— ¡¿Qué demonios ha ocurrido aquí?! – Grito el policía que acababa de llegar mientras apoyaba su mano en la funda del arma que tenía en la cintura, desconfiando del mayor.
— Estos tipos me han robado y querían abusar de mí,- se adelantó a responder _____ para que no se malinterpretara la situación, y colocandose frente del sensei agrego,- pero Gyomei sensei me salvo.
El policía de cabellos blancos dirigió su mirada al mayor por unos segundos, Gyomei temía que no le creyera ya que lo escudriñaba con la mirada, como si quisiera ver hasta en el fondo de su corazón, buscando su culpabilidad… pero para su sorpresa el oficial no dijo nada, solo quito la mano del arma y adopto una postura tranquila: le había creído. En seguida llego el compañero del policía, un muchacho más joven de cabello oscuro que también tenía cicatrices, aunque su mirada era más amable que la del primero. Ambos se acercaron a comprobar que ____ no esté mal herida, esposaron a los delincuentes, que estaban inconscientes pero vivos, y los llevaron a la comisaria para atenderlos, radicar la denuncia y encarcelarlos.
Apenas llegaron ____ llamo a su hermana que rápidamente la fue a buscar en su auto, estaba muy asustada de que a su hermana le haya pasado algo así que apenas la vio corrió a abrazarla. Luego de terminar su declaración su hermana se la llevo a su casa no sin antes agradecer mil y un veces al sensei por haber salvado a su hermanita pequeña. Lo malo es que _______ no pudo despedirse de Gyomei como hubiese querido, solo agito su mano detrás del cristal de la ventana mientras le sonreía agradecida y el hombre correspondía con otra sonrisa.
No lo sabían, pero ambos deseaban terminar lo que estaba a punto de ocurrir en ese callejón, pero no era el momento adecuado, después de todo lo que habían vivido era mejor volver pronto a casa y descansar así al día siguiente podrían verse en la feria, ya arreglarían sus asuntos luego.
Gyomei por su parte aún estaba algo confuso con lo que había ocurrido, de hecho estaba sorprendido de sí mismo y la reacción que tuvo al ver en peligro a _____, de hecho mientras relataba lo ocurrido a los policías sentía que estaba contando la historia de alguien más, no de él mismo. Solo deseaba irse a dormir de una vez y acabar con toda esta pesadilla de una vez por todas… Sin embargo, al terminar con todo el papeleo, el oficial de cabello blanco que resulto llamarse Sanemi Kaze llamo a parte al mayor. Salieron afuera y mientras soplaba el viento frio de la noche oyó como unas tenebrosas palabras salían de su boca:
— Cazador de demonios…
Gyomei se sobresaltó al oír eso, ese es el oficio que siempre realizaba en sus sueños recurrentes. Estaba confundido, ¿cómo ese joven policía sabia de eso?
— Por tu reacción sabes de lo que estoy hablando,-concluyo el peliblanco,- ese era nuestro trabajo en el pasado…
— ¿A qué te refieres? – el peliblanco lo miro con ojos filosos y con firmeza contesto.
— Tu eres como yo…. Un reencarnado.
No era la primera vez que oía hablar de la reencarnación, ya anteriormente Mitsuri e Iguro, la pareja de aquel restaurant familiar, le habían dicho algo de eso, pero no presto la menor importancia, pensó que eran locuras… hasta ahora.
— ¿Has tenido sueños verdad? - dijo el oficial cruzando sus brazos y mirando al frente.
— Si… pesadillas más bien…- Gyomei miro hacia arriba, recordando,- en ellas luchaba contra seres monstruosos que no podía ver, pero usaba el sonido para guiarme. Tenía una familia, compañeros, un discípulo, una persona amada… pero a todos los perdí.
— Son recuerdos de tu pasado, memorias de tu vida pasada. Yo también los he tenido hace tiempo, ya no, he superado mi karma.
— ¿Tu karma? No entiendo de lo que hablas.- reconoció el mayor.
El policía frunció el ceño, parecía debatirse internamente si explicarle todo a Gyomei, pero luego de unos segundos meditándolo comenzó a hablar.
— Tú has empezado a recordar, debió haber algún evento que lo desencadenara, quizá contactaste a alguien importante para ti, a mí al menos fue lo que me ocurrió, - giro la cabeza hacia otro lado para que el mayor no notara su sonrojo,-volví a encontrar a mi persona amada y juntos recordamos nuestras vidas pasadas… pero al poco tiempo apareció el karma, podríamos decir que es la deuda pendiente de tu vida anterior, aquello que no has podido hacer en tu pasado, a culpa que carcome tu alma, ese karma te perseguirá hasta que logres superarlo.
Gyomei sintió un escalofrió recorriendo su espalda, lo que decía el joven policía que acababa de conocer le lleno de temor ¿Karma? ¿Deuda pendiente? ¿Que era todo eso y porque a pesar de parecer todo una gran locura tenía la sensación de que no mentía?
— Entiendo que no me creas,-lanzo el policía peliblanco mientras se volvía a colocar su gorra,- en tu otra vida eras muy desconfiado, quizá por tu ceguera, tal vez ese rasgo perduro en ti…
Ceguera… esto tiene sentido, quizá por eso sus sueños eran tan realistas, por eso podía percibir las cosas como si las estuviera tocando, sus otros sentidos se potenciaron para cubrir la falta de visión. Por eso la mujer con la que soñaba no tenía rostros, quizá… quizá esa electricidad que sintió al tocar a ______cuando la acompaño a casa esa vez haya sido el desencadenante de todo: es ella… su ser amado.
¡________ es la mujer que amo en otra vida y ahora la ha vuelto a encontrar!
— … Solo te diré que los tipos que apaleaste no volverán a las calles en mucho tiempo, pero no te relajes, estos solo eran subordinados de bajo rango, - continuo diciendo el oficial,- ellos responden a una banda más grande, hace tiempo que estamos investigando al líder pero el muy desgraciado es difícil de hallar, se esconde en la discreción de la noche, se mueve constantemente y envía a su perro para hacer su trabajo sucio, al enteraste que dañaste a sus subordinados vendrá por ti, ten cuidado.
— No entiendo porque me dices todo esto… porque me ayudas?