Sueños al Alba El Encuentro Prohibido

El Sendero de los Susurros

Capitulo 18.

El Bosque de los Sueños se extendía ante Elysia como un laberinto de sombras y secretos. Cada paso la llevaba más profundo en su abrazo místico, y el guardián caminaba a su lado, silencioso pero atento.

Las hojas crujían bajo sus pies, y el aire estaba cargado de fragancias desconocidas. Elysia se preguntaba si el bosque estaba vivo de alguna manera, si sus raíces se entrelazaban con los hilos del destino. El guardián parecía saberlo todo, pero sus respuestas eran siempre enigmáticas.

-¿Por qué me eligió el bosque? preguntó Elysia, mirando las ramas retorcidas que se alzaban como dedos hacia el cielo. ¿Qué soy yo para él?

El guardián se detuvo y la miró con ojos profundos. -Eres una viajera entre mundos, Elysia. Tu corazón late en sintonía con las estrellas y los ríos. El bosque te ha llamado porque necesita tu ayuda.

-¿Mi ayuda? Elysia frunció el ceño. ¿En qué puedo ser útil?

Justo cuando estaba a punto de responder, el guardián fue interrumpido por la presencia anhelada inconscientemente por Elysia. 

La presencia de Caelum en el Bosque de los Sueños era tan palpable como el aire que Elysia respiraba. Su figura se materializaba lentamente entre la bruma, como si fuera tejida por las mismas sombras del bosque. Elysia no podía evitar sentir una mezcla de temor y fascinación; después de todo, él era parte de este mundo mágico y, a la vez, un completo misterio.

Sus miradas se mantuvieron fijas en el otro, con una atracción  como si el corazón reconociera una melodía olvidada, una canción que alguna vez bailó en los labios del destino. Es un susurro de la memoria que, en el silencio más profundo, despierta las fibras dormidas del alma con su cálido aliento. 

El guardián, observando la escena, sonrió enigmáticamente. 

-El Bosque de los Sueños no solo necesita tu ayuda, Elysia. También necesita tu amor y tu conexión con aquellos que han venido antes. Caelum es más que un misterio; es parte de la historia que debes desentrañar.

Elysia, con el corazón latiendo en un compás antiguo, extendió la mano hacia Caelum. Sus dedos se entrelazaron, y en ese contacto, el bosque pareció vibrar con una energía ancestral. No eran solo dos almas perdidas en el bosque; eran dos fragmentos de un todo más grande, llamados a desvelar los secretos que habían estado esperando durante siglos.

 




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