Soy el villano ¿y que? - I. Indicios [en curso]

Capitulo 2

↝↜Edward↝↜

Intuía que se avecinaba una negativa o al menos un, pero, siempre era lo mismo, las directivas —ósea Valentina Lorens— siempre tenía un pero para mí.

-Lo siento muchacho, hay patrocinadores interesados, pero la dirección no está convencida, por ahora no hay nada más que hacer- respondió el productor. Salí desanimado de aquella oficina, en últimas iba a tener que aceptar que mi mamá tenía razón, yo no podría cumplir el sueño de Richard. 

Camine de regreso a la salida de la empresa, con las manos dentro de los bolsillos y la mirada puesta en el piso. Escuche una discusión y al alzar la vista vi a Alan y Valentina peleando, pase sin poder evitar prestarles atención, ellos solían pelear seguido y no disimulaban su “enemistad”. 

-Solo quiero hablar contigo- dijo Alan frenándole el paso

-No tengo ganas de hablar ahora- respondió Valentina Lorens mientras lo evitaba, me detuve al ver que me cerraban el paso, la salida no estaba totalmente abierta y ellos estaban parados en toda la puerta haciendo que no quedará espacio para pasar.

-Esto no se trata de ganas- respondió Alan -Si no lo recuerdas, tenemos un trato

-Me importa cinco el estúpido trato- respondió Valentina exasperada

-No te conviene retarme Valentina

-¿Me estás amenazando?- preguntó molesta- si es así trata de hacerlo mejor- ambos se miraron fijamente un instante negándose a  ceder

-Permiso- dije tratando de abandonar la disquera, pero ellos ignoraron mi presencia.

-¿Quieres arriesgarte? mira que mi paciencia tiene límite, así que espero seas sensata y no me sigas provocando, porque en el estado en que está tu carrera yo no me arriesgaría a un escándalo- Alan camino alejándose de ella, pero fue Valentina en esta ocasión quien le impidió que se marchara anticipándose a hablar.

-Eres un imbécil- pronunció llena de rabia- ni se te ocurra intentar amenazarme, no soy una niña. Y recuerda que yo soy dueña del canal, te aseguro que se hunde primero tu carrera que la mía-  vi que había un espacio libre y me apresuré a pasar, pero Valentina se giró de imprevisto chocando conmigo y provocando que ambos cayéramos al piso. 

Mis lentes cayeron al suelo, junto con mis papeles, los recogí rápidamente y Alan me tendió la mano para ayudar a ponerme de pie mientras se burlaba de ella.

-Al final siempre cae primero el mentiroso que el cojo- dijo pasando por el lado de ella y entrando al estudio, me apresure a tenderle la mano para que se levantara, pero ella me miró con cara de desagrado e ignoro mi ayuda poniéndose de pie sola.

-Lo siento mucho- dije en forma de disculpa, más por miedo que por sentirlo realmente, ella me dio esa mirada gris fastidiada que siempre me daba y de repente me sentí tan pequeño e insignificante junto a ella de nuevo, aunque solo me llevaba tres años de ventaja. 

-Lo que me faltaba- dijo con fastidio mientras se acomodaba la ropa- tropezar con el Freak- escuchar aquello me molestó, recordaba lo odiosa que era, pero no iba simplemente aceptar que me faltara el respeto de nuevo, eso se había acabado. Ella solía ir por la vida humillando a todos solo porque tenía dinero y poder, pero el hecho de que mi padre fuera el mejor amigo del suyo me daba algo de respaldo y seguridad-aunque eso con ella nunca servía-

-¿Perdón?- pregunté provocando que se girara- me estoy disculpando, aun cuando no fue mi culpa

-¿Y qué esperas que haga Freaky? ¿Qué ten un nobel de paz?- preguntó caminando hacia mí, me volví a sentir aterrado, miré hacia el piso al no poder soportar la intensidad de su mirada gris, siempre sucedía lo mismo.

-Sería lo mínimo que debería hacer- dije inseguro en voz baja

-Desde que regresaste andas muy confianzudo ¿No? Me parece que voy a tener que recordarte cuál es tu posición. Perdedor- hizo énfasis en la última palabra, yo apreté los puños con rabia, pero incapaz de hacer algo.

-Ya no te tengo miedo- dije apenas sin tartamudear, pero sin alzar la mirada, me daba algo de consuelo saber que los escoltas que me acompañaban estaban cerca, habíamos quedado ligeramente fuera de la puerta, así que desde allí podía verlos por el rabillo del ojo, Valentina no pondría en juego su imagen pública allí, menos por mí. Ella se río con odiosa elegancia y golpeó los papeles que yo tenía en mano, haciendo que cayeran de nuevo. Di un brinco del susto y eso hizo que ella se riera con más fuerza.

-Joven Edward- ambos escoltas llegaron hasta mí al ver la situación -Señorita - saludaron respetuosamente. 

-Ya te veré llorando mientras le dices a tu papá, "Valentina me está molestando" - dijo en un tono peligrosamente bajo, me dio una última mirada con desaprobación, se colocó sus lentes oscuros y se dirigió a su auto seguida de su escolta personal, con su arrogante presencia, apariencia opulenta y actitud altanera. Respiré profundo tratando de calmar mi rabia, me agaché y recogí las  hojas.

-Personas como ella no deberían existir- dijo uno de los escoltas con irritación, mientras me seguía hasta mi auto

-No le digan nada a mi papá- pedí y me subí al auto, ellos asintieron y se subieron también. 

Me dirigí hacia la casa de la familia Lorens, mi padre me había pedido que le llevara una caja que había dejado en la casa. Cuando llegué tuve que esperar a que los periodistas despejaran la entrada y los hombres de seguridad del senador me dieran paso. Esa era una de las cosas que odiaba de ir a esa casa, sobre todo ahora que el señor Lorens se había lanzado como candidato a la presidencia.




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