Sonrisa Cerrada

Capítulo XXXIX

Evelyn

 

    Era de noche más específicamente las 9:30 pm casi las diez; estaba en el taxis que me llevaría a la luncheria que vi hace unas semanas, allí con Amaia conocimos un rincón donde relajarnos; como también un momento de calidad entre chicas, por suerte ella me ayudo con el problema del platillo típico de un restaurante muy conocido de la colonia tuve el placer de probar una sopa de mariscos que me pareció de los más divino, incluso iré pasado mañana con mi abuela para que lo conozca su nombre es LA ANITA, el lugar hace que logres estar en casa, como también la atención es increíble es pequeño un empujón mas y lograrían ampliarse la dueña es la misma chef eso lo hace más único, definitivamente volveré.

    Después de mirar los caminos del vecindario, el taxis llega a la ruta establecida le pago por sus servicios, donde salgo y camino un poco para estar en la cera verifico mi vestimenta; ya que estoy usó pantalón blanco, top negro junto a la chaqueta de cuero que amo usar en diferentes estilos, zapatillas color crema no deseaba usar zapatos deportivos mis pies necesitaban un descanso por asi decirlo.

    Asimismo mi cabello atado en una cola alta o lo que se puede ver de cabello, que me está llegando más debajo de los hombros, seguro mañana busco una excelente peluquería; que me ayude a cortar lo que ha crecido todo este tiempo, pero mis ojos buscan la luncheria sonrió de lado al verla, mis pasos va a esa dirección la noche cae espectacular con su distinguida luna en cuarto creciente apenas las luces de la calle en cada farol de la misma acera iluminan las calles, cuando entro a la luncheria busco un lugar; casi cerca para ver el exterior, en este lugar sirven de todo tipo de comida, va desde el desayuno hasta la cena, incluso sirven excelentes postres como malteadas es muy al estilo de los años 90, vaya… la decoración en rojo y blanco predomina cada rincón, a excepción de sus asientos cómodos, donde el negro no podía faltar, el piso parecer en estilo ajedrez y brilla sin una gota de mancha en la parte del área de cocina, se encuentra una barra amplia donde tres meseras se encarga de servir a los clientes.

   Los uniformes de ellas son en color crema y una diadema, en el cabello de color rojo; cada una tiene edades entre treinta o cuarenta, porque el dueño del lugar es un señor gordo como calvo viste la camisa con el logo de la luncheria se la pasa en la caja junto a otra señora mayor que puedo intuir es su esposa por como ambos trabajan y sonríen entre sí, digamos que es un negocio netamente familiar, pero dejando de lado mi curiosidad saco el celular para verificar si tengo algún mensaje de parte del beisbolista que me hizo salir de mi casa, claro tuve que decirle a mi abuela que estaba con Amaia porque si le decía lo contrario era capaz de no permitir que saliera, detesto mentir; pero hay casos en donde se debe hacer.

   Cuando reviso no encuentro nada, ni siquiera un mensaje de él; frunzo el ceño confundida entonces decido mandarle un mensaje son las diez y no ha llegado, en ese aspecto es puntual en nuestros encuentros de amigos cariñosos; su retraso debe ser por otra cosa, es por ello que le comienzo a escribir.

 

Yo

—Ya me encuentro en la zona, estas retrasado Sérieux.

 

   Al darle enviar, espero verlo en línea; antes de dejarlo sobre la mesa y comenzar a pedir una malteada necesito refrescarme el día ha estado muy caluroso no estoy acostumbrada a este tipo de clima, porque mi país es frío las grandes temperaturas bajo cero son las mejores, aquí es diferente mi piel se puede broncear como también quemarse es una de las desventajas de tener piel blanca, al elevar mi mano una mesera vine a mi encuentro, con su distinguida libreta para anotar los pedidos.

 

— ¿En qué le podemos servir? —dijo muy servicial.

 

—Quiero una malteada de mantecado, con trocitos de galleta como decoración, por favor. —hable en el idioma español, la chica de cabello rojo asiente anotando el pedido.

 

— ¿Algo más? —añadió, pero negué dando media vuelta para entregar mi pedido.

 

   Para cuando vuelvo a tomar mi celular, verifico que nada ha llegado, reviso el whatsapp y ni siquiera una respuesta de su parte, bufo por lo bajo ignorando la situación estaré en la luncheria solo una hora, no pienso llegar tarde a casa debo evitarle problemas a mi abuela, como también cuidarla lo que hubo en el partido del fin de semana pasado; no era casualidad ese hombre extraño venía con intenciones específicas de hacernos daño y eso no lo pienso permitir, Matías Clutier no me ha conocido, pero muy pronto lo hará mi familia es sagrada; al ser hijo único piensa, hacerle daño a la gente está equivocado.

    Todavía puedo recordar cómo se cansaba de maldecir a su familia, por el simple hecho de que su padre; no le da el poder para dirigir su empresa, que lo mantiene como un empleado más, esa y otras eran sus quejas hace dos años perdió a su madre de una enfermedad más específicamente cáncer de mama, obviamente su crianza fue buena, pero al morir su Madre todo en él cambio era lamentable que ahora se la pasara buscando hacer lo malo, solo para obtener lo que nunca su padre le ha permitió, que es la empresa de seguridad.




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