Soy... ¿ El Amante De Mi Esposa?

Capítulo 05: Yo cocinaré

Rowan, es decir, Ángelo, sabía perfectamente que ella no podría decirle que no a la comida rápida, era uno de sus gustos culposos que de verdad estaba intentando combatir, pero, no era tan sencillo como lo imaginó desde el comienzo.

Una sonrisa amplia adornó el rostro de Maliah, pero, a diferencia de lo que él creía, ella llevaba su cabeza de un lado a otro, estaba negándose a darse ese gusto que «su esposo le negaría por su salud».

—Lo siento, a esta hora, mi esposo ha de estar esperándome para comer juntos, puede ser en otra ocasión —dijo con tranquilidad.

¿Rowan estaba escuchando bien? Su esposa lo estaba rechazando a él mismo, para poder ir a cenar con él mismo, sonaba como una completa locura, pero esa carencia de sentido era lo que perfectamente estaba haciendo que el corazón de Rowan se acelerara demasiado.

Lo que no pensó hasta ese momento, era que debería estar en casa en ese preciso momento cocinando algo para que ella comiera, había pasado tanto tiempo a su lado que se olvidó que el tiempo existía, eso podría jugarle en contra en ese preciso momento.

—No hay ningún problema, lo entiendo. Me gustaría acompañarte a casa, pero no creo que tu esposo lo vea con buenos ojos, te dejaré en el autobús y regresar a casa —expuso como una manera de excusarse, para darle tiempo de tomar un taxi y llegar antes que ella a casa.

Eso sonaba como si fuera la mejor solución. No contaba con el hecho de que hubiera demasiado tráfico y terminara estancado en él, justo al lado de la ventanilla de Maliah. Ella, al verlo, agitó su mano de un lado a otro, despidiéndose; él hizo lo mismo, pero estaba nervioso de no poder llegar a tiempo.

Su mente estaba trabajando a la velocidad de la luz para poder encontrar una manera de llegar y justificar el hecho de que apenas estaría poniendo la olla. ¿Qué pensaría su esposa si lo viera de esa manera? Ella estaba esperando llegar para cenar a su lado, pero no, él no tendría nada listo, se sentía un poco tonto por dejar que su percepción del tiempo se viera tan afectada hasta ese punto. 

No se culpaba, a sus ojos, a cualquiera podría pasarle al estar cerca de su esposa; eso sí, no deseaba que nadie más se arrimara a ella, y con Ángelo. Es decir, era el mismo, así que la idea no le molestaba por completo, solo una pequeña sensación de incomodidad, pero si eso significaba ver su sonrisa más seguido, entonces era un peso que estaba dispuesto a llevar.

—¡Eso es! Le llevaré un poco de comida rápida, al final de cuentas han pasado mucho tiempo desde la última vez que la comimos comida de ese estilo. Ella estará feliz, y de esa manera podré ver una sonrisa de verdad dedicada exclusivamente a mí, y no a Ángelo.

Mientras él hablaba consigo mismo, el taxista lo observaba desde el retrovisor, no era la primera vez en la que se encontraba con un hombre de cuestionable salud mental, hablando solo. Lo que se le hacía extraño era que parecía que estaba hablando de sí mismo.

Rowan no le prestó atención a las miradas confusas de su taxista, sino que apenas pagó corrió en dirección al sitio de comida rápida donde podría comprar lo que necesitaba.

—¡Ha de ser una broma! ¡Este lugar casi nunca está cerrado! 

Una risita bastante frustrada se escapó de sus labios, ¿por qué algo así sucedía cuando él más lo necesitaba? Observó su reloj, lo único que podía hacer era buscar otra excusa, su corazón latía con fuerza sintiendo que su esposa llegaría a casa en cualquier momento y él estaría fuera.

Dejando atrás todo atisbo de preocupación, corrió a cambiarse la ropa y regresar a ser Rowan. ¡Eso era! Lo que podría hacer era decir que había perdido la noción del tiempo y tuvo que seguir trabajando hasta tarde. La verdad era que ese trabajo que debía entregar estaba terminado, no le gustaba dejar todo para el final, como en ese preciso instante.

Pasaron unos cinco minutos luego de tomar un baño, que la puerta de casa se abrió revelando a una muy extrañada Maliah. No era costumbre para ninguno de ellos que Rowan dejara la puerta abierta, mucho menos cuando estaba tomando una ducha.

—Sentía que ibas a llegar pronto, por eso dejé la puerta ajustada mientras tomaba una ducha, no quería hacerte esperar —explicó antes de que la boca de su esposa se abriera para hacer exactamente esa misma pregunta, de forma que ella se limitó a asentir.

Se dirigió a su sala de trabajo, para dejar cada una de las aplicaciones que consiguió, además de telas e hilos, y un par de cosas que aunque no necesitaba en ese momento estaba segura de que llegaría a emplear después.

Rowan la siguió de cerca, se sentía un poco culpable por hacerla esperar con la comida, pues, sabía que ella estaría muriendo de hambre en ese momento. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios, esperaba que en ese momento ella no se molestara.

Es decir, ella realmente no le veía problema a esperar un poco más, aún sabiendo que él tenía más responsabilidades y que, ella perfectamente podría cocinar, solo que, Rowan sentía que ella había confiado tanto en él al decirle a Ángelo que su esposo estaría esperándola con la cena lista, eso lo hacía sentir algo culpable.

—Maliah, me centré tanto en terminar el trabajo que se me hizo tarde para preparar la cena, lo siento mucho —se disculpó observándola detenidamente mientras ella organizaba lo recientemente adquirido.




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