Su Mirada Es Mi Perdición

Capitulo 6

Siento como sus besos van de mi cuello a mis labios con mucha pasión.

–Me. Encantas. Rizos.- Dice Ethan en medio del beso.

–Y. Tu. A. Mi.- Respondo igual.

Siento como las manos de Ethan van hacia mis nalgas y las aprieta. Me impulso y enrollo mis piernas en su cadera.

Siento el enorme bulto que es su erección. Presiona su erección contra mi entrepierna y gimo.

Siento como me deposita en la cama y se coloca encima de mi sin colocarme todo su peso. Me quita la blusa y el sostén en un segundo.

Deja de besarme iba directo a mis pechos. Cuando los chupa gimo un poco alto para mí gusto.

–Eso es gime para mí rizos- Dice sin dejar de chupar mi seno.

Su mano desciende hasta colarse debajo de mi falta. Siento sus dedos encima de mi ropa interior, sintiendo lo mojada que me tiene.

–Parece que alguien está muy mojada- Dice dejando de chupar mi seno y moviendo sus dedos muy cerca de mi clítoris.

–Aaah- Gimo-  No te detengas- Digo retorciéndome de placer.

Siento como mueve la ropa interior hacia un lado y…

–¡SASHA!.

Me despierto asustada.

–Por Dios niña, estás bien.

Respiro rápidamente, no sé si por el sueño tan erótico que tuve o por el susto que me acaba de dar mi mamá.

–Dios mamá, porque me despiertas así.

–Hace media hora que sonó la alarma y no te levantabas, aparte te estabas retorciéndote de una manera extraña.

–Perdón no la escuché y tuve una pesadilla- Una fantástica y erótica pesadilla, pienso.

–Pues apúrate que ya perdiste media hora- Se dirige a la puerta y se marcha.

Ahora mi cerebro se pone a pensar en el sueño más erótico que he tenido hasta el momento.

Dios leer tantos libros eróticos está afectando a mi santa y cristiana mente.

Si claro. Maldita conciencia.

Me levanto de la cama y siento mi entrepierna un poco húmeda. Me dirijo a si el baño a tomar obviamente una ducha.

Luego de estar duchada me coloco el uniforme, mi cabello trato de arreglarlo un poco y digo trato porque enserio es indomable casi siempre.

Luego de domar un poco mi cabello y estar lista, me miró en el espejo y bajo hacia el comedor.

Ya abajo miró estrada que los diablos que tengo por hermanos no están.

–Buenos días, mamá y papá- Voy y les doy un beso en la mejilla- Dónde están los hermosos ángeles que tengo por hermanos- Que se note el sarcasmo.

–Tuvieron que salir más temprano porque tienen entrenamiento de basquetbol.

Sip. Mis hermanas juegan basquetbol  no son como los jugadores de la NBA, pero tengo que admitir que son muy pero muy buenos pero ni loca se los digo, primero muerta.

Escucho la bocina del auto del señor Jorge.

–Bye los quiero.

–A dónde va jovencita sin probar bocado de tu desayuno.

–Mamá se me hará tarde luego desayuno algo en la escuela.

–Pero...

–¡Los quiero!- Salgo rápido de casa si no, no me dejara salir hasta a ver probado o terminando el desayuno.

Como siempre veo a Ethan a un lado del auto esperándome. Mientras voy acercándome ya siento todo el revoltijo en mi estómago, están hermoso.

–Buenos días, rizos- Y que buenos. Pienso mientras lo detallo disimuladamente.

Nunca pensé que el uniforme de la escuela se vería también en alguien, hasta que veo a Ethan con el puesto.

–Buenos días, Ethan- Le saludo.

Me regala una gran sonrisa como siempre.

No me cansaré de decir que su sonrisa es una de mis alegrías.

Luego de entrar al auto saludo al señor Jorge. Luego pone el auto en marcha.

 

~®~®~®~®~

 

Estoy esperando que la campana suene para anunciar la hora de descanso o receso como le digan.

Luego de llegar a la escuela faltaba poco para ingresar al aula, así que no desayuné nada y son ya las 11 y yo aquí con mucha hambre.

Aparte todavía tengo la maldita intriga de que es lo que me tiene que decir Ethan. Desde que llegamos se despidió y fue al salón que le tocaba y no mencionó nada de que es lo que me dirá.

Luego de media hora la condena campana suena anunciado el receso, guardo todo y me apresuró a la cafetería porque cargó un hambre infinita.

Ya en la cafetería escojo un puré de papa con tocino, salami, y huevo, un juego de naranja y ya.

Busco a los chicos en la mesa de siempre pero no los veo. Me dirijo a la mesa de siempre pero en eso Ethan me intercepta.

–Vamos al lugar los chicos no vendrán y no preguntes porque, porque no sé.

El lugar del que habla Ethan es un precioso árbol ubicado en el patio de la escuela pero medio escondido. Siempre que no queremos estar rodeados de personas o queremos pensar vamos a ese lugar.

–Ven sentémonos- Dice mientras se sienta debajo del árbol.

–Me dirás o todavía me quedo con la intriga- Pregunto mientras me siento.

–Si te lo diré- Se acomoda hasta quedar recostado en el tronco del árbol.

–Soy toda oídos- Me acomodo también.

–Se que ayer te dije que no pero, creo que me gusta alguien.

En ese momento siento como mi corazón se rompe en millones de pedazos.

 

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En el texto hay: cliche, mejores amigos, romace juvenil

Editado: 12.02.2022

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