Sueño imposible

Capítulo 2

Blake: no pienso enamorarme de mi futura esposa. Ese sentimiento llamado amor nunca ha estado en mis planes, aunque eso sería algo contradictorio por mi manera de pensar.

Edward: entonces no la busques solamente para poder calmar la soledad de tu alma. Porque en ese sentido cometerías un error terrible y debo de cumplir con mi deber de padre de prevenírtelo.

Blake: se perfectamente lo que estoy haciendo, padre. Además, la joven con la que me quiero casar existe, solo que todavía me falta encontrarla, pero algo que no me importa es el tiempo que pase.

Edward: definitivamente sabes lo que quieres. Nada más que nunca debes de negarte al amor y estoy seguro de que cuando la conozcas cambiaras de parecer.

El tiempo después se despide de su padre. Blake sale de su casa para reunirse con sus amigos y no podía dejar de pensar en las palabras que le había dicho Edward

En la casa de la familia Hamilton

Leonardo: ahora que por fin estamos reunidos en mi despacho. Debemos de hablar contigo para decidir el destino que te espera y estoy seguro de que ninguna de mis hijas se ira a un convento.

Isabela: no podemos negar lo inevitable. Además, seré la única que estará en un convento y mis hermanos se enamoraran de las personas con las que se casaran.

Ariadna: es lo mismo que le estoy diciendo a tu padre. Pero todos sabemos el destino que te espera y él se niega aceptarlo, porque eres nuestra hija menor.

Leonardo: ella se casará en esta temporada y eso se los juro por mi honor de caballero. Siempre me preocupare por cada uno de ustedes y no quiero que vuelvas a decir que eres fea. Porque todas las personas tenemos nuestra propia esencia que nos hacen únicos ante las demás personas.

Isabela: las personas no piensan igual y más aquellos que se dejan llevar por las apariencias. Nada más que todos los días veo mi reflejo en el espejo y me doy cuenta de mi realidad cada vez que lo hago.

Él sabía que tenía la culpa por no saber demostrarle cariño a su hija. Leonardo veía demasiada tristeza en los ojos de ella, pero tenía que hacer algo para que Isabela fuera feliz. Ella sonríe cuando sale del despacho de su padre para después subir a su recámara, ella se había sentado y estaba a punto de empezar a leer un libro cuando de repente ve entrar a su hermana

Matilde: este día se ve demasiado hermoso, hermanita. Damien quiere que lo acompañemos al parque y él siempre dice que debes de salir un poco más para que no vivas encerrada en tu recámara.

Isabela: estoy acostumbrada a estar encerrada. Solamente los acompañare por el gesto que tuvo nuestro hermano conmigo y prometo sonreír.

Matilde: así que debemos de bajar. Porque Damien es algo impaciente y más tratándose de nosotras, pero tendrá que ser paciente cuando él se case.

Isabela: eso pasaría si él se enamora de su esposa. Además, no puedo evitar pensar lo lindo que se vería enamorado y lo sabremos cuando eso pase.

Ellas salen de su recámara para después bajar las escaleras y antes de que lo hicieran su hermano las ayuda a bajar con mucho cuidado. Ellos salen de su casa para subir a su carruaje y así ellos se dirigen a su destino




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