El alma recuerda

Cuando Gyomei volvió y no encontró a ______ se preocupó, en un primer momento pensó que se habría cansado de esperar y se marchó, pero al descubrir tirada en el suelo la bolsa de gomitas que momentos antes habían estado comiendo, supo que no fue eso lo que ocurrió. Había oído rumores de que en las noches una banda de delincuentes atacaba a la gente de manera muy violenta para robarles, temía que _____ haya sido víctima de esta gente, pero, al ser una muchacha tan bonita lo inquietaba la posibilidad de que le hagan algo más… Dejo caer sus herramientas al suelo y luego cayo él de rodillas, se insultó a si mismo por haber sido tan imprudente y haberla dejado sola en medio de la noche en un lugar poco concurrido.

El moreno tomo el martillo de entre sus herramientas y comenzó a ver a todos lados, buscaba un indicio del paradero de la menor, pero no veía nada que pudiera servirle, pudieron haberla llevado a cualquier lado. De repente, cuando agacho la mirada, pudo notar algo en el suelo, ¡era uno de los ositos de goma! Unos metros más adelante encontró otro, y luego otro… _______ le había dejado una pista a seguir.

El gigante siguió el rastro hasta dar con la entrada a un oscuro callejón, de él salían varias voces y gritos por lo que se apresuró a entrar. No le importo en lo más mínimo lo que pudiera ocurrirle, tenía la firme convicción de salvar a la joven cueste lo que cueste.

Cuando entro al callejón pudo ver a _____ rodeada de varios sujetos. Dos de ellos la sujetaban de los brazos mientras ella forcejeaba, le habían roto la camisa que llevaba pero ella se estaba defendiendo, de hecho en el suelo había dos sujetos adoloridos.

______ no era una chica inofensiva, a uno de sus captores le había roto la nariz de una patada y al otro lo golpeo en la entrepierna. Pero cuando el primero de ellos se recuperó, se incorporó y le propino una cachetada que la hizo sangrar en la boca, justo en el momento en que el moreno entraba al callejón.

Ver eso lleno de una ira a Gyomei que nunca antes había sentido, él que siempre había sido un tipo pacífico y aborrecía la violencia, en ese momento sentía la necesidad de matar a todos esos tipos con sus propias manos.

— ¡Suéltenla de inmediato!- ordeno con voz molesta pero firme. Los delincuentes se sobresaltaron y uno de ellos grito.

— ¡Llego el grandulón! ¡Tomen sus armas!- los tipos sacaron de sus bolsillos navajas y cuchillos de gran tamaño que movían de un lado a otro, amedrentándolo.

— ¡Vamos ven gigantón! A ver si puedes con 4 de nosotros.

La sangre llena de adrenalina corría con fuerza por las venas de Gyomei, el corpulento hombre tomo una gran bocanada de aire que lleno sus pulmones, en una fracción de segundo el oxígeno llego a cada uno de los músculos de su cuerpo dotándolo de una increíble fuerza que jamás creyó tener. Su alma de repente recordó esa sensación, el momento previo a la batalla, la necesidad de proteger a alguien, la rabia que sentía hacia esos seres que le habían quitado todo lo que amaba… Su mente se sintió confusa, en ese momento no era el mismo… había algo o mejor dicho alguien más, un guerrero en su interior que despertó para salvar a su ser amado.

Gyomei se lanzó al ataque tan veloz como un rayo, decidido golpeo con su martillo a uno de los sujetos en las costillas tan rápido que no fue capaz de lanzarle ni un corte con la navaja, pronto otro de ellos lo quiso atacar por la espalda pero sin siquiera voltear le propino un golpe con el dorso de su puño que lo mando directo al suelo. El tercero quiso clavarle un cuchillo en las costillas pero lo repelió con una patada poderosa que lo estampo contra la pared.

El cuarto sujeto que estaba sosteniendo a _______, la amenazaba con un cuchillo en la garganta. El tipo tembló de miedo al ver como aquel monstruo derribo a sus compañeros en solo un ataque pero se sabía ganador al tener a la rehén, era su carta de escape.

— ¡A… aléjate maldito gorila!- dijo retrocediendo, de los nervios apretó el cuchillo contra la garganta de ____ haciendo que un pequeño hilo de roja sangre cayera por su pecho.- ¡Si te acercas un paso siquiera le cortare el cuello!!!! ¡¡No estoy jugando!!

______ luchaba por apartar el brazo del tipo pero no podía, en ese momento fijo los ojos en su amado que estaba a unos metros de distancia sosteniendo la herramienta.

— _____, -la llamo él con tono calmo a pesar de la situación,- ¿Confías en mí?

La joven sin dudar ni un segundo respondió.

— Claro que sí.

Mientras el delincuente vociferaba en su contra y se alejaba cada vez más el moreno adopto una postura extraña, sujeto con fuerza su martillo y lo lanzo hacia la cabeza del malhechor que amenazaba la vida de ______, lo hizo con tal precisión que le dio de lleno en la frente al tipo sin dañar en lo absoluto a la joven.

El pobre tipo, cayo inconsciente al suelo soltando el cuchillo y dejando al fin a la joven que apenas fue liberada corrió en dirección a su salvador.

— ¡Gyomei san!!!!- grito mientras se echaba a sus fuertes brazos. El mayor sin dudarlo la correspondió abrazándola fuertemente contra su pecho,- has estado increíble! No sabía que podía hacer algo así!

— Ni siquiera yo sabía que podía hacer eso…- reconoció el mayor,- yo… yo… - de repente comenzó a llorar.- _______ cuanto lo lamento, no debí haberte dejado sola… lo siento tanto, por favor perdóname.

— No es su culpa Gyomei san, - dijo dirigiendo su vista al rostro lloroso del moreno y acariciándolo con gentileza,- estos malditos tienen la culpa de todo, pero usted me salvo, le estaré agradecida por siempre sensei...

En ese momento Gyomei supo inmediatamente lo que sentía, ya no cabía duda, estaba enamorado de esa chica.

La sola idea de perderla lo enloqueció, le hizo rememorar aquellas pesadillas que lo atormentaban y supo que ella la clave detrás de todo: ella era su ser querido que debía proteger.

— ________- susurro y se inclinó acercando su rostro al de la joven. Ella hizo lo mismo cerrando sus ojos, estaban solo a unos centímetros de besarse cuando oyeron las bocinas de la policía que se acercaba.