Spadademonium

Aqua

La ceniza podía olerse desde una distancia prolongada. Un olor a muerto abundaba por todo el lugar, la carne quemada podía olfatearse facilmente, despistando los olores de las bellas flores que morían poco a poco por el fuego. Las casas incendiadas por completo y en un estado grave dejaban en claro que uno de los peores crimenes tuvo lugar, de hecho, si las paredes hablaran lograrían contar toda la atrosidad que vieron, en vez de guardarse los secretos.

Aqua caminaba lentamente por las calles de ese pequeño pueblo ahora inexistente, y lo único que se le venía a la cabeza era la idea de un asesino en serie. Tal vez estaba mareada por el olor a ceniza, o la carne quemada que dejaba un olor peculiar, Aunque no cambiaba de idea. Toda la gente inerte dentro de sus casas,desde ñiños hasta ancianos, yacían sin vida decorando las entradas de algunas casas. La sangre derramada decoraba las calles, los arboles parecían aterrados al haber contenplado aquel suceso, y los animales parecían evadir esa escena. Aqua seguía vagabunda con la idea del asesino, y en su mente el único nombre que resonaba en su cabeza era el que menos quería escuchar.

Las calles encendidas con el color de la sangre llegaban hasta rincones donde no se lograba distinguir entre un cuerpo y un tronco, el agua del pequeño riachuelo empezaba a tornarse rojiza, y empezaba a apagarse de poco en poco. Llegando al centro del pequeño pueblo encontró aún mas el olor a ceniza. Las frutas de los puestos se habían quemado, dejando solo sus olores dulces, y en el centro, un gran altar hacia los dioses de la creación, Remus y Quesma, decorado con prendefuegos y rosas asperas. Aqua observó a un pequeño grupo de cuerpos rodeando el altar, al parecer oradores. Aqua se acercó al altar para rendir oración ante los dioses.
-llevate a los muertos que caminan entre nosotros y no dejes que se ahogen en el río de la perdición-. Dijo Aqua. Empezó a hacer pequeños simbolos entre la tierra cubierta de sangre, y luego con una reverencia al altar procedió a irse. Tenía la idea de encontrarse con el sujeto, pero desde el inicio sabia el el no era tan tonto como pars desafiarla. Mordía su labio del enojo, y esperando refrenar su deseo estupido de perseguirlo, sabía que este solo era el principio de su plan, pero se aseguraría de que no volviera a ocurrir.

Cerca de la entrada principal del pueblo, una docena de carretas cubrían el arco que formaba la entrada, impidiendo que Aqua pudiera salir. Aqu a no pudo contenerse las ganas de mirar el gran escrito que aparecía en el arco." Valle de los muertos", era lo que aparecía en el escrito. La palabra describía perfectamente al lugar ya devastado. Parecía el mismisimo tormento eterno, donde las almas yacían calladas durmiendo, y lo único que podias era reconocer el ruido que hacían las llamas al dejar todo a su paso extinto. Eso es lo que Aqua percibía del lugar, algo inexistente, que perdió el habla hace tiempo, pero lo que le llamó la atención era el pequeño ruido que se distinguía de entre todo el tormento eterno, ese sonido de vida, el sonido de algo aún capaz de poder respirar. Se percató rapidamente que el sonido provenía de abajo de una de las inmensas carretas, en especial la que llevaba las rosas lagrimosas, esas rosas que expresaban a detalle lo que es el dolor. Rapidamente desenfundó su espada, empezó a acercarse lentamente a esa gran carreta, que parecía aún concmservar vida gracias a las rosas. La carreta era muy grande como para levantarla, pero eso no fué un inpedimento, ya que logró partir la madera chillona de un solo corte con su espada. Y ahí es donde vió todo. Las rosas solo le daban un aviso a Aqua, de que no todo estaba muerto en ese lugar. Aqua,por otro lado, no podía creer lo que veía. Para ella imposible que alguien en ese lugar pudiese sobrevivir a tal barbarie, aunque si no se apuraba, tal vez la ultima chispa de vida podía desaparecer.

El pequeño pueblo estaba muy alejado de las grandes ciudades, por lo que llevar a alguien a un puesto medico tardaría una eternidad. Por eso Aqua Sabía que tendría que atenderlo ella misma. Nunca había curado a nadie, y no sabía si ella misma contaba. Aunque había aliviado sus heridas bastantes veces, lo que veía era mas serio. Un gran palo, seguro que de la carreta,había atravezado a la pobre persona,que parecía aún tener vida. Necesitaba parar el sangrado si lograba sacar el palo. Así que llevó el cuerpo cerca del pequeño riachuelo, tuvo fuerza para sacar el palo de todo el pecho de la persona, pero la sangre salía a montones. Agarró un poco de agua del riachuelo, y la introdujo dentro de la herida, y empezó a hacer el tratamiento. Concentró su energia para luego poner su mano en la herida, rapidamente observó como la sangre empezaba a disminuir. Sacó rapidamente de sus bolsillos unas vendas, y empezó a vendar al cuerpo. Aunque la sangre seguía saliendo, lo hacía mucho menos que antes. Dandole tiempo para poder llegar a un centro medico. Aunque en su cabeza todavía permamecía la idea de encontrar a esa persona. No podía dejar morir a la persona.
-Pyro, hermano, juro que te encontraré, y te haré pagar por todo lo que has hecho-. Dijo Aqua, desde que vió el horrible suceso, ya no podía dejar que su hermano se salga con la suya.

 



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En el texto hay: venganza, ciencia ficcin, espada

Editado: 27.09.2020

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