Soy ficticio

Capitulo 15-✾El cuaderno de Ylanis✾

Ylani

Salir era una cosa de locos cuando tienes al chico que unas semanas atrás acosabas, esperen no, no acoso, se escucha raro, no era acoso era solo...simples miraditas, miraditas acompañadas de fotitos y un tanto de vigilancia altamente ardua.

Bueno creo que si lo acosaba un poco.

Le propuse ir al parque y que creen acepto, "salida de amigos" fue lo que pronuncie, pero mi mente decía.

"Mentira salida de futuros novios".

No.

No.

Mejor no ilusionarme, pero que me tome siempre de la mano mientras camina conmigo no ayuda en lo más mínimo, sé que le molesta, lo puedo notar en su mirada, si fuera otra pensará que le doy asco, pero sé que no es así, solo le molesta tocar el libre albedrío que poseo.

Buscamos un buen lugar para poner la manta y canasta, nos ponemos bajo la sombra de un gran árbol de cerezo y al frente se pueden ver los niños con suma algarabía volando cometa.

—Espera, te ayudo —se ofrece con la manta para agarrar que el viento no la vuele.

—Gracias —pongo la canasta y al tiempo una ráfaga fuerte de viento hace que mi sombrero se vuele.

Él rápidamente salta a tomarlo y sin quererlo yo igual quedando ambos a escasos centímetros del otro, sus bellos ojos se dirigieron a los míos y note un leve sonrojo que cubrió rápido con su mano.

—Aquí tienes —me extendió el sombrero sin mirarme y aun cubriendo el sonrojo.

Qué lindo se ve así de rojo, los cachetes dan ganas de agárraselos, me rio por lo bajo y el me ve buscando algo que nunca logro descifrar en él. A veces es tan difícil de leer.

Saco los aperitivos los emparedados fruta y jugo, y de paso le entrego el libro que me pidió que guardara para él, lo toma y de inmediato lo abre para leer. Comemos en silencio mientras el lee yo miro con la cabeza reposada en su hombro al parecer no le molesta y a mí me hace levitar con su olor impregnado mi nariz.

—Alec...

—¿Si? —no aparta la mirada del libro, parece que está en la mejor parte.

—¿Nunca has tenido novia? —su expresión cambia al punto de cerrar el libro y mirarme sin saber que responder con el rostro encendido en un carmesí muy notorio bajo los rayos colados del sol.

—Yo...bueno...Emm—se peina el pelo hacia atrás y juega con sus manos.

—¿No has tenido? —le insisto.

—No —aparta la mirada y no me cabe la sorpresa, tan guapo que es. —no me escribieron una pareja, Ylani solo soy un relleno de la historia. —toma el libro y lo noto desanimado.

—Pero podrías tener una en la tierra —ahora soy yo la que esta roja y para colmo nerviosa.

—Tal vez lo considere —me mira —pero hay miles de obstáculos de por medio que me aterran. —me pone nerviosa que no deje de verme.

Porque no me aparta la mirada, y lo más importante porque yo no la puedo apartar de él.

Al tiempo los dos lo hacemos y el vuelve a su libro mientras yo me embullo de la comida para no terminar diciendo otra estupidez, ya tenía rato andaba aburrida así que me levante para acercarme a los niños que estaban con las cometas, Alec ni se inmuto de que me fui, ya que no le quiero arruinar la lectura tampoco interrumpiéndolo a cada rato eso es incómodo.

Le pedí con amabilidad a uno de los niños que me preste su cometa y lo hizo, tenía años que no las volaba y creí que lo haría pésimo, me equivoque, no se olvida lo que ya se aprende, excepto con los ejercicios de matemáticas, claro, todo dependa de cual sea.

Camino un poco y no sé cómo me topo con un Alec tratando de volar una, pero se le enrueda en la mano, y a cada nada bufa con aparente fastidio.

—Ayuda ylani, me he enredado. —me enseña las manos envuelta en hilo.

Le doy la cometa al niño y le tomo la atención al apresado Alec de cuerda.

—¿Pero cómo te enredaste los hilos así? —saco el primer nudo.

—No sé, solo trate de hacer lo mismo que tú —me explica sin dejar de ver lo que hago.

Listo ya lo he desanudada y comienzo explicándole cómo hacerlo de a poco, en el primer intento no pudo, pero en el segundo ya estaba todo experto volándola desde arriba, se le notaba la fascinación.

—Es la primera vez que vuelo cometa—comenta aun con la mirada en el cielo — y están relajante.

—Eres muy bueno... —lo alago —para ser la primera vez. —añado viéndolo a él esta vez.

El silencio se extiende y una pregunta un tanto preguntona ronda por mi cabeza y juro que si no la saco yo...

—¿Por qué quieres ser guardián? —noto que se tensa.

Dura un par de minutos en silencio hasta que responde.

—Para dejar de morir y sentirme vacío en mi mundo.

Me quede en silencio solo mirándolo, queriendo albergar más allá de su alma y mente.

Después de la salida los días transcurren como si fueran una moto a máximo, todo bien entre él y yo hablando casi todos el tiempo, ahora ríe más abiertamente y comparte como un niño entusiasta las lecturas, contándome la trama como son los protagonistas y como le hizo sentir, a veces no entiendo nada, pero aun así quiero escucharlo más porque todo en él cambia cuando me explica sobre sus libros y lo que lee cada día.

Me siento en una de las sillas más alejadas, hoy si no me quiero encontrar a Alec por alguna razón no quiero que me vea haciendo mis pequeños secretos, en casa no puedo aunque quiera, el bebé no me deja concentrar no es lo mismo con el todo el día llorando que antes cuando todos estaban en lo suyo en silencio.

Trazo un par de ideas vagas que me surgen y al final termino llenando casi la mitad de mi cátedra con ideas organización y demás tenía un gran tiempo que quería enserio hacer esto, me lo he imaginado y no sé, nadie sabe que es lo que estoy escribiendo ahora en este cuaderno es real.

Nadie puede que crea que escribo que un día si conocí a un personaje literario, ni que todo esto paso en realidad.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.