Soy... ¿ El Amante De Mi Esposa ?

Capítulo 14: Amar a la persona equivocada

Maliah corría lo más rápido que sus cortas piernas le permitían, Ángelo la intentaba alcanzar, pues su comportamiento era demasiado extraño. ¡¿Por qué saldría corriendo de la nada?!

Una vez más, Maliah terminó en casa de sus suegros con la excusa de querer ayudarles en lo que pudiera. No era mentira, en realidad deseaba ser de utilidad para esas personas que estuvieron a su lado todo el tiempo, apoyándola a ella y a su esposo en los momentos difíciles.

Sin embargo, no pasaría desapercibido que era una manera de escapar de Ángelo, necesitaba hacer algo diferente, poder esquivar cada uno de sus pensamientos para poder regresar a la normalidad, para que su relación matrimonial no se viera afectada por los acontecimientos recientes.

—¿Cómo se siente hasta ahora, suegro? —indagó Maliah dejando un poco de sopa frente al hombre mayor. Esperaba a que todo se solucionara para ellos, pues de todas las personas que ella conocía, esas eran las que menos merecían sufrir.

Una parte de ella, la cual estaba distorsionando cada uno de los hechos, se sentía incluso culpable por la enfermedad de su suegro. Así era la mente de Maliah, la culpaba de ser la responsable de cosas en las que no tenía nada que ver.

—Estamos a la espera de los exámenes, hija —contestó lanzando un pesado suspiro. Nadie se encontraría realmente preparado para enfrentar una noticia de esas, para enfrentar el hecho de que podría morir en cualquier momento con una enfermedad dolorosa.

—Desearía que todo esto fuera simplemente un malentendido. Díganme, ¿qué se supone que haríamos si llega a pasar lo peor? —A su manera al hablar se notaba el nudo en su garganta, ese que no le permitía hablar de manera clara.

—No digas eso, todo saldrá bien —afirmó la madre de Rowan, la cual acariciaba con cuidado la mano de su nuera.

—Lo siento mucho, en lugar de ser la persona que les sirve de apoyo, estoy siendo la persona contraría —lanzó un pequeño suspiro mientras inclinaba su cabeza. No se encontraba en la condición óptima para ser de apoyo, y eso le dolía.

Era su mente la que le estaba jugando en contra, no le permitía pensar con claridad. La imagen de Ángelo saltaba a sus ojos de repente, de la nada, ¿qué debería hacerse en un caso de esos?

Podría jurar hasta que su suegro tenía similitudes con ese hombre, le incomodaba la idea, la detestaba, no deseaba que las cosas continuaran de esa manera. Deseaba despertar una vez más y que todo hubiera regresado a la normalidad.

Luego de un par de horas, ella se armó de valor para regresar a casa, ella y su esposo tenían una gran conversación pendiente, por más que deseara huir en ese momento, no era lo correcto, no le estaría demostrando que ella también deseaba arreglar las cosas.

—¡Ya estoy en casa! —anunció al ver cómo las luces del lugar estaban apagadas, cosa que era demasiado fuera de lo común si se consideraba que su esposo le dijo que hablarían en la noche.

Un muy diminuto resplandor llamó su atención, se acercó con pasos lentos hasta ese punto, las luces se encendieron, permitiendo que tuviera una mejor visión de una mesa dispuesta exclusivamente para ella. 

Frente a sus ojos, su esposo le había preparado una cena romántica, una bajo la luz de las velas, los ojos de Maliah se iluminaron, no recordó si esa era una fecha especial, ni siquiera era su cumpleaños.

—Espero que esta no sea una mala sorpresa para ti, la verdad es que estaba esperando que llegaras un poco más tarde, así me daba tiempo de asegurarme de que todo estaba en perfectas condiciones. Hace tiempo no preparaba algo así —confesó jugando con sus manos.

La mirada de Rowan estaba centrada en la de su esposa, estaba buscando cualquier señal con la que ella delatara lo que pasaba por su mente, de esa manera podría saber si era o no agradable. Maliah no era la clase de chica que exigía esos encuentros románticos, a pesar eso, no los rechazó jamás.

¿Le gustaban o le avergonzaban?

—No, descuida. Todo se ve… muy lindo —contestó intentando sonreír. 

A los ojos de Maliah este era un detalle innecesario para con ella, pues no se sentía a gusto recibiendo más cosas de su esposo. Sentía que lo único que ella había hecho en esa relación era recibir y recibir, no había nada que ella hubiera hecho por Rowan que no fuera traerle problemas, dudas o alguna que otra decepción.

Por otro lado, un poco diferente, ¿cómo podría hablarle acerca de lo muy parecidos que lucían él y su nuevo amigo? Rowan se veía muy parecido a Ángelo con esa escasa luz iluminando el interior del recinto.

La mente de Maliah era bombardeada una vez más por esa escena, cada vez se sentía más y más inmerecedora y culpable por todo el trabajo que le estaba colocando a su esposo. Lo mucho que él se preocupaba por sacar a flote su relación, para que los ojos de su esposa se estuvieran desviando al lado equivocado.

—¿Te parece si comenzamos a cenar? —sugirió tomando la mano de su esposa, para que se sentara justo en frente de él. 

Cada una de las cosas que Rowan cocinó para ella, lucían tan deliciosas, tan llenas de amor y cuidadas en cada detalle. El corazón de Maliah sentía cómo era golpeado con fuerza, pues no podía dejar de pensar en ese otro hombre.




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