Soñadores

Día tranquilo y soleado, nada me apetece más que tumbarme en el pasto, dejar que los rayos de sol besen mi piel y soñar.
Puede que quieran reprimirnos, reprimir nuestras ideas, iniciativas; volvernos obreros borreguitos y perfectos, y encajarnos en la maquinaria de esta sociedad. Mas dijeron una vez:
"Los soñadores no pueden ser domados".
Los soñadores no podemos ser domados, aunque a veces disimulemos o nos pongamos en letargo.

Siempre hay una chispa que queda viva dentro de nosotros en busca del momento oportuno para prender la llama de la imaginación, al igual que una semilla en un mundo de asfalto esperando las condiciones oportunas para germinar y echar sus raíces hasta lo que está debajo, la Tierra. Por mucho que nos empeñemos, no podremos suprimirla por completo. Es parte de nosotros, es nuestro origen.

¿Te atreves a soñar conmigo?