Soy... ¿ El Amante De Mi Esposa?

Capítulo 12: Una competencia en pareja

Los planes de Rowan jamás llegaron a ser esos, nunca creyó que existiera tal probabilidad. La manera en la que las cosas estaban avanzando le indicaban que su amigo no estaba tan loco como parecía.

—Roberto, esto… ¡Ah! —no pudo evitar gritar frustrado, sentía que todo estaba saliéndose de control, más aún gracias a que su esposa no había llegado a casa, Roberto podría estar en lo cierto.

No estaba logrando que su esposa se enamorara más de él, sino todo lo contrario. Maliah lo detestaba, eso estaba claro, esa era la razón por la que lo estaba evitando durante todo el día, a pesar de que hubiera estado a su lado como Ángelo.

La verdad era que intentó contactar por llamada y mensaje de texto, vio cómo ella dejaba su celular en cualquier lado para hacerse la que no escuchaba; incluso cuando Ángelo intentó contestar la llamada de Rowan, ella lo evitó, lo hizo sin dudarlo, sin mostrar compasión.

—¡No grites! Recuerda que tengo un oído sensible —expuso cubriendo los laterales de su cabeza. Cada que su amigo gritaba era como si a él le clavaran tornillos en sus oídos. No podía soportarlo.

—Espera… Mi esposa me odia, lo hace, no tengo dudas de eso. —Expuso como si se le hubiera ocurrido la mejor idea de todas.

—Ahora di algo que no sea obvio. —Intervino su amigo ganando un gruñido por parte de Rowan.

—Lo que quiero decir es que a ella le agrada Ángelo, eso nos lleva a que puedo hacer que Ángelo le muestre lo mucho que su esposo la ama, lo mucho que ella puede llegar a amarlo. —Las palabras de Rowan sonaban tan seguras de sí que provocaba que Roberto dudara del éxito de aquello.

—Eso fue lo que dijiste desde el comienzo, y mira bien… no estamos en la mejor posición. Deberías rendirte, decirle que eres Ángelo, que la amas, que quieres conquistarla. Ella accederá y todos entran el matrimonio que merecen. Uno lleno de felicidad y de mimos.

—Dame un buen consejo, no solo digas tonterías. Amigo. Está claro que Ángelo es el mejor para acercarse a ella en este momento, si se entera de que soy yo, entonces tendrás que asistir a mi funeral y a la lectura de mi testamento.

—Déjame adivinar… ¿Le dejaste todo a tu esposa? ¿No hay nada para mí? —cuestionó escéptico.

—¿Cómo crees?, eres mi mejor y único amigo. Claro que te dejé mi objeto más preciado. Mi guitarra.

—¿A la que le faltan las cuerdas? No gracias. —Rodó los ojos con claro descontento.

❀『Con Maliah』❀

—¿Estás segura de que Rowan no se molestará de que pases la noche aquí? —indagó la mujer con una sonrisa apenada. —De verdad no sé cómo agradecerte todo lo que hiciste por nosotros este día.

—Descuide, suegra. A él no le molestará que pase un tiempo aquí ayudándoles en lo que pueda, al fin y al cabo, son sus padres, ¿no? Él puede cuidarse solo, además de que está de acuerdo con el que lo haga. —Maliah sonaba muy convencida, pero era porque ese era el único sitio en el que podría pasar la noche de forma tranquila. 

Sin que su esposo sospechara y sin tener que verlo aún, no estaba preparada para tantas emociones. Necesitaba que ese hombre se clamara para poder conversar de la manera correspondiente.

Los padres de Rowan habían sido un gran apoyo para ambos mientras se encontraban comenzando su matrimonio, pues las cosas al inicio no fueron las más sencillas. No luego de que Maliah dejara de trabajar por un tiempo mientras se adaptaba a su nueva ciudad. O el hecho de que Rowan cayó enfermo cerca al segundo mes de matrimonio.

Maliah se sentía agradecida por su calidez, porque la recibieron como si fuera una hija, a pesar de ser una completa desconocida para esa familia.

—Espero que los exámenes del suegro salgan bien —dijo ella cambiando un poco del tema. —Me duele no poder hacer nada para ayudarle, de verdad. Le daría mi riñón si fuera necesario —expuso con seguridad.

—¡No seas exagerada! Eres una mujer joven, claramente necesitas tus dos riñones. —Se quejó la madre de Rowan como si de la boca de Maliah hubiera salido la más grande pavada que jamás hubiera llegado a escuchar.

—Suegra, hablo en serio. Lo haría por cualquiera de ustedes dos. Son como mis otros padres —sonrió mientras se sentía en casa gracias a la sonrisa correspondida por su suegra.

—Mi hijo definitivamente se ganó la lotería al casarse con una mujer como tú. Te aseguro de que él te ama, incluso más de lo que yo llegué a amar a tu suegro —dijo soltando un pequeño suspiro. —Nuestra relación al comienzo no era la mejor, ¿te lo habíamos contado?

La joven esposa llevó su cabeza de un lado a otro, incrédula de que esa pareja, que era su ideal en su vida, hubiera comenzado con el pie izquierdo su relación matrimonio.

❀『Al Día Siguiente』❀

—¡Debo agradecerle al instructor malvado que me permitió hacer pareja con una de sus mejores estudiantes! —exclamó Ángelo en el momento en que se sentaba junto a Maliah a la mesa.

Ese día de práctica se les anunció sobre la competencia anual de baile que su academia hacía para incentivar a los nuevos estudiantes, entre los cuales, ellos dos pertenecían. El premio era un viaje todo incluido a algún lugar del mundo. El destino era sorpresa, además de ser reconocidos como los mejores bailarines novatos de esa academia.




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