- Damen amor no sabes cuánto lamento haberte abandonado cuando más me necesitabas.
- Descuida tu no sabías que todo esto sucedería... - Dijo Damen quien me soltó de sus brazos y me miró fijamente.
- ¿Nos vamos? – Pregunto fríamente tomando mi mano de mala gana y comenzamos a caminar buscando la salida del aeropuerto.
- Sí, sí, pero cuéntame ¿Cómo está tu padre? – Damen suspiro y se detuvo.
- Lía él está bien los que estamos mal somos yo y mi madre bueno ella no sabe lo que yo y sobre tu sabias. -
- ¿De que estas hablando, seguro es por la Carta no? – Dije recordando como Damen menciono eso por teléfono.
- Lía mi padre tuvo un accidente donde casi muere todo por ir a ver a su amante al otro lado de la ciudad la carta decía que tú eras la única que sabía de los supuestos viajes de negocios de mi padre. – Las teorías resultaron ciertas, pero me molestaba la idea que Damen se comportara como si yo fuese una mala persona, el señor Daniels jamás menciono que tenía una amante el al contrario solo quería ayudar a evitar que mi relación con su hijo se arruinara.
- El solo quería ayudarme, jamás menciono eso habla con él y te darás cuenta. – Dije comenzando a levantar la voz para mostrar mi postura.
- No he hablado con él desde que salió del hospital.
- Y AUN ASI ME VIENES A RECLAMAR SIN SABER NADA. – Le grite.
- Lía cállate no alces la voz. – Voltee la vista a otro lado y me cruce de brazos.
- Bien vámonos de aquí quiero arreglar las cosas. – Dije molesta caminando finalmente fuera del aeropuerto donde darle la bienvenida a mi novio se había vuelto un problema.
Nos detuvimos en una cafetería que estaba a unos 15 minutos del aeropuerto mientras íbamos de camino no hablamos para nada tal vez un buen café haría la diferencia.
- Llegamos... - Dijo Damen con tono tranquilo.
- Si ya me di cuenta. – Solté con ironía.
- POR UN DEMONIO EL OFENDIDO SOY YO Y TU TE MOLESTAS PARECES NIÑA PEQUEÑA – Me grito Damen quien abría la puerta del auto y salía de el en dirección a la cafetería muy molesto.
- ¡DAMEN! REGRESA AL AUTO. – Le grite esperando que me escuchara.
- Está bien me largo. – Dije finalmente tomando mi bolso y Salí del auto de Damen comencé a caminar volteaba cada 2 segundos esperando que Damen estuviera tras de mí, pero al parecer había entrado a la cafetería.
De repente cuando caminaba a la parada de autobuses más cercano visualice que una camioneta se detenía al lado mío, se bajaron los vidrios de la camioneta y cuando vi al interior de la camioneta vi a Malaya la desgraciada que me estaba amenazando a mí y a Sandy, creí que estaba en prisión según lo que el oficial me dijo la última vez, sentí la piel de gallina cuando dos hombres se bajaron del auto y me miraban con lujuria no lo pensé más y me eche a correr la carretera del aeropuerto era bastante solitaria justo cuando estaba a punto de gritar uno de los tipos me alcanzo y me tapo la boca con un trapo intente gritar pero ya no pude ya que segundos después me desmaye.
El dolor de cabeza se hacía más intenso no lograba entender ¿Por qué? ¿Dónde estaba?
- Oh Lía querida. – Escuche al fondo de la habitación donde me encontraba.
- Malaya de seguro eres tu estúpida... - Dije molesta.
- Vaya que comes que adivinas. – Dijo irónicamente.
- ¿Por qué me tienes aquí estúpida enferma?
- Estas loca tu si crees que te dejare que ocupes mi lugar en la Universidad Litera.
- Ahora resulta. – Dije llena de coraje y gracia al escuchar lo que Malaya acababa de decir cuando de la nada en la oscuridad sentí una bofetada.
- Bien sin más voy a explicarte... querida Lía "PERFECTA" He escuchado según mis investigaciones con mi querida colega Sandy que tu novio es rico su familia es prestigiosa tienen unos cuantos millones suficientes para pagar tu secuestro.
- Hija de puta. – Solté sin más tenía ganas de partirle la cara, pero me encontraba amarada de pies y manos a una silla.
- Si dinero es lo que quieres la familia de Damen no pagara ni un centavo, estoy segura que en cuanto mi madre reporte mi desaparición el oficial que atendió mi caso de amenaza dará fe de tus amenazas.
- ¿Quién? – Dijo una voz masculina. Se encendieron las luces y finalmente pude ver la cara de Malaya y el oficial que atendió mi caso.
- Yo jamás defraudaría a mi hija. – Dijo el descarado oficial corrupto.
- Mis hermanos yo y mi padre hemos elaborado este plan tan bello todo con tal de complacer a la escritora estrella de la familia, lástima que envidiosas como tú no me dejen brillar.
- Que te hayan expulsado por no mostrar talento no es mi maldita culpa déjenme ir. – Exclame llena de desesperación.
- Bien veamos ... - Dijo al parecer uno de sus hermanos.
- El noviecito estaba contigo no dulzura. – Se acercó el desgraciado a acariciar mi rostro.
- NO ME TOQUES. – Grite.
- Delicadisima mi amiga. – Exclamo Malaya riendo levemente.
- No soy tu amiga y ya déjenme ir. – Cuando dije eso el hermano de Malaya al parecer encontró algo en mi celular.
- ¡BINGO! El número del noviecito.
- Oh que dicha con ese dinero que el posee podre viajar a Europa a estudiar en la mejor Universidad incluso mejor que de donde me botaron padre hazme los honores... – Dijo Malaya mientras tomaba mi celular y se lo daba a su padre.
LLAMADA:
- ¿Dónde DEMONIOS estas? Lía ya demasiado te has molestado como para que aun no hayas llegado a tu casa tu madre está preocupada.
- Pobrecito noviecito no sabía que su amor está secuestrada.
- ¿Quién es usted? Oh no le aseguro que si Lía está en peligro lo pagara caro -
- Quien lo pagara caro serás tu niño de mami, queremos 5 millones de dólares en esta semana si quieres que tu novia este bien si no la venderemos con los de trafico de blancas que podrían darnos lo que tú no colaboraras.
- ¿Cuándo es el último día para dar el dinero y adonde nos veríamos?
Editado: 19.02.2020