(Episodio 5)
No no no y ¡No! ¿Por qué todo el mundo se confunde con la izquierda y van hacia la derecha? Seonhyun no puede creer los líos que tiene que pasar para organizar un simple baile. Por ella, se iría a la miércoles y simplemente se rascaría los huevos.
Claro, si no fuese que este evento la acreditaría puntos extras y podrá ir a la universidad que le cante con beca completa.
Ahora, tiene que lidiar con sus compañeros que literalmente se colgaron mal del techo y están a punto de caer. Por lo que, mandó a llamar algunas personas para poner colchonetas y así amortiguar la caída. Pero ninguna puede enfocar el lugar exacto que se iban a caer. Así que tuvo que hacerlo ella misma. Por suerte eso salió bien.
–Bueno, tómense un descanso señores –ordenó Seonhyun –, nos vemos después.
Inmediatamente todas las personas salieron casi huyendo. Debería volver a considerar a cazar a sus amigas y arrastrarlas a que la ayuden ¿dónde miércoles están? Se supone que por lo menos Dongye y So Hye la ayudarían. Pero no, desaparecidas.
Esa actividad está siendo bastante frecuente, otra vez...
A lo que se quejaba de las traiciones de la gente mientras trataba de guardar las colchonetas, escuchó un ruido, por un momento se quedó quieta. A paso lento dejó las colchonetas a un lado, otra vez el ruido hizo su presencia, como en forma de golpes.
Una luz se colaba en forma de fisura en la oscuridad, Seonhyun se acercó al interruptor de luz, lo prendió...
La luz nunca desapareció....
En este infierno, me estoy quemando
Esto no lo aguanto más
Nadie me apura, nadie me frena
Voy buscando mi lugar
¡Oh!, quiero estar bien
Pero muy bien
Nadie pregunta, nadie responde
Sigo caminando igual
Un viento loco sigue silbando
No me deja de empujar[1]
—¡Oh! ¡Quiero estar bien! ¡Pero no estoy bien! —cantaba So Hye cambiando un poco la letra de la canción de la banda argentina G.I.T.
Vestía solo una camiseta más grande que ella, quizá tres pulgadas más. El short corto casi no se notaba salvo cuando daba algún salto o cuando daba giros de rock star.
No le importaba nada ahora, So Hye es la estrella de su imaginación hasta que la canción se terminara.
—LA PU-
O hasta que un juguete de plástico se interpusiera en su concierto a lo Elvis Presley. Escuchó unas cuantas risas infantiles. Se dio cuenta que sus hermanitos fueron los atorrantes que colocaron juguetes y bolitas en su camino.
–Son unas pequeñas bestias horrendas –se quejó estando todavía su cara en el suelo por lo que sonaba más ahogado el lamento.
Los chiquitos, de quizá de 6 o 7 años, se rieron por el sufrimiento de la mayor. Pareciera que en su naturaleza inocente se guardara una oscuridad que está creciendo ¿O es producto de tiempos pasados y ahora el futuro está condenado a ser cruento…?
Una vez que más o menos calmaron sus risitas chillonas, los niños colocaron algo en el piso y le avisaron a So He que irían con la abuela. Ella solo les dijo que no vuelvan y se quedó un rato más estando en el piso esperando que la paz regrese con ella. Respiró profundo, oliendo el aire quemándose…
Su piel inspiró el temor acechando. El corazón le pedía a gritos que se cubriera o corriera sin mirar atrás. Pero su cerebro no podía con la curiosidad, así que levantó la cabeza.
La piedra que encontró el otro día está frente a ella, sin embargo, no sola. Debajo de ella hay pequeños petardos. De esos que usan los niños para fiestas de navidad y año nuevo. Contó que son 5 de ellos, pero de tonta por enumerarlos la ficha terminó por apagarse.
—Qué hijos de sus mamas —fue lo último que dijo antes que empezará a explotar todos los petardos. Por suerte, logró cubrirse con algo rápidamente.
Por desgracia, su piedra explotó. Aunque ahí no terminará la historia de So Hye. Mareada y desconcertada trató de pararse, no sabía que, si estaba viendo bien o para el culo, pero miró que en el piso hay como una extraña lagartija. Se acercó de a poco, la criatura respiró y a ella la sobresaltó.
A partir de este suceso, los siguientes empezarán a retumbar los tambores de la jungla...
A juzgar por el tempestuoso cielo pronto se iba a desatar otra tormenta. Un escenario inestable que acompaña a situación de la televisión que apenas puede emitir el comercial que estaban dando ahora:
…..¡Señora! Créame cuando le digo que el….tiene varias ventajas, por ejemplo…si..(te) cuidas….confirme su ri—(tmo de) sa---(ngre)…. ¡Compruebe también su precio! En verdad el pa—(ncreas) da más que….su….dinero!¡Créame señora, verdad del osito Gimbo!
Admite que ni el clima, ni la interferencia del canal televisivo y ni el osito feo del comercial del pan dulce Gimbo puede ser más aterrador que la mirada de un ex militar. La presencia del hombre mostraba el horror del combate con fuego.
Miró con nerviosismo la ventana unos momentos rogando que Soon volviera pronto de ayudar a su madre con vaya a saber qué ¿Cómo terminó yendo con ella? Luego recuerda que no tiene un lugar a dónde ir, que tiene dudas sobre la muerte de Boora y Soon es lo único más cercano y conocido que tiene en este embrollo.
—Si le hace sentir más tranquilo, no salgo con su hija, señor —no sabe por qué soltó eso, pero nunca se imaginó estar con alguien de mirada aterradora.
—Eso es obvio —dijo el señor Kim sacando su botella de whisky debajo de la mesa, por alguna razón siempre la ponía debajo ahí quizá una costumbre de sus tiempos de soldado—. Conozco a mí hija, ella prefiere los Hyundai que un Dodge Charger, en fin, salud —dijo y se sirvió un sorbo en su vaso y le dio un leve sorbo.