Sueño de una noche

Las almas se reconocen

Cuando Kokushibo cayó inconsciente al suelo Genya corrió a esposarlo inmediatamente y luego fue a asistir a su compañero herido. Sin embargo la reacción de Himejima fue la de correr hasta donde estaba _____ y, sin dudarlo un segundo, se arrodillo frente a ella y la estrecho contra sí, abrazándola con todas sus fuerzas.

_____ se sintió dichosa entre sus brazos. Su mayor anhelo era que su amado estuviera a salvo, así que respondió al abrazo con fuerza también, apoyando su cabeza en su hombro. Pero entonces comenzó a sentir algo que mojaba sus cabellos, alzo la cabeza y noto que el mayor estaba llorando. Gyomei la aparto un poco y sujetándola firme de los hombros la regaño diciendo

— ¡Tú! Has sido muy imprudente.

— Gyomei san. - _____ se sorprendió al oír la reprenda de su sensei, ahora que la adrenalina había descendido de su sangre y veía todo más tranquilo se dio cuenta de cuan imprudente fue, sin embargo no se arrepentía de nada. Había cumplido su objetivo de haber salvado a su amado. Sin embargo el mayor continuo diciendo

— ¿Qué hubiera hecho si te hería? - Sus sentimientos desbordaban como las lágrimas de sus ojos,- No puedo permitirme perderte, no ahora que por fin te encontré… - ____ abrió enormemente los ojos.

— Gyomei san… Usted…. ¿Lo recuerda?

Gyomei lo dudo por un momento, pero por una vez en su vida se dejó llevar, se olvidó de la lógica, la incertidumbre y el temor y simplemente le respondió.

— Claro que te recuerdo _______, eres mi discípula cazadora de demonios, mi compañera fiel, aquella que me dio un sueño para el futuro…

— Himejima san…- dijo con ojos igual de llorosos,- yo también lo recuerdo… usted es mi maestro, mi mentor, mi amado con quien soñaba tener una familia y el destino nos lo negó…

— El destino nos ha dado otra oportunidad… nos ha vuelto a reunir.- dijo acercándose.

— Sensei… yo… lo amo, lo amo tanto como en ese entonces.

— Y yo a ti mi querida _______.

Fue así que las dos almas que nunca antes habían podido disfrutar de su amor ahora se fundieron en un tierno y delicado beso. El beso tan ansiado que nunca se pudieron dar en la otra vida, la conexión que tanto habían anhelado y no se permitían, el deseo hecho realidad.

Cuando cesaron el contacto se contemplaron un momento mientras el mayor apoyaba su frente en la de _____ y acariciaba su rostro con sus grandes manos, la rosaba con temor, como si se tratase de una fina muñeca de porcelana que había que tratar con cuidado.

_______ por su parte cerraba los ojos disfrutando la caricia de su amado mientras apoyaba sus manos en el pecho del mayor.

Sin embargo el clima romántico no duro mucho.

— Lamento interrumpir su momento cursi,- dijo el oficial albino que se había vendado la mano herida.- Sé que tienen mucho de qué hablar, pero esto aún no ha acabado. Tienen que acompañarnos a la comisaria y dar declaraciones.

La pareja recién formada asintió. Se dirigieron a la comisaria donde hicieron todo el papeleo correspondiente mientras no se separaban ni un momento uno del otro. Al finalizar y antes de retirarse Sanemi les pidió reunirse con ellos al día siguiente.

— De acuerdo, vendremos mañana a la comisaria y…- el albino lo interrumpió.

— No, esto no tiene que ver con mi trabajo sino con los recuerdos de nuestras vidas pasadas… me gustaría que sea algo más informal.- Gyomei lo pensó un momento

— Tengo un lugar en mente…

Al día siguiente, en cierto restaurante que estaba cerrado al público, se reunieron unos antiguos compañeros: Himejima, Kanroji, Obanai, Shinazugawa y ______.

Luego de que Mitsuri les sirviera un poco de té y se pusieran brevemente al corriente de lo ocurrido en los últimos días la reencarnación del pilar del viento hablo:

— ¿No les parece curioso que esto esté pasando?- todos voltearon a verlo,- Todos aquí han tenido recuerdos de su vida pasada a través de los sueños, todos nos hemos encontrado con nuestros seres amados.

— ¡Es verdad!- dijo Mitsuri con entusiasmo,- primero Iguro y yo, luego Sanemi y su esposa y ahora Himejima y ______, ¡todos hemos encontrado el amor!- dijo moviéndose de un lado al otro llena de felicidad.

— Si, - respondió el albino,- pero también hemos conservado nuestras habilidades de batalla.

— ¿Qué quieres decir Sanemi san?- pregunto Gyomei,- Ve sin rodeos.

— Lo que quiero decir es que no me parece casualidad que nosotros, que somos pilares, aquellos que hemos llegado a la batalla final con Muzan, aquellos que despertamos marcas, ahora estemos aquí, con todos nuestros recuerdos… debe haber un motivo. Quizá esté relacionado con el mafioso que envió al asesino.

_______ se puso nerviosa al oír aquello, la sola idea de luchar otra vez con los demonios de sus sueños la hacía temblar. Gyomei al notarlo tomo su mano y la sujeto para darle tranquilidad, ello lo miro y se calmó de inmediato, si ese hombre permanecía a su lado no tendría que temer.

— ¿Quieres decir que… tenemos que cumplir alguna especie de misión de nuestra vida pasada?- pregunto Mitsuri

— No lo sé, - dijo el peli blanco mientras se agarraba la cabeza de tanto pensar,- puede que sea el karma, o no, no estoy seguro.

— Si la amenaza es tan grande los otros pilares deberían estar aquí también.- Aseguro la peli rosa.

— No se nada de los demás, ¿ustedes?- los demás miembros de la mesa negaron con la cabeza,- Quizá debamos asumir que aun no han renacido o no estén en sus capacidades de luchar.- finalizo diciendo el mayor y mas experimentado.

Todo era incertidumbre en la mente de ____ que se sentía totalmente en otra liga, sentada en la misma mesa que los pilares que ella tanto había admirado en el pasado, no sabía que hacia allí.

— Yo... yo no debo estar aquí,- dijo ______ avergonzada, - Yo no soy pilar, soy una simple aprendiz que no llego a rango Tsuchinoto, ni siquiera era la Tsuguko de Himejima san. Solo soy un estorbo… - Gyomei apretó la mano de su amada para transmitirle seguridad, estaba por hablar cuando se le adelanto el peli negro de ojos heterocromáticos.




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