Soy Feliz. ¿o no?

Una sonrisa interna

Ya sabemos lo que dicen varios autores conocidos; en este punto la idea de un concepto de felicidad está clara en tu cabeza, entonces, debemos trabajar con esa idea para reforzar ese concepto.

La felicidad no es un estado estático, es decir, que soy feliz y ya, no para nada, es una práctica diaria, pongamos un ejemplo simple, algo que podamos ver a diario, una planta, a simple vista cualquiera diría solo necesita agua y ya esta, estan muy lejos de la realidad, esa planta necesita sol, abono, agua por supuesto pero sobre todo cuidado, necesita los cuidados de su dueño, quien es el dueño de la felicidad pues es usted en este caso, y como dueño debe hacerse cargo y responsable en todo los sentidos de cuidar su planta, no puedes dejar que el vecino la riegue por usted, ni un hermano, su madre o su padre, es su responsabilidad, es algo suyo que se le ha dado y que hermoso se siente, que le elogien su planta a uno, que maravilloso es cuando dicen: ‘‘que bien se ve’’, ‘‘ es que su dueño la cuida muy bien’’. Uno se siente regocijado, uno se siente de maravilla.

No perdamos el concepto en la metáfora, pongamos las palabras adecuadas para que se ejecuten y se pongan en marcha. Vamos a traducirlo entonces para estar completamente claros: la planta es su felicidad; el sol vendría siendo aquello que se podría representar como el optimismo y la actitud positiva. Así como el sol es la fuente de energía para las plantas, el optimismo nos proporciona la fuerza y la motivación para enfrentar los desafíos y disfrutar de los buenos momentos. Por otro lado, el abono, que serían los valores, las relaciones interpersonales y las experiencias significativas. Al igual que el abono enriquece la tierra, estos elementos nutren nuestra alma y nos ayudan a crecer como personas. Finalmente estaría el agua que simboliza la empatía, la compasión y la autoconciencia. El agua es esencial para la vida, y de la misma manera, estas cualidades nos permiten conectarnos con nosotros mismos y con los demás, favoreciendo nuestro bienestar emocional.

Uniendo todos estos factores, debemos de ser empáticos con nosotros mismos, de hablarnos bonito, de ver con optimismo la vida. Siempre hay una enseñanza detrás de todo lo que nos pase, entonces ver de modo significativo el crecimiento personal; no sirve de nada juzgarnos y mentalmente darnos golpes, estar conscientes de que se está haciendo lo mejor por mejorar cada día un poco más que ayer y que no podemos controlar aquello que pase, estar conscientes de que se hizo lo correcto con las herramientas que se tenían a la mano y de no resultar del mejor modo utilizar eso como un aprendizaje para eventos futuros.

Aquí entra entonces el porqué de que unas personas sean felices y otras no. Unas, pese a su estatus humilde, aunque tengan alguna discapacidad o algún otro ente en su vida, siguen estando felices, mientras que, por el otro lado, personas con un nivel económico más alto y físicamente saludables, con todas sus extremidades, no lo son. Es sencillo, no se sienten bien con lo que ya tienen y si no se sienten bien con lo que ya poseen, nadie les garantiza que lo serán en una mejor condición. Es una práctica diaria, recuérdalo; si en el transcurso del tiempo dejaste de practicarlo, se va a ir disminuyendo al punto que te quede muy poco o desaparezca en lo absoluto.

¿Recuerdas la metáfora de hace un rato sobre la planta? Justamente eso es lo que ocurre: descuidaron su planta interna, creyeron que no era algo significativo y cuando quisieron darse cuenta, ya la planta estaba seca, muy seca y marchita, tanto que les fue difícil volver a hacer que retoñe. No es imposible, siempre queda un poco de esperanza; sin embargo, va a ser un proceso lento, largo, el cual conlleva más tiempo, el doble de cuidados y demás. Entonces, no deberíamos dejar que nuestra felicidad acabe por marchitarse; siempre debemos estar y tenerla en un estado continuo de supervisión para que se encuentre de lo mejor.

El tema está siendo muy fácil; vamos a subir un poco de nivel, pero no se preocupen, todo será explicado en el lenguaje más llano posible. El objetivo es saber si eres feliz y, si no, ayudarte un poco a darte ese empujón que quizás necesites después de todo.

Vamos a pasar a cuestionarnos entonces según la definición que tienes propia de lo que es ser feliz. Pregúntate lo siguiente: ¿Realmente soy feliz o no? Si la respuesta resulta ser que sí, déjame decirte que ya estás en el camino y eso me hace sentir feliz, así que todo lo demás que leas a partir de ahora será un reforzador o un poco de agua para tu planta de la felicidad, para que mantengas aún más afinado lo que es el autoconcepto de lo que es ser feliz. Del otro lado, si la respuesta es un no, no te preocupes, también me queda aún más contenido para ti.

De ese concepto propio que tienes, que lo hiciste tuyo, piensa bien cuáles de esas funciones no estás cumpliendo, qué es eso de lo que te estás privando, aquello que pasas por alto inconscientemente y no te está permitiendo en este preciso instante ser esa persona feliz que tanto deseas. No sirve absolutamente de nada que yo escriba mil y una cosas lindas, muchas palabras bonitas y que en su mayoría encajen contigo a la perfección y que al final no te lo creas. Recuerda que la felicidad es algo propio y no puede salir de otras personas, ni siquiera ser influenciada; es un estado interno, algo muy personal que radica en ti.

Te invito a reflexionar, a tomar una pausa de ser necesario y cuestionarte qué es aquello entonces que no te produce felicidad. Si a eso vamos, resulta bastante lógico, si no eres feliz o no sientes que lo estás siendo, entonces estás del lado contrario de la vía; en este caso estás siendo o infeliz e incluso realizando cuestiones que no te conducen para nada a la felicidad deseada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.