Cuando cierra los ojos.
Equilibro biológico para un desgastado cuerpo. La rutina diaria debe ser omitida aunque sea por un breve momento, no entiendo por qué eres más apegado a una realidad alterna.
El flujo sanguíneo se acelera, como río bravo que transporta la semilla del crecimiento y la esencia del descanso. Sumérgete en las pieles de la musa, descansa.
En las inmersiones anteriores no sucedió nada, solo estática y un cambio abrupto de la noche al día como si Crono impaciente apurara al sol. Cansado.
En la primera donde hubo alguna señal, todo era oscuridad te precipitaste a sumergirte aún más en lo profundo, escuchando los susurros de la penumbra. Tu cuerpo era inexistente, tu visión nunca llegó a ver las palmas de tus manos en esa inmersión.
Un pequeño Oniro te enseñaba a nadar, que al igual que tú nunca llegó a ser más que un sirviente y cobija tu amorfo cuerpo.
Durante la segunda inmersión, pensaste en nuevos colores y tal vez algunas formas. ¿Qué forma tiene los sueños? Microcosmos. Dentro de nuestra mente yacen, montañas, mareas y cielos, abunda la estática y predomina el caos, pero regresas cada noche porque ese lugar te llama.
Es posible sentir miedo aun en el microcosmos aparente, pero ese no es tu caso, eres valiente. En la realidad disfrutas de las alturas y las profundidades, es lo más cercano a soñar.
Ignorante de las cosas mundanas, de lo real, aún no sabes que eres descendiente de Morfeo. Tu lugar no es surcar mares ni escalar montañas, sino encontrar tranquilidad en las dunas del sueño pues ahí es tu lugar.
De paisajes sombríos a hermosas tierras, de lo surrealista al realismo. Conoces de ellas, te parece haber escuchado de ellas, las musas que inspiran los sueños las hay abstractas, hedonistas y emotivas y te aferras a ellas como amantes provocadoras, pues te sientes tranquilo.
Nota del autor:
** Actualización todos los martes. **
Editado: 13.12.2023