Verdadera devoción

Pronto el día acordado llegó y los cazadores de demonios se presentaron en la guarida de Muzan a plena luz del día para luchar. Portaban sus respectivas armas y un traje negro similar al del cuerpo de cazadores del pasado, solo que éste estaba hecho de un material especial, resistente a las balas.

Los Pilares descendieron de los vehículos blindados de la familia Ubuyashiki seguidos de un centenar de hombres entrenados que servirían de apoyo y, al igual que ellos, estaban dispuestos a dar la vida por detener a Muzan. La majestuosa mansión del criminal que iban a asediar estaba alejada de la urbe y rodeada de un espeso bosque que le daba un aspecto tenebroso. Según la información que poseían dicha mansión estaba bien vigilada por personas armadas, aun a la distancia podían verse muchos de ellos en la entrada y el primer piso, pero eso no les impediría abrirse paso. El pilar del viento desplego un mapa del lugar que habían conseguido y explico a los demás la estrategia que había pensado.

— El lugar tiene 2 entradas, la principal, que es la mayor y está más custodiada, y una pequeña en la parte trasera, que es para la servidumbre, según este mapa hay un piso subterráneo que funciona como laboratorio y en donde seguramente tiene a sus científicos trabajando en el líquido para convertirse en demonio, él debe estar allí. – luego continúo diciendo,- Así que deberíamos dividir las fuerzas y atacar por ambos frentes para asegurarnos de llegar hasta Muzan.- luego de la breve explicación volvió a enrollar el mapa y sentenció.- ¡Y el que llegue primero se queda con su cabeza!

Se notaba a leguas que el peliblanco seguía siendo impulsivo al momento de luchar y no pensaba demasiado las cosas por lo que Gyomei, que había estado observando el lugar y meditando, tomo la palabra.

— Estoy de acuerdo con lo de dividir las fuerzas pero Sería un desperdicio que tantos hombres que nos acompañan caigan por los francotiradores del primer piso,- comento al ver el potencial peligro para aquellos que no eran cazadores y no poseían sus reflejos, luego dirigió su mirada al matrimonio Obanai y a su amada y dijo,- ¿Mitsuri, Iguro,______ , podrían infiltrarse y encargarse de ellos? Yo entrare por la entrada principal y les serviré de distracción hasta que lo logren y recién ahí entraran las fuerzas de Oyataka sama.

— Oye, oye,- dijo Sanemi,- ¿quieres quedarte con toda la diversión para ti solo?

— Tu podrías encargarte de las fuerzas de la entrada posterior solo,- respondió con firmeza a su colega,- esa es bastante diversión a mi parecer.- el pilar del viento sonrió de lado conformándose con las palabras del mayor. Todos los presentes le tenían un gran respeto, Gyomei era un tipo muy sabio, nadie se atrevería a discutirle nada. Al ver que nadie se pronunciaba el mayor pensó que su propuesta fue aceptada unánimemente.- Entonces está decidido…- Sin embargo una voz inesperada se alzó en el silencio.

— No.- declaro la joven cazadora, haciendo que los pilares se voltearan a verla.- Yo no estoy de acuerdo.- se acercó al mayor y sujetando su haori continuo hablando.- Sé que quieres proteger a los demás pero es muy arriesgado que vayas solo, yo te acompañare, ¡te cubriré la espalda sensei!

La esperanza del mayor de poner a su amada ante un menor riesgo se vio mermada ante tal afirmación, por su parte los demás pilares la respetaron aún más por tener el valor suficiente de ofrecerse a realizar tal tarea.

— Nosotros dos somos más que suficientes para reducir a los francotiradores del primer piso.- dijo Obanai sin inmutarse.

— ¡Es verdad!- agrego Mitsuri,- somos los más agiles de aquí, podremos esquivar todos los ataques. ¡confíen en nosotros!

— Solo procura no serle un estorbo a Himejima san, pequeña.- dijo Iguro señalando con el dedo índice a la única que no era pilar.

— No hace falta que me lo diga Iguro san…- contesto desafiante la joven parada junto a su sensei.- En mi otra vida no podía seguirle el ritmo a ustedes pero esta vez serviré de algo en la batalla final, ¡ya verán!

Gyomei sonrió con satisfacción, se sentía el hombre más afortunado del mundo al tener una mujer tan decidida a su lado.

Tal como lo acordaron las fuerzas se dividieron quedando la mitad de hombres a cargo de Sanemi y la otra mitad a cargo de Gyomei, esperarían la señal luego de que los pilares derrotaran la vanguardia y entrarían a reducir a los que ellos derroten puesto que no debían matar a nadie, solo defenderse, el único que debía morir esa noche era Muzan.

Mientras los hombres de Ubuyashiki esperaban en la espesura del bosque que rodeaba la misión, La pareja del pilar de la roca y su discípula se paró frente al gran portón de la entrada listos para luchar, sin embargo antes de avanzar se miraron el uno al otro y se dijeron.

— Por nuestro sueño.- dijo el mayor.

— Por nuestro sueño.- contesto ______.

Gyomei tomo la cadena de la que pendía la gran bola de pinchos y comenzó a hacerla girar mientras avanzaban, los guardias de la puerta los apuntaron con sus armas y dieron el alto pero al ver que no obedecían abrieron fuego contra la pareja.

Gyomei se posiciono frente a la joven y girando a gran velocidad la cadena repelía las balas mientras avanzaba. Pronto los guardias se quedaron sin balas y cuando se detuvieron un segundo a recargar una sombra apareció desde la espalda del gigante y los nockeo haciéndolos caer al suelo.

Luego el mayor lanzo un poderoso ataque al pesado portón que tenían en frente y lo abollo como si fuese un trozo de papel, luego lanzo otro y desprendió una de los hojas del mismo haciéndola volar por los aires y se adentró en el recinto. Allí los recibió otra lluvia de balas provenientes de los guardias del interior que al oír el primer estruendo ya se lanzaron a disparar. Gyomei seguía funcionando de escudo para las balas mientras _____ atacaba en cuanto veía oportunidad y volvía a resguardarse en la espalda del mayor. A la par podían oírse los gritos de dolor proveniente de la planta superior, señal de que Mitsuri e Iguro estaban haciendo muy bien su trabajo.