Sonrisa Cerrada

Capítulo XXXVIII

JAN

 

 

    Muchas personas pueden pensar que un hospital es simple lleno de limpieza con personal encargado de proteger como supervisar a sus pacientes; pero resulta que mi mente no piensa igual al estar tomado de la mano con Chloe después de haber desayunado, me encargue de traerla a un hospital, para personas con cáncer o eso fue lo que detalle en la entrada, miró la recepción con recelo una enfermera robusta y con cabellos rulos alborotados, esta tecleando en el computador de su puesto, como también ver a personas ir y venir en sus labores otros con pacientes.

   Es por esto que detesto los hospitales, traen recuerdos amargos del pasado por mi Madre o por mí, cada uno herido de diferentes formas; sin embargo una pequeña mano se presiona sobre mi pierna derecha, al momento bajo la mirada encontrando que Chloe está asustada, me pongo de cuclillas tomándola de las mejillas dejando que sus ojos ámbar, se fijen en los míos.

 

—Pequeña… si deseas irte lo entenderé. —le hago entender, pero ella niega con algo de valor.

 

—Quiero verlo Jan. —dijo, solo asentí levemente colocándome de pie.

 

    Tome otra respiración y me dirigí con la señora de recepción, nos atendió; sin ningún problema, nos pidió ir al segundo piso en la habitación 15 A, asi que fuimos al ascensor, los nervios de Chloe eran palpables en el ambiente, pero en sus ojos había una determinación que no posee ningún niño de su edad; todo esto me tenía sorprendido. Posteriormente, las puertas se abrieron en el piso y un pasillo entre  blanco y azul oscuro nos recibió seguimos el camino, hasta que vimos la puerta que la enfermera nos mencionó.

   Todo mi ser entro en tensión, porque antes de salir de casa llame a mi Madre, explicándole el asunto de Chloe no quise ahondar en todo lo que pidió o demando para ver a Fabio, solo expuse la angustia que presentaba y no hizo más que darme la dirección del hospital; pero antes de colgar me pidió hablar en casa a solas en el horario que Chloe duerme estuve de acuerdo cortando la llamada.

   Cuando voy a tomar el picaporte, detallo que ella lo hace primero; dejando la puerta abierta para observar desde el interior, me quedo en mi lugar cosa que Chloe no lo hace sus pasos van hacia la gran camilla en todo el centro del espacio en que estamos, por inercia dos ligeros pasos hasta cerrar la puerta detrás de mí. Del mismo modo; todo en mi mente es una revolución y más cuando mi hermanita se acerca a tomarle la mano y comenzar a llorar.

   Hay maquinas a su alrededor que lo mantienen monitorizado, hace los ruidos para conocer que su corazón late o sigue vivo; pero su cuerpo está en reposo absoluto su aspecto es de total impresión sin nada de cabello como la última vez que lo vi en el parque, sin caso masa oxea en sus brazos como cuerpo, algunas venas se sobresalen de su cuello, vuelvo a tomar una respiración todo esto me supera, jamás pensé ver a este hombre que adicto y Padre de familia, estar en las nefastas condiciones que mi hermana y yo lo vemos, niego levemente por esto podría odiarlo por haberme hecho daño, pero nunca pedir que su vida este al borde de la muerte.

   Es como sentir que cada vez que mi Madre, trataba de excusarlo porque lo amaba, horita me golpeara en la cara y mi mandíbula, se tensa al oír la dulce voz de mi hermanita.

 

—Papá… papito por fin te veo. —hablaba con lágrimas en los ojos, mientras era solo un exportador de lo que veía.

 

  Con algo de cuidado, se pudo sentar a su lado y recostar su cabecita en su pecho, no podía entender como ella lo amaba; para mí era difícil hacerlo, las marcas de sus golpes en mi espalda baja son testigos de las rudeza que llego a tenerme siendo aún un niño, pero las palabras son las que más marcan en la vida de todo ser humano, cualquier que me diga lo contrario, estaría siendo un mentiroso porque eso dolía como el demonio.

   Fui acercándome poco a poco, la luz de una ventana al exterior se podía apreciar en la habitación dejando que los rayos del sol llenen el espacio, como también a los dos cuerpos unidos desde la camilla lo ojos de Chloe drenaban lagrimas fugaces, pero una ligera sonrisa adornaba sus labios, pero lo que vino después fue no tuve escapatoria.

   Los ojos claros de ese hombre fueron abriéndose de a poco, logrando que Chloe se moviera y su felicidad inundara cada rincón de la habitación y no conforme con ello que él la miro con un amor increíble que me hizo estremecer, porque su voz rasposa como grave se hizo presente.

 

—Hola mi pequeña, esto es un sueño. —confeso con algo de tristeza que mi hermana negó tocando su mejilla, para llevarlo a la realidad.

 

—No… papito estoy contigo… te fuiste mucho tiempo, y no quiero que lo vuelvas hacer. —agrego, llorando más pero bajo la mirada a sus manos unidas.

 

   No me pude acercar más, porque los ojos de él fueron a dar conmigo; todo se detuvo a mi alrededor; ambos nos escrutábamos que solo una ligera sonrisa broto de sus labios, acompañado de lágrimas, que fueron bajando por sus mejillas no sabía porque lloraba, trataba de hallarle una lógica; hasta que sus palabras rompieron el silencio.




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