Todo lo que veía era oscuridad. No supe qué fue lo que me pasó, simplemente de la nada me sentí con la capacidad, el talento y la habilidad para poder luchar contra esa cosa.
“Seré tu espada”.
Esas palabras siguen resonando en mi cabeza. No pude saber de quién o qué se trataba y cada vez que intento recordar lo que vi, solo veo una mano delicada extendiéndose hacia mí. La curiosidad no me dejaba tranquilo.
“Argh…”
Con un ligero gemido de fastidio, empecé a recobrar la conciencia. Mis ojos lentamente se fueron abriendo solo para ver que estaba acostado en la especie de entrada a una cueva. Me siento completamente fatal.
Mi cabeza aún daba vueltas y sentía como si tuviera una ligera fiebre. Aun así, hice el esfuerzo de levantarme con todas mis fuerzas. Al tener mayor claridad del lugar donde me encuentro, pude observar que el lugar había sido limpiado. ¿Acaso alguien me trajo aquí? No sabía qué pensar.
“Hmm… mis heridas”.
Cuando recordé que había sufrido daños en esa pelea, no dudé mucho en ver las heridas que tenía en mi cuerpo, solo para llevarme la sorpresa de que había sido tratado. Aún más raro, ni siquiera tenía mi camisa puesta.
“Definitivamente… esto no lo hice yo.”
Puse mi mano en mi pecho; el calor que había sentido recorrer mi cuerpo en aquel entonces se había esfumado. Aun así, no lo podía ignorar; algo me pasó. Pero mi pregunta es: ¿exactamente qué fue lo que hice?
De repente, la luz del sol que se estaba reflejando en la parte izquierda de mi rostro se había oscurecido un poco, como si algo la hubiera cubierto. Por simple reacción, volteé la mirada y, para mi sorpresa, una joven estaba al frente, tapando el sol con su presencia.
“¡Mi señor, por fin despierta!”
Mi expresión fue de confusión en el momento en que dijo esas palabras. ¿Fue ella la que trató mis heridas? ¿Y por qué me acaba de llamar...? "¿Mi señor?" Esto es confuso.
Su apariencia parece la de una noble de la realeza. Pelo largo de color dorado y ojos azules como lapislázuli, y con un elegante vestido rojo con retoques de color dorado. No mentiré, era bastante hermosa a primera vista.
“Perdón, pero, ¿quién eres?”
Fueron las únicas palabras que pude decir en ese momento. Sorpresivamente, ella se acercó a mí como si fuéramos amigos demasiado cercanos y, con aires de felicidad, estrechaba su mano con la mía.
“¡Mi señor, por fin fue capaz de escucharme! Nunca perdí la esperanza. Sabía que mi perseverancia daría frutos con el pasar. del tiempo.”
Esta chica estaba demasiado entusiasmada por alguna razón específica. No entendí absolutamente nada de lo que me estaba diciendo. Aunque, si fue ella la que me trató, pues debo agradecérselo.
“Gracias por ayudarme, aún no conozco su nombre”.
Ella me miró con una expresión incrédula. Pero, rápidamente sonrió con aires de grandeza. Con bastante energía, se apartó. de mí y, como si fuera una especie de espectáculo, empezó a decir una especie de poema.
“Como el ave que renace de sus cenizas ante la muerte, mi humilde ser se hace presente. Mi señor, usted será capaz de nombrarme como Fénix. Estaré a su servicio hasta que caiga el telón de nuestra odisea”.
Con todo lo que me dijo, se me hacía difícil tomarla en serio por la forma en la que habla. Me parecía bastante ridícula y eso que me educaron de forma respetuosa. Capaz se dio un fuerte golpe en la cabeza que la dejó así o es una niña mimada que logró escapar. Aun así, debo ser respetuoso al respecto.
“Uhmm… Fénix, ¿no?
“¡Sí, mi señor! ¿Qué necesita?
Es demasiado energética cuando me refiero a ella. Intenté no darle tanta importancia y seguir hablando de forma tranquila.
“¿Fuiste tú la que me ayudó?”
Al terminar esa frase, ella se acercó de manera confiada hacia mí, llegándose a sentar en mi regazo mientras me miraba fijamente con brillos en los ojos.
“¿¡Le fui de ayuda, mi señor!? ¡Juro que no tendría problema en hacerlo de nuevo! “¡Solo por usted!”
Ya había tenido suficiente. Aunque me odie un poco por ser descortés con la persona que me ayudó, necesito dejar las cosas claras de una vez.
“Tonta… ¡Te estoy preguntando si me ayudaste! Demonios, me duele la cabeza con todo lo que dices”.
Tras mi pequeña explosión, se terminó apartando de mí. Por alguna razón, ella habla de forma extraña y sigue refiriéndose a mí como su señor. Aunque siento la rara sensación de que también hablaba como ella con lo que pasó en la noche anterior. Me calmé un poco. Pero, de todas maneras, necesito ser directo.
“Escucha, no sé quién eres exactamente. Agradezco tu ayuda. Pero no puedo quedarme más tiempo aquí”.
Me levanté con bastante esfuerzo; mi pierna aún no había sanado bien. Aun así, necesito moverme, volver a la aldea por mi familia.
“Vas a tu pueblo a buscar a tu tía y a tu hermana llamada Hikari, ¿no es así, mi señor?”
Mis ojos se abrieron como platos tras lo que dijo Fénix. ¿Cómo sabía eso? Estoy seguro de que no se lo pude haber comentado y mucho menos estando inconsciente. La confronté sin pensar.
“¿Cómo sabes todo eso? “¿Quién te lo dijo?”
Ella sonrió confiada y se levantó lentamente del suelo.
“Nadie me lo dijo, después de nuestra sagrada unión quedaste tan abierto como un libro de lectura ante mis ojos”.
“¿¡Cómo que abierto, pervertida!?”
Me sentí raramente acosado. Las maneras raras de referirse a mí me repudiaban un poco. Esas palabras hacen que se puedan malinterpretar de muchas formas.
“Mi señor, ¿no recuerda lo que pasó?”
Parece que al fin podremos ir al grano de una vez.
“Tengo los recuerdos borrosos. Sin tantos rodeos, dime qué fue lo que pasó”.
Se acercó hacia mí y puso la palma de su mano derecha en mi pecho. Mi corazón se aceleró ligeramente; de todas formas, me quedé quieto sin oponer resistencia.
“El poder de las almas es impresionante. Estuve aproximadamente 2 milenios reposando en ese campo de flores desde mi último espectáculo. Pensé que se había acabado para mí, ¡pero!".
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Editado: 29.06.2025