Suceso Inefable

Capitulo 5

La mayoría siempre le criticaba diciéndole que estaba loca Fernanda, desde que cruzaba la calle bailando hasta en su trabajo. Con el tiempo tomó la importante decisión que los tóxicos definitivamente no entraban en su vida.

Estudiar psicología es una de las profesiones del futuro, la salud mental ya en el año 2023 está cayendo en picada cada día, a cada chico que se pierde, por lo que a la mujer le iba bien en el trabajo, según la estadísticas de la OMS. 

— ¿Ya estas mejor? —preguntó la psicóloga.

—no, la verdad que no… me siento solo —declara asustado, era casi un gran avance lo que había escuchado, luchando internamente en abrir su corazón o más bien dar paso a cicatrizar las heridas.

—dentro de poco serás alguien mejor que ayer. Confía en ti Mariano, tienes derecho a ser feliz porque te lo mereces, vamos a eliminar ese pensamiento de culpabilidad por la muerte de tu madre, fue un accidente… —tratada de hacerle ver la realidad la mujer.

—eso es lo que mis amigos dicen pero yo sé que no —se aferra a su mundo, viendo como su humor había cambiado, de tristeza a frustrado.

—Me dijiste que tu madre hace un año murió, has llevado con la culpa todo este tiempo —tenía que comprobar su actitud al escuchar la respuesta,  a lo que el musitó con un sí. Más que una pregunta había sido una afirmación.

La primera terapia finalizo luego de varios minutos, la psicóloga había ya anotado los detalles en su libreta, Mariano se despidió de lejos de ella, prometiéndole que si regresaría por un cambio de vida, a lo que la mujer sonreía.

Esa era casi su rutina de trabajo que cada persona iba con una historia diferente, se volvía más fácil con el tiempo porque casualmente todos tenían el mismo problema. Ya había entendido a 7 pacientes antes del mediodía, ahora se iba a comer con su grupo de amigos.

—vamos mi psicóloga Fer —añadió divertida Briana que venía abrazada del brazo junto con Robbert, que vendría ser su hermano mayor de 30 años, le ganaba por 5 y a la vez un doctor divertido.

—muere por comer —expresaba con hambre Fernanda tocando su estómago, a la vez rápido se quitó las manos de ese sitio, otra vez recordaba ese pasado hermoso que se convirtió en un sufrimiento.   

—Yo no sé en donde se te va la comida, sigues delgada como siempre —le halagaba Robbert a su amiga con su voz gruesa.

—Pues que te digo con una muy buena alimentación y ejercicios se logra este bello monumento —añadió con una dulce suavidad. Luego que se hayan encontrado fueron a un comedor, el más cercano la cual eran muy bien recibidos por la misma señora Úrsula.

—Buenos días, ya llegamos —exclama Fernanda. La mencionada no duda en recibirlos de la mejor manera y atender con la excelencia de unos buenos invitados.

—ya comamos que se nos hará tarde después —propone de una vez Robbert quien reciba una llamada de su novia, de hecho la llamada número cuatro, que para las chicas decían que eso es muy exagerado cuando en realidad el hombre les decía que le gustaba que le llamase.

—mira una vez le llame a nuestro padre 5 veces y me gane una buena retada, solo porque me preocupaba su salud, luego caí en cuenta que estaba con mi madre en el cuarto procreando a mi hermano menor, y yo los estaban interrumpiendo jajaja –contaba la experiencia graciosa Briana. —tenía 8 años, estaba sola en el sótano porque ellos me dejaron allí ¿Qué querías que hagan? Para desgracia de ambos me dejaron el celular.

—No te vayas a quejar cuando tus hijos hagan lo mismo —confirmó su hermano quien a la vez escuchando la conversación de sus acompañantes. —amor, ya más tarde te llevo… si… tranquilo que ando con Briana y Fernanda… está bien, chao.

—Marfil ¿ya no te hace escenas? —pregunta frunciendo su ceño Fernanda.  

—no, ya no y eso es lo mejor que nos pueden pasar, realmente estaba cansado de saber que ella pensaba que entre tú y yo iba a pasar algo —Briana comenzaba a mofarse, porque su cuñada era antes era insegura y desconfiaba de su hombre, realmente si seguiría así, claro que lo iba a conseguir pero por su actitud.

—nos conocemos desde hace mucho tiempo y jamás pasó entre nosotros algo, y ahora porque eso tendría que cambiar —dijo Fernanda, la comida de pronto en un 2x3 ya estaba en sus mesas, no esperaron más y comenzaron a comer.

—Eso es correcto, Marfil es mi pequeño ángel de amor —que Robbert haya dicho eso era para ser digno de una burla por parte de sus amigos, el hombre divertido, que era todo un don juan, encantador y amante del placer hablar sobre amor con por una mujer especifica. No parecía que fuese real.

—Procura demostrarle el cielo con actos buenos, porque ni conozco a ningún ángel que quiera estar en un infierno —dice Fernanda sonriéndole con felicidad.  

—Eso lo tengo bien claro —exclama Robbert.

Siguieron hablando del tema sobre el amor del porque era tan complicado a veces, de cómo es que la otra persona puede fascinarte tanto, que con sola ver una sonrisa se te reinicia la vida, que en las primeras citas no encuentras ninguna falla en su sistema, esa pieza que te falta simplemente te complementa.

Regresaron a sus labores como los responsables que eran con su profesión, no querían decepcionar a la gente con esperanzas de recuperar, hacían hasta lo imposible por ayudarlos con lo más necesitados.

Fernanda tomaba como de costumbre bastante agua, ayudando a su piel a hidratarse, escuchando las dificultades de sus pacientes, diagnosticando cada día más algún tipo de trastorno, ansiedad, depresión, en fin, problemas de salud mental. Llegó rápido el atardecer para despedirse del día, ya estando en el auto la mujer pasaba por el malecón de La Libertad quería comprobar si la pizzería en donde siempre hacia su compra permanecía abierta, tenía que cumplir con sus hermanitas o si no su casa se convertiría en una pesadilla de tormentos, para su mala suerte, el lugar se encontraba cerrado.




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