Sueños al Alba El Encuentro Prohibido

El Reloj de los Momentos Eternos

Capitulo 22.

Mientras Caelum avanzaba por el bosque, una presencia casi imperceptible comenzó a hacerse sentir. No era como el guardián del bosque; esta era más sutil, pero con una fuerza que parecía emanar de la misma tierra. Siguiendo esta sensación, Caelum llegó a un claro donde el tiempo parecía detenerse.

En el centro, una figura encorvada se movía con una gracia que desafiaba su aparente edad. Era La Anciana del Tiempo, rodeada de relojes de arena y calendarios de civilizaciones antiguas. Sus ojos, profundos y sabios, se posaron en Caelum con un conocimiento que trascendía las eras.

- Buscas a la que tu corazón anhela -dijo con una voz que resonaba con el murmullo de las hojas y el fluir de los ríos. - Pero el camino es más complejo de lo que imaginas.

La Anciana le ofreció a Caelum un reloj de arena con arena dorada que fluía hacia arriba en lugar de hacia abajo.

- Este reloj de arena cuenta no minutos, sino momentos -explicó. - Cuando encuentres a Elysia, voltea el reloj y el tiempo se alineará con vuestros corazones.

Con un gesto de su mano arrugada, La Anciana del Tiempo desapareció, dejando a Caelum con más preguntas que respuestas, pero con una nueva pieza del rompecabezas en su búsqueda por reunirse con su amada Elysia.

Caelum, con el reloj de arena en mano, sintió una oleada de determinación. El bosque, ahora vacío, parecía esperar su próximo movimiento. Con un suspiro que llevaba el peso de su misión, se adentró más en el bosque, donde los árboles susurraban secretos y el viento llevaba mensajes de tierras lejanas.

No había caminado mucho cuando el cielo se oscureció repentinamente. Una tormenta se formó como si fuera invocada por una fuerza desconocida, y Caelum supo que este era otro obstáculo en su camino. La lluvia caía con furia, y cada gota parecía querer detenerlo, pero él continuó, protegido por la magia del reloj de arena que repelía el agua a su alrededor.

En medio de la tormenta, una figura apareció. Era Lyra, el Tejedor Elemental, que con un gesto calmó la tormenta y despejó el cielo. 

-Los elementos están inquietos, dijo Lyra, pero te ayudarán en tu búsqueda.

-No necesito tu ayuda, respondió Caelum de forma amenazante. 

-Por supuesto, como guardian de los portales tienes la responsabilidad de proteger la estabilidad de los universos y dimensiones. Tú poder supera a todos los seres ancestrales y guardianes que existen, respondió Lyra. 

-Incluso todos necesitamos ayuda, incluyendo tú, que ni siquiera tienes idea del motivo por el cual continúas sintiendo amor por esa mujer.

 




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