Suceso Inefable

Capitulo 4

Comenzó por hacer un bostezo enorme, como si fuera a comer a alguien, mientras que estiraba sus brazos hacia arriba, sintiendo como su abdomen se contraía, recibía esa sensación de que alguien jalase sus pies.

Visualiza su cuarto, no pierde tiempo, enseguida agarra el celular para verificar la hora, se da cuenta que se levantó como siempre en el momento preciso, 5:30, comienza a escribir en su libreta, que encima de la mesa, se había acostumbrado por agradeciendo a Dios, al universo por haberle despertado, decretando las cosas que tiene que pasar ese día. Ese era parte de su rutina.

Al terminar lo que estaba haciendo, bebe el vaso con agua. Prefería mil veces esa bebida que alguna gaseosa o jugo que no sea natural. Era amante de aquello, se alimentaba súper que bien y lo acompañaba con unos buenos ejercicios que en ese momento iba hacer. Para eso se dirige al gimnasio que existe en el hogar, antes era un cuarto de matrimonio para visitas, con el tiempo se dieron cuenta, que fue un grave error, uno, porque no tenían familiares que los vallan a ver, dos, porque Mike no permitía que sus hijos hicieran pijamada con desconocidos, pueden que tenga malas intenciones o dejen malas vibraras a la familia, tres, la casa se respeta.

Fernanda se había adentrado en esas épocas al mundo fitness por lo que su padre no dudo en tener su equipo de gimnasia en la casa, cosa que la familia si daba un gran uso el lugar. Exacto Belki.  

Al casi entrar al cuarto, ve cómo sale su hermano, ya con la frente de sudor y la ropa mojada.

—buenos días Nanda. Ven dame un abrazo —fastidiaba Thomas, era notorio el cansancio del muchacho y la satisfacción de haber hecho sus ejercicios.

—Buenos días hermano, con gusto recibo el abrazo dentro de una hora —exclama sonriendo y alejándose de Thomas, por si le toma por sorpresa y cumple con lo dicho.

Para empezar su rutina, jamás faltaba las pistas de música que le hacían sonreír, usualmente se decía que si no hubiese escogido psicología clínica para su carrera, hubiese sido entrenadora personal. Tiene un hermoso cuerpo que con orgullo puede decir que es suyo. No se exigía tampoco por una estricta rutina de ejercicios debido por lo difícil que es ser cuidadosa con todo, era su criterio, ella disfrutaba de la comida a la hora de estar con gente que ama, no veía si iba a engordar o no, sabía que el 75% cuidaba de su alimentación y se lo merecía. 

Su cuerpo era su hogar principal por lo que tenía que darle su trato especial, amor propio, dedicación. En su juventud a pesar que la gente le diga lo bonita que era, no se sentía conforme consigo misma. Afortunadamente no era perezosa, ahora mantenía un cuerpo sano y una paz interior.

Culminó con parte de su rutina milagrosa, ahora si  a darse más amor. Toma una ducha fría, relajaba cada uno de sus músculos, mientras se imaginaba que el agua es energía positiva que limpiaba todo su campo energético y le cubre con una burbuja protectora. Una gran soñadora.

Para el día se coloca en su cuerpo algo lindo para ella, cómoda a la vez, algo que trasmitiera seguridad y confianza para el resto. No ocupaba mucho maquillaje, se dio cuenta que tenía una belleza natural por explotar, solo se retocaba las cejas, pestañas y darle un poco de color a sus labios, esos los que ayer le halagaron.

—Buenos días —habla la mujer entrando a la habitación de sus hermanas. Faltaba ya 15 minutos para que se fueran a clases y tenía que darles cariño para que comenzaran su gran día.

—Hola Fer —contestaron ambas chiquillas. — ¿Nos llevas en tu auto? Por favor, por favor.

—No, tengo que hacer algunos asuntos —no iba a permitirá que esas personitas aprendieran dominar la decisión de otros, eran bastante insistente aunque esas miradas de ternura le hacían flaquear. —más tarde traigo pizza para merendar ¿Qué les parece?  

— ¡si! Me parece una gran idea. Gracias Nanda, te amo mucho —exclamó Soria con el brillo en sus ojos, mientras que Glenda le daba igual si traía algo o no. Se despidieron todos y solo quedaba la madre e hija.

— ¿Cómo estas mamá? —pregunta dándole un abrazo por detrás de ella, sentando en una de las sillas altas para desayunar.

—muy bien hija, porque no habría de estarlo —respondió Belki siendo serena. Fernanda no quería ser insistente, tal vez si está siendo sincera y ella no quería ser la causante de perjudicarla de nuevo en su vida, bueno para ambas.

—como tú digas madre, recuerda que ellos siempre nos cuidan —.  

—tranquila Fernanda, todo está bien. Te entiendo, con el tiempo solo contaras sin lágrimas el suceso —Belki, tarda en responder clavándose las uñas en palma de sus manos. —en unos minutos viene la señora Úrsula. Hasta mientras cuéntame cómo terminaron ayer entre Adán y tú.

En eso Fernanda sonríe ampliamente, recordando de lo chistoso que fue.

—terminamos en buenos términos, resulta que ni por su mente cruzó la idea de casarnos, fue una broma que me hizo su hermana, dijo que había tenido una hermosa relación conmigo siendo heterosexual, si madre, al parecer la confusión que tenia se ha aclarado —.

—wau eso es tan inusual en la vida de alguien —eso esperaba Fernanda. En eso la puerta se abre de un solo golpe mientras iba entrando una mujer de baja estatura, contextura pasada de amor.

— ¿Qué es esto? —Mira con asco la comida saludable mientras saludo a las presentes aquella señora. —uy no por eso están todos flacos, a ver Fernanda yo te traje colada de machica con un rico bolón de chanco, para que ganes fuerza mi amor, tienes un lindo cuerpo pero te falta carne.

—Úrsula mi vida, ya comí. Los tiempos cambiaron, ahora tomo yourgt vegano de coco, que es riquísimo, si tan solo lo probaras —seguido esto saborea la bebida como para un comercial.

— ¡Aléjame de eso! Segura que no estas poseída. Puede que sea natural pero yo te traje algo mucho mejor. Ve ya es tarde para tu trabajo, ten la bendición y llévate la colada… No me levante a las 5:00 a.m. para que me la rechazaran —manipulaba la señora hacia la mujer más joven.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.