Sueño de una noche

Lucha desenfrenada

El maestro comprobó de primera mano que las palabras de aquel sujeto llamado Kokushibo no eran falsas: era un sicario.

Pensó que podría desarmarlo y darle una paliza a puño limpio, pero el hombre de los tatuajes tenia gran presteza en el manejo de la espada, no tenía aberturas y era sumamente ágil.

Por su parte Kokushibo estaba emocionado: su oponente tenía desventaja por no poseer arma más que una simple cadena, y sin embargo se estaba defendiendo muy bien. Debía reconocer que a pesar de ser un inexperto Gyomei tenía un buen instinto, bloqueaba sus ataques con la cadena gruesa e incluso casi logra golpearlo con ella. Estaba disfrutando aquella pelea como en mucho tiempo no lo había hecho. Sin embargo dentro de él crecía el enojo, no podía aceptar que otra persona sea más fuerte que su persona, a pesar de tener órdenes de llevarlo con vida ante su jefe no podía controlarse, deseaba matarlo.

Gyomei se sentía cómodo con el manejo de la cadena, solo deseaba que sea un poco más larga y tuviera un peso en el extremo… algo así como una bola de hierro con pinchos, pero con que los eslabones resistan los ataques se conformaba. Kokushibo se sabía ganador por poseer una katana… si tan solo pudiera quitársela eso equilibraría las cosas…. Fue así que una idea se le vino a la cabeza, era algo riesgoso pero la llevaría a cabo.

Tensó su cadena frente a su rostro y le ofreció una sonrisa burlona, ese gesto enarboló la ira del espadachín y le lanzó un ataque desde arriba, Gyomei lo esquivo llevando su cuerpo hacia un lado y con la cadena enlazo el extremo de la espada, cortándose un poco uno de los brazos, pero no importaba ya que logro lo que quería: Inmovilizar el arma de su oponente. Kokushibo empezó a forcejear para quitar la katana.

— Eres listo, grandulón.- Reconoció el espadachín. Gyomei no dijo nada, mantuvo el rostro serio tensando la cadena con fuerza y poco a poco comenzó a empujar hacia atrás, dirigiendo el filo al cuello de su portador. Kokushibo debía soltar el arma si no quería ser cortado con su propia espada.

Estaba claro que en términos de fuerza ganaría Gyomei, lo tenía claro, pero tenía varias sorpresas bajo la manga...

— ¡Arriba las manos!-Dijo el policía albino al llegar a la escena, estaba seguido por su compañero Genya que permaneció un poco más atrás. -¡Suelta esa espada y tírate al suelo! – dijo apuntándole con su arma.

— Parece que tenemos compañía…- dijo al ver acercarse a Sanemi.

— Se acabó para ti. ¡Ríndete! - Le dijo el más alto mientras continuaba empujando su espada.

Kokushibo estaba acorralado, la superioridad numérica lo perjudicaba, más si estaba involucrada la policía. Tendría que recurrir a eso.

— Tu plan de entretenerme hasta que lleguen tus amiguitos policías hubiera funcionado si no fuera por una sola cosa….- Kokushibo soltó la katana e inmediatamente llevo su mano a la espalda y saco un revolver con el que apunto directamente a Sanemi.- Pensar que tenía una sola arma.

Gyomei se sorprendió y trato de empujarlo para evitar el disparo, sin darse cuenta se interpuso en el rango de tiro de su amigo policía, lo que le impidió disparar por miedo a dañar al mayor, sin embargo logro su objetivo, desvió el disparo. La bala que iba a la cabeza de Sanemi dio de lleno en su mano hábil haciendo que el peliblanco suelte el arma y maldiga de las mil y un formas posibles.

Kokushibo corrió hasta el lugar donde cayó la misma y se apodero de ella volviéndose el sujeto con más ventaja del lugar. Sin embargo Sanemi se incorporó y tomo con su mano sana la katana, la blandió unos momentos y se colocó en posición de ataque.

— Se siente bien volver a luchar con una de estas…

— Ten cuidado Sanemi san,- le advirtió el mayor,- ahora eres un policía, no puedes matarlo.

— ¡Demonios!…. – volvió a maldecir el peliblanco,- De acuerdo, Solo lo golpeare con la parte sin filo.

Gyomei asintió y también volvió a su posición de batalla.

Mientras tanto Genya observaba en la distancia. Observo toda la secuencia de hechos atónito, todos los de ahí eran unos monstruos, a un nivel lejanísimo del suyo. ¿Qué iban a poder hacer él, un completo novato, para ayudarlos? Genya sabía de sobra que su aniki era fuerte pero ahora estaba preocupado: había sido herido y desarmado, lo que lo volvía a él y sus habilidades de tiro el único apoyo para hacerle frente al criminal armado. Desenfundo su arma y colocándose tras un contenedor de metal apunto al maleante esperando la oportunidad perfecta de dispararle.

Todo se volvió silencio, y una tensa calma se apodero del lugar.

Quien realice el primer movimiento seria el vencedor. Un solo error y morirían.

Sanemi y Gyomei estaban a unos 3 metros de distancia de Kokushibo, si querían infligirle daño deberán acercarse para luchar cuerpo a cuerpo, pero ¿cómo hacerlo sin recibir un impacto? En ese momento Gyomei alzo la vista y quedo pasmado…. Debía ganar tiempo.

Punto de vista de ___________:

“Quidici iqui siñirita, is miy piligrisi” Si, ¡como si fuera a hacerle caso, señor policía!

El amor de mi vida está siendo atacado por un loco armado y yo otra vez sin poder ayudarlo… No. No más. En mi vida anterior fui su discípula, aunque los demás decían que yo era muy fuerte nunca pude serle de ayuda a mi maestro, ni siquiera en la batalla final… no quiero volver a pasar por lo mismo, no quiero verlo luchar y morir frente a mí, no lo permitiré!

Le dije al policía que me iría, y en cambio corrí con todas mis fuerzas hasta el paredón trasero del jardín de niños, lo salte con una agilidad que no sabía que tenía y busque algo que poder usar como arma, lo que sea… solo encontré algunas maderas que habían quedado de la construcción de los puestos, no, debe haber otra cosa, algo más contundente…

Entonces oí un disparo. Mi corazón se detuvo por un momento pensando que podía ser Gyomei, pero no podía entrar en pánico, debía ayudar en algo. Tome el trozo de madera que me pareció más resistente y corrí hasta el portón donde estaban luchando. Trepe el muro y ahí lo vi, tenía justo en frente mío al loco de traje, me estaba dando la espalda, tenía 2 armas y estaba apuntando a Gyomei y al policía de cabello blanco. Ellos me vieron pero ni se inmutaron, permanecieron serios viendo al enemigo, todos sabíamos lo que debíamos hacer.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.