Capitulo 11

Dos semanas más tarde, llena de nervios, se encuentra la talentosa bailarina Solei Joly esperando que llegue el momento de su actuación. Lèa se mantiene a su lado a pesar de no encontrarse de acuerdo con su mejor amiga en la locura que se le metió en la cabeza hace dos semanas atrás mientras se encontraban en el vagón del metro volviendo a su hogar en el distrito diecinueve.

–Solei, aún estas a tiempo, por favor, no lo hagas, créeme que tengo un mal presentimiento y no me siento bien con que hagas esto.

–Lèa, no sea negativa, sé que no quieres que lo haga pero créeme, he practicado mucho y lo sabes, puedo hacerlo, confía en mí.

–Sol, confió en ti pero de verdad, tengo un mal presentimiento, por favor, no lo hagas– suplica la joven una vez más, Solei piensa por un momento; sin embargo, justamente en ese momento Solei es anunciada y debe subir al escenario.

–Deséame suerte– replica sonriendo.

Manteniendo la sonrisa en su rostro a pesar de su nerviosismo sube y se presenta ante el público. Ubicado en lo de los asientos vip, localiza a Silvain quien la saluda y sonríe. Acudir no fue nada sencillo pero al final consiguió convencer a su padre, permitiendo que todos se presentaran al espectáculo incluido él, por lo que toda la familia Leroux observa el espectáculo de manera atenta. La música da inicio y la joven sube en una de las telas dispuestas para su actuación, la joven se mueve en ellas como si de un ave surcando el inmenso cielo azul se tratase, todos los presentes se deleitan con la perfecta presentación de Solei Joly en las telas.

Los ojos de los espectadores se mantienen centrados en el escenario, completamente atentos a la excelente actuación de la joven en una danza llena de complejidad. La danza aérea también conocida como acrobacia en tela o gimnasia aérea, es el resultado de un proceso de trasformación de distintas disciplinas artísticas y deportivas que combinan la danza contemporánea con las artes circenses, las acrobacias, el ballet y el teatro, donde el acto o coreografía se complementa con música y los movimientos de los practicantes, la estructura de soporte debe tener seis metros y la tela debe medir dieciséis metros para ser colocada por la mitad y que cuelguen dos, ejecutarla no es nada sencillo, requiere mucha fuerza y coordinación, por lo que ver una presentación tan limpia es digna de admiración.

La joven continúa con calma su presentación cuando de pronto, la artista, al sujetarse en una de las telas cae enredándose en las telas hasta llegar al piso sin que nadie sea capaz de comprender lo que ha sucedido. De manera inmediata el director y el productor del evento suben hasta el escenario, de la misma manera hace Léa y algunos integrantes del staff.

– ¡Solei!– exclama un joven entre el público poniéndose rápidamente de pie y corriendo hasta el escenario donde se encuentran los organizadores y Lèa.

– ¡No puede ser!–solloza Lèa al ver a su amiga en el escenario sin conciencia y totalmente inmóvil, el público se ha alarmado, los organizadores se han encargado de llamar a la ambulancia de inmediato y la incertidumbre los envuelve a todos.

La preocupación se esparce por toda la ambulancia que traslada a Solei Joly hasta el hospital más cercano para ser atendida de manera inmediata, el diagnostico primario, no da el mejor panorama ante su situación. Se sospecha de una grave contusión cerebral, a si como un posible daño en la columna vertebral, además de la hemorragia en su cabeza que no ha podido ser controlada. Acompañando a la joven en la ambulancia y con el alma en un hilo se encuentra Silvain Leroux que no ha querido separarse de ella, Lèa va en un taxi siguiendo a la ambulancia, del mismo modo, los Leroux, no pueden dejar a Silvain quien sin siquiera informar se ha subido a la ambulancia.

Al llegar al hospital, inmediatamente trasladan a la joven a urgencias donde no permiten que Silvain ingrese por lo que debe aguardar en la sala de espera para que ser informado acerca de la situación de la joven, algunos minutos después llega hasta donde él se encuentra Lèa.

–Debemos llamar a sus padres–indica preocupado.

–Solei es huérfana, sus padres murieron cuando tenía tres años, no tiene a nadie más que a mí, Silvain.

– ¡Familiares de Solei Joly!– se escucha en la sala, Lèa y Silvain se acercan rápidamente.

–Necesitamos sangre del tipo AB positivo, lo más rápido posible, hemos llamado al banco de sangre pero no la tienen, es urgente.

–Yo la tengo, puedo donar–responde Silvain de manera inmediata.

– ¿Es usted mayor de edad?–cuestiona la enfermera, Silvain afirma–. Acompáñeme por favor, joven.

Silvain sigue a la enfermera, mientras tanto en el frío quirófano del hospital rodeada por médicos y enfermeras, se encuentra Solei Joly. El golpe en su cabeza ha provocado una hemorragia interna que debe ser atendida de manera inmediata; además, la zona en la que se ha ocasionado el daño es muy delicada y un solo error podría comprometer la capacidad para caminar por lo que se requiere de un especialista con el que el hospital no cuenta en ese momento. Sintiéndose débil por donar sangre para Solei, el joven llega hasta la sala de espera donde se encuentra Lèa con expresión de suma preocupación.

– ¿Qué sucede?–pregunta Silvain temiendo lo peor.

–Me han informado que requiere de una cirugía de alta complicación, lo peor de todo es que no hay un especialista y debo traerlo desde otro lugar; sin embargo, no tengo los recursos suficientes para ese traslado y si no es atendida, no podrá volver a caminar, ¿Sabes lo que eso significa para ella? Es cortarle las alas a una mariposa, se morirá de tristeza–expresa sin poder controlar su llanto, sin pensarlo dos veces Silvain toma su teléfono, realiza una llamada y algunos minutos después se pone de pie.

– ¿Qué haces, Silvain? Debes descansar, recién has donado sangre y debes recuperarte.

–No tardaré– se limita a responder con seriedad.