mi hermana se posiciona a mi lado quedando acostada como yo, giro mi rostro para ver como ella hace lo mismo, tiene los ojos de mi Padre; niego ante el rumbo que da esos pensamientos al abrazarla para tener su cabeza sobre mi pecho desnudo.

 

—Jan… ¿Sabes si Papá vendrá a casa? — pregunta, con inocencia dejándome inquieto.

 

—Chloe… él no volverá. — argumento al sentarme y ella imita mi acción, sin dejar de verme.

 

—Lo extraño mucho hermanito. — susurra por lo bajo, haciendo que sus ojitos se tornen cristalinos.

 

   Eso era una mala señal, odiaba a mi Padre por hacerle esto a la familia Chloe no sabe lo que hizo, porque para ese tiempo era solo una bebé; lo bueno fue que nunca le hizo daño a ella más bien la consentía y la cuidaba claro después de haber lastimado a mi Madre y en las noches entrar en mi dormitorio y golpearme hasta saciarse, jamás podría olvidar mi pasado, porque de solo verlo mi cuerpo entra en tensión de querer destruir a la persona, que tanto lastimo a mis seres queridos, por suerte cuando salió de la casa mi hermana; tenía solo dos años de edad nunca vio el lado oscuro de nuestro progenitor y tampoco deseo que lo conozca jamás.




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