Soul saga knight of resonance

Capítulo 00: Prólogo

El alma. Está en todos nosotros, humanos, animales, bestias, ángeles y demonios. Son lo que define nuestra personalidad. Sin embargo, después de la explosión y despertar de nuestro mundo, las almas de todos sufrieron un cambio con el pasar del tiempo.

La magia, una bendición dada por un dios. Un poder sobrenatural con el cual podrías manifestar fuego sobre tus manos, controlar la misma tierra y crear olas en los océanos más profundos. Después de la explosión, el alma y la magia se unieron en una sola, creando habilidades diferentes y capacidades que ni la magia ni el hechicero más reconocido de aquel entonces podían explicar.

Ha pasado un milenio o al menos eso es lo que dicen los libros que he leído sobre nuestra historia. Gracias a que el idiota de mi padre tiene un cargo con algo de reconocimiento, soy capaz de tomar libros antiguos sin muchos problemas.

Me presento: mi nombre es Rousoku Haru. Hasta ahora solo soy un joven de 17 años despreocupado de la vida en un pequeño pueblo ubicado lejos de la frontera de Lamia, el reino del cual estamos arraigados. Las habilidades de las almas son algo curiosas; muchas son habilidades únicas, pero otras no se diferencian mucho de la magia. Quiero decir, aunque su habilidad y control son mayores, se podrían comparar con las de un mago avanzado de aquellas épocas. Sobre mí, solo soy una persona que, a diferencia de otros, tener una gran aventura, compañeros y una meta juntos no me llama la atención. Lo único que me importa es que mi pequeña hermana y mi tía, la cual me ha criado desde que tengo memoria, estén bien; con eso soy completamente feliz. Y sobre la habilidad de mi alma, pues... según tengo entendido, todos nacemos con una. Pero se tardan en manifestarse un tiempo indefinido. Poseo un alma. Pero, desconozco la habilidad de esta.

“Bien, veré si alguien necesita ayuda”.

Aunque me consideran un vago que tuvo la suerte de ser hijo de un caballero conocido, me gusta mucho pasar mi tiempo ayudando a las personas de la aldea. Sus parientes, hijos e incluso nietos; la mayoría de las personas se van de este lugar a hacer lo que mejor saben: disfrutar de la habilidad de sus almas y hacerse mucho más fuertes. Prácticamente hacerse aventureros. Considero que son mocosos que no deberían ser tan positivos y leer un poco más. Ya que existen seres no muy amigables y encontrarte con uno es tener muy mala suerte.

Mientras camino por la aldea, sin querer tropecé con una joven; fue mi culpa por no estar viendo al frente y estar con los pensamientos en otra parte. Ella llevaba una canasta con manzanas, las cuales terminaron esparcidas en el suelo.

“¡Perdón! “Fue mi culpa por no verte”.

“No te preocupes, a cualquiera le pasa”.

Al verla bien, se parecía mucho a alguien que conocí de pequeño, su pelo castaño y piel blanca y esa personalidad amable. Quedé cautivado. A manera de compensación por mi error, me agaché y empecé a recoger las manzanas. Sin embargo, al agarrar una, sentí un mal presentimiento. Sumergido en mis pensamientos mientras recogía las manzanas, pensé: ¿acaso no dormí bien? Al tanto de mis pensamientos, sentí la cálida mano de esa mujer tomando mi muñeca, haciendo que mi mirada se cruzara con la de ella.

“¿Te encuentras bien?”

Al momento de decirlo, ella soltaría una ligera sonrisa pícara en señal de burla; debió parecerle algo gracioso o tonto de mi parte que, al momento de agarrar la manzana, me quede viéndola fijamente.

“¡Eh, perdón! “Deja que yo me encargue”.

Intenté arreglar el pequeño problema que causé y a su vez olvidar lo que sentí hace un momento. Me disculpé con algo de intensidad y terminó rumbo a mi casa. Por la hora, estoy seguro de que esas dos estarán algo molestas conmigo.

“Ya volví”.

En el momento exacto en que abrí la puerta, un vaso impactó en mi cabeza, haciendo que retrocediera un poco ante el golpe e instintivamente reposara mi mano en mi frente. Mi hermana y mi tía tenían uno de sus pequeños conflictos del día; ambas son así cuando tienen la oportunidad.

“¡Haru! “Ya volviste, qué bueno verte; la mocosa de tu hermana piensa que ya soy muy vieja para buscar a un apuesto hombre”.

“¡Claro que lo eres, vieja!”

Ambas volvieron a discutir después de esas palabras; ni tuve tiempo de decir mi opinión. De todas formas, no me lo tome en serio y solo suspiré un poco ante ello. Como si de un hábito se tratase, mi hermana se acercó a mí y terminó dándome un abrazo. Sonreí ligeramente ante el gesto mientras acariciaba su cabello.

“¡Hermano, hermano! Hoy partió Kazutora; dice que se convertirá en un gran aventurero”.

Mi mirada tuvo un pequeño disgusto al escuchar lo que ella me mencionó. De todas formas, intente no darle importancia, ya que no es de mi incumbencia.

“Aunque eso suene divertido, es peligroso, Hikari. Pero claro, del cabeza hueca de Kazutora no me espero mucho de él”.

Al terminar esa frase, sentí un pequeño golpe en mi cabeza. Al parecer a mi tía no le pareció algo lindo lo que dije. Después de todo, a ella no le gusta como soy actualmente de mentalidad. Pero, aunque lo intentes, no puedes cambiar la forma de pensar de las personas.

“Haru, ¿qué clase de ideas le quieres dar a tu hermana? Por eso fue que yo estaba en contra de que leyeras esos horribles libros llenos de polvo; así no conseguirás novia”.

“Claro, lo dice la persona que tiene 26 años y sin novio, qué consuelo”.

“No es porque no pueda, sino porque no quiero, idiota”.

Contestó ella con aires de superioridad. Puede que tenga algo de razón, que me la paso mucho leyendo esos libros. Pero, aunque cuestione ciertas cosas, siento que me explican más de las afueras de este mundo que el poco estudio recibido en esta aldea.

Decidí no darle importancia a lo que me dijo; estoy algo cansado para iniciar con un conflicto. De todas formas, mi tía terminó sentándose en la mesa, exactamente al lado mío y de mi hermana que seguía junto a mí.




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