Soy ficticio

Capitulo 3-✾ Su secreto ✾

Ylani

Fui a la escuela como en toda la semana ¡aburrida! ¿Por qué? Porque no podía ir a ver al chico de la biblioteca. No sé en qué momento ni cuando paso pero... término siendo mi único escape de pasar horas en la casa sin internet, con el pequeño Ariath llorando ¡todo el día! Estoy como si yo fuera la madre del bebé, por cierto se me pasaba ese pequeño detalle, recuerdan que dije y asegure que sería niña, ¡adivinen quien se equivocó! No les diré quién soy, volviendo con él bebé. Es muy tierno sí, pero... ¡grita mucho!

Grita si está lleno, grita si está feliz y grita por hambre, pañal POR TODO ya varias personas que me pasan por el lado me miran raro y se que es por la ojeras que me cargo, papá a pesar de que somos cuatro antes del bebé es un inexperto, les juro que lo encontré llorando con él bebé solo porque lo fueron a inyectar, ósea ese hombre tan grandote llorando porque inyectaron a su "futuro boxeador."

—Paciencia Dios mío. —niego con la cabeza.

Descanso mi mejilla en la palma de mi mano, suspiro agotada viendo el panorama del jardín de la escuela. Desde mi mesa de abajo del gran árbol visualizo todo alejada.

Esta escuela es tan cliché, porristas populares separadas de los que ellos consideran los ''los nerds'' los de negro y miles de orificios en su cara, los que juegan videos juegos sin parar, los atletas sin camisa.

Sin camisa...

Pectorales lindos y sudados.

—¡Se te va a salir la baba preciosa! —grita a el que me le quedé viendo fijo.

Mejor voy a fingir demencia eso siempre salva mi trasero.

—¿Tú quién eres? —levanto una ceja él se ofende con eso y sigue en lo suyo, me volteo ignorándolo.

Qué vergüenza.

Esperen me dijo preciosa...

Ok, volví, nada de pensar en pectorales de jugadores de futbol, nada de eso ylani, en fin todo muy aburrido y simple por eso me siento en la mesa en la cual nadie se sentaría porque según ellos está ''muy alejada'' y nadie le gusta estar cerca del gran árbol, pero adivinen a quien le encanta eso ¡si yo!

Siento como un cuerpo reposa al lado mío, se desliza más cerca de mí.

¡Qué demonios!

—¡Hola! —dirijo mi mirada a mi lado, para escanear al chico de rulos rubios y ojos azules que se ha sentado en la mesa —soy Albert, voy en tu clase —lo miro confundida al no recordar ese rostro, él se da cuenta y de inmediato completa —nos toca el ensayo de literatura inglesa juntos, creo que no te diste cuenta porque estabas dormida cuando asignaban las parejas.

—¿Enserio? —levante una de mis cejas al aire.

No recuerdo haber dormido.

Lo miro desconfiada.

—Si —me sonríe y al hacerlo salen a relucir unos hoyuelos de sus cachetes ligeramente rojos —podemos ir a la biblioteca o hacerlo en mi casa tengo muchos libros allá —lo miro como si buscara una pisca de trampa en esto, no me conoce bien y me está invitando a su casa —oh en la tuya c-como mejor te parezca —corrige nervioso.

Me quedo un minuto pensándolo bien.

Su casa + posible loco = yo en un saco.

Esa está descartada, nadie quiere a mí la hermosa ylani así, no, no.

Mi casa + bebé llorando+ hermanos metiches+ el álbum de mis pesadillas = que mi padre puede enseñar en cualquier momento una yo con la todo a la luz.

¡Never!

Biblioteca + tranquilidad + personas por si él me quiere matar = a chico misterioso que puedo ver.

Aprobada

—Podemos mejor ir a la biblioteca después de clases —el timbre de fin de receso suena indicando la entrada a las aulas, me levanto tomando mi mochila sin esperar respuesta del rubio.

—¡Oye! —Me llama Albert deteniendo mis pasos en dirección a mi siguiente clase —¿tú nombre dormilona? —pregunta burlesco.

—Ylani. —respondo.

—Ya lo sabía solo quería confirmarlo —el chico sonríe ampliamente con diversión —no me hagas esperar mucho en la salida, Ylani.

—No garantizo nada —respondo divertida mientras camino al revés —lo bueno siempre tarda Albert —le giño el ojo y salgo del jardín a la velocidad de la luz para no quedar fuera de clase.

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—Y dime ylani... —levanto mi rostro del libro en mis manos para prestar atención al chico de ojos azules —¿cómo terminaste aquí? En este pueblo.

—En auto y...

Me interrumpe.

—Sabes a lo que me refiero dormilona —dejo el libro a un lado para dedicar total atención hacia él.

—Lo voy a resumir ¿sí? —el asiente entusiasmado por escuchar mi respuesta — familia grande—abro mis brazos exageradamente, para que entienda mejor mi punto —apartamento chiquito— junto mis dedo índice con el pulgar un poco mientras lo acompaño con un ojo medio cerrado— ¿entiendes? —lo miro.

—Con esa explicación tan detallada nivel Einstein claro que entendí— el chico ríe en carcajadas muy sonoras haciendo eco en cada espacio de la gran biblioteca, su risa se me pasa causando que ambos comencemos a reír.

La señora de la biblioteca nos da una mirada mortal a ambos, nos hace la señal de silencio con enojo y no es para nada lindo.

—Esa señora me da miedo—susurra Albert.

—Comparto ese sentimiento —le contesto en un susurro igual, tomo el libro, pero ni llego a abrirlo porque Albert es como una máquina de conversaciones.

—Y entonces... —me mira directo a los ojos mientras juega con sus dedos nervioso —¿qué te gusta hacer?... me refiero en casa, o fuera de ella algún hobbie, música que te guste pareja ya sabes todo casual —se encoje de hombros despreocupado.

Esperen ha dicho pareja, quien pregunta eso mientras hacemos tarea.

—Esto perece un interrogatorio o peor una cita —rio nerviosa — más que un trabajo de la escuela. —admito.

—Prefieres que tengamos una de verdad ya sabes para reforzar la amistad y eso —me sonríe con inocencia la cual me recuerda a mi hermanita de 6 años —podríamos ir a comer pizza notando que te gusta mucho.




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